martes, 30 de julio de 2013

ROCK TRAVESTI DE LA NOCHE NEOYORQUINA: WAYNE COUNTY


Pinchando prodigiosos esputos punk-rock del 77', como el BLATANTLY OFFENZIVE de Wayne County & The Electric Chairs, descubrimos lo inocente y amansado que puede resultar el rock&roll hoy en día. Entonces era bien diferente. Claro que existían oportunistas (de esa chusma no se libra nadie en ninguna sociedad)... pero en aquel breve y fogoso periodo al que hacemos referencia abundaban camadas de cachorros con 'malas pulgas' que una noche merodearon por los aledaños del CBGB neoyorquino aullando y divirtiendo al personal como nunca se ha vuelto a repetir.
Alguien tenía que sacar la lengua, dar un puñetazo en la mesa, berrear y maldecir alto y bien fuerte. Había que plantar cara al sistema con armas de un solo acorde. Un fuego les quemaba las entrañas y necesitaban sofocarlo. Querían batallar. Dispuestos en las tablas para un Rock salvaje y peligroso que a la larga conduciría a muchos de aquellos grupos a la autodestrucción y las sombras mas absolutas. Como todo lo bueno, lo autentico, la llama se apaga. Al final toda aquella marabunta de furia (y libre libertad) acabaría siendo canonizada, etiquetada ... y emulada, un tanto alegremente, por las nuevas generaciones. Vencida la rabia, el perro se dejó acariciar. Nos queda el regusto de pinchar todas aquellas rapsodas punk-rock perdidas en el tiempo (surcos de Tuff Darts, The Heartbreakers, Richard Hell, Television, The Dictators... Tú ya los conoces, son las arterias referenciales de este ciberfanzine que lées ) para recuperar, en lo posible, parte toda aquella histórica esencia de puro rock and roll callejero. Dejémonos de cháchara y degusten a Wayne County como les venga en gana. Esto no es una secta... ¡¡Esto es Rock'n'Roll Resurrection!!


WAYNE COUNTY & THE ELECTRIC CHAIRS: También conocido por Jane, su rock de letrina encabeza toda discoteca básica del periodo 1976-1979 al que aludimos texto arriba. Dallas aburre, Nueva York ardía ruidosa y desaforada -ante la atenta mirada de Londres- y de sus alcantarillados genes nacían anticristos adoptivos de la era sónica. Como nuestro recordado artista de hoy. Reina travesti de la noche neoyorquina, femme fatale de la serie B, mecenas, confidente, foco y centro de atención para toda una factoría y camarilla de curiosos y jóvenes artistas locales en ciernes (Patti Smith, Johnny Thunders, Blondie, Steve Bators, Sylvain Sylvain ...) con sede en los reservados cubículos del legendario Max's Kansas, ex-lider de los Back Street Boys (no los confundan con los 'otros' Boys chupapollas; al que fuera grupo de Jane estuvo a puntito de grabarles un disco el mismísimo Bowie), actor underground (es "Lounge Lizard" en la peli Jubilee), escritora y perra en celo hasta día de hoy... Sucio y lascivo suena el otrora monarca transexual Wayne County en los surcos de temas tan explícitos como "Toilet love" o "Fuck Off". Piezas infames, vibrantes y maleducadas capaces de unir Nueva York y Londres en un gran beso con lengua. Lluvia dorada escénica y presencia rockanrolera la de esta Cleopatra del punk que apabulla y alborota al personal plebeyo con himnos chapuzeros del calibre de "Hot Blood", "Night Time" o "Rock'n'Roll Resurrection". Su nombre se une al de tantos parias olvidados y podridos de la escena rockera de la Gran Manzana. Suerte que en su día no tiramos sus discos a la basura otrogándoles el valor que se merecen. Hoy son piezas de coleccionista, digan lo que te digan.Vinilos que valen su peso en oro. Porquería de la buena.
Si desean descubrir otros mundos debajo del suyo, léanse su autobiografía "Man Enough To Be a Woman" ("Lo Suficientemente Hombre para ser Mujer", 1995) y entérense del resto del percal.







sábado, 27 de julio de 2013

EN EL ADIÓS DE J.J. CALE


(1938 - 2013)

Ha muerto el músico el tranquilo. Anoche se le paró el corazón a JJ CALE. Tulsa convulsionada y el rock'n'roll un poco más huérfano. Cuánto le deben a éste viejo Clapton y Dire Straits... Éllos 'esnifaron' de su trabajo, de su talento, y por un tiempo llegaron a ganarse el pan gracias al sudor de su frente (la de Cale, se entiende). Fueron incontables los músicos y bandas de renombre que se vieron atraídos alguna vez por sus enormes composiciones. Gente tan tumbera como Captain Beefheart, The Band, Santana, Johnny Cash, Lynyrd Skynyrd, Freddie King... versionearon temas del maestro en su día. Apreciar lo autentico no es pecado. El memorable compositor de Cocaine fue, es y será uno de los nuestros. Sentimientos encontrados desgarran recuerdos del ayer. Pincho "Five" como despedida y homenaje. Los tiempos están cambiando... y los padres ya no temen aquel rock que escuchaban sus hijos. Descubro que todo sigue en su sitio, calmado, sereno. Ya queda menos para no echar nada de menos. Descansa en paz centauro del desierto.

lunes, 22 de julio de 2013

VENID A LAS CLOACAS. LA HISTORIA DE LA BANDA TRAPERA DEL RÍO

Desde la ciudad satélite de Cornellá (Barna.), antes de la democracia y mucho antes de vendernos la crisis o de que aparecieran los festivales de verano. Antes de alaskas, pollos fritos y carruseles de movida alguna. Incluso antes de que Eskorbuto se creyesen 'ratas en Vizcaya' y censurasen a Las Vulpes por 'zorras'. Antes del boom post-Maiden y la eclosión final del rock'n'roll en este país. Mucho antes de todo ese rollo que nos quieren hacer creer del 'rock del sábado noche' y su aceptación en la radio y la televisión... la Banda Trapera ya existía.

El grupo nació de la basura y la nada más absoluta, para proponer, seguramente sin darse cuenta, el rock más auténtico, gamberro, subversivo y peligroso que jamás se haya escupido en el ámbito de nuestras fronteras. Cinco 'curriquis' de barrio que traficaban con heroína (como suena) y en sus ratos libres se divertían tocando rock duro y visceral sin etiqueta alguna, nada complaciente con el oyente medio, y a los que rapidamente se les criminilizaría por éllo. Increible que saliese una banda así en nuestra España de los 70. Para los que duden de sus méritos y logros: eran todos unos músicos geniales (la voz tal vez fuese su punto más débil, pero esto habría que discutirlo) y su puesta en escena una puta salvajada, recomiendo enfurecidamente el documental VENID A LAS CLOACAS... (2012) para que ellos mismos os expliquen la magnitud de la Trapera. Tan histórica banda y, tan históricos acontecimientos, son narrados y filmados a todo trapo en este fastuoso documento por el escritor y periodista musical Jaime Gonzalo, una voz sabia y noble, revuelta activa y cronista gonzo al que tanto queremos en esta casa. Semejante firma autorizada salda de una vez por todas la vieja cuenta pendiente de recordar y reconocer a estos kamikaces sónicos jodidamente esenciables y irrepetibles, haciéndoles justicia con esta peli (y antes un libro). Los maltratados fans de la banda -y todos los desgraciados que desconozcan de su existencia- ya podemos estar contentos: tenemos lo que anhelábamos. Trapera forever!!!!!!!




martes, 16 de julio de 2013

SERIES TV: TOP OF THE LAKE.



Sorprendió en festivales como Sundance o Berlín previamente alavalada por la crítica especializada (?!!). La compararon con la detectivesca serie danesa The Killing (2007), y hubo quien exageró mencionando un parecido con la mítica Twin Peaks (David Lynch, 1990). Personalmente no me gustó demasiado la primera, la encuentro demasiado larga y predecible (ni mencionar su versión americana). A todo esto no veo que similitudes (serias o de interés) puede haber entre Forbrydelsen y Top of the Lake. Por contra, sí existen ciertos ecos lynchianos en esta miniserie neozelandesa de 7 episódios dirigida por la sobrevalorada Jane Campion (El Piano, 1993): Tenemos un remoto pueblucho rural con lago, una comunidad de vecinos de lo más extraña y excéntrica, presonajes misteriosos y desubicados... Tenemos incesto, peredastas... y unos paisajes majestuosos también, sí. Pero ahí termina la historia. Sería injusto comparar la una con la otra, pues entendemos que Twin Peaks es un hito de la Tv que será dificil de superar. Estamos ante una gran miniserie que se vale del espíritu salvaje y libre del referencial título de culto lynchiano para demostrar una singularidad y valentía narrativa digna de todo tumbero. En definitiva, una apuesta y modelo cinematográfico que hará las delicias de todo aquel que busque distintas emociones y una manera diferente de contar las cosas. Hablar de  (ultra)feminismo desatado (con acierto gustará sobremanera al sexo femenino pues son éllas el centro temático del film), de podredumbre del ser humano o de la sorprendente colaboración del queridísimo actor-director irlandés Peter Mullan sería resaltar lo apetecible de este proyecto. Puestos a pedir, como todo,  hubiésemos preferido un desenlace final NO tan apresurado (resuelto a trancas y barrancas en el capítulo final), y que concluye con algún que otro cabo suelto y con personajes que mejor trabajados - y con tiempo-hubiesen dado mucho más de sí. Porque está claro que el guión daba para mucho más. Ese es el único 'pero' que le encuentro a esta formidable serie de televisión.

viernes, 12 de julio de 2013

MACARRADAS SOUL: SHUGGIE OTIS y las nueve vidas de un gato callejero

Retomando una de las secciones preferidas de esta revista: El rincón tumbero  por el que pululan los nombres de nuestros macarras negratas favoritos. Lo mejorcito del barrio. Desaliñados tipos con clase que emanan chulería a borbotones. Sibaritas del ritmo negro que más mola. Mendas curtidos en mil peleas callejeras, marcados a fuego por la puta vida. Panteras enjauladas. Lo más negro de la lista negra. Especímenes extinguidos pero no olvidados, al menos en esta casa. Nos referimos a macarrada de la calaña de André Williams, Nathaniel Mayer, "Hound Dog" Taylor, Little Walter, Migthy Hannibal, Antonio Fargas, Chestter Himes, Huey Newton... y demás pandilleros de relumbrón. Es turno de añadir un nuevo apellido a la lista familiar de peligrosos felinos de ébano: SHUGGIE OTIS (L.A. 1953). El hermano tiene su tela ¡y es de los buenos! Anoten, anoten...

El viejo y renacido Shuggie será recordado como uno de los fenómenos más extraños del negocio musical. Durante los dorados años 70 alcanzó cierto renombre como naúfrago psicodélico que partió del blues para empaparse de lleno en un pop lisérgico de alta escuela. Haber sido el quinto beatle no hubiese estado mal de no despeñarse por un abismo de malas compañías y alcohol. Fuera como fuese al bueno de Otis se lo tragó la tierra y desapareció del mapa musical durante más de 30 años. Como se las arregló para sobrevivir todo este celibato es un misterio. Un silencio que rompió recientemente decidido a relanzar su carrera con la reedición de uno de sus antigüos discos, aquellos que en el pasado le otorgaron fama chica, completándolo con algún tema inédito que guardaba en el zurrón. Regresa cambiado de tan larga ausencia. Un retorno a sus orígenes, al rhythm&blues que mamó de su influyente padre Johnny Otis. Figura autoritaria -además de líder de su Comunidad- y mentor musical que colaba a su mocoso vástago en los escenarios más mugrientos del guetto angelino. El crío resultó ser un virtuoso de las seis cuerdas, un teenager que ya grababa discos con rockeros de la talla de Frank Zappa o al Kooper antes de alcanzar la mayoría de edad. No se lo creerán (y harán bien en dudar) pero según cuenta el propio Shuggie  éste rechazaría en su momento entrar a formar parte del plantel a sueldo del mismísimo David Bowie o los Rolling Stones. Si eso no es actitud de macarra, ustedes dirán. Solo me queda el invitarles a que descubran el sensual y chulesco trabajo de semejante guitarrista desterrado, y para eso, no tienen más que eschuchar su "Inspiration Information (74). El disco funk que según los expertos en la materia inventó a Prince (recuerden que el autor de "purple rain" lanzaría su primer elepé mucho más tarde, en el 78) y que contiene inmortales joyas de pista de baile de la categoría de "Strawberry Letter 23" (lo de los Beatles al parecer no era una broma) o "Aht uh mi hed".


domingo, 7 de julio de 2013

THE LAST RIDE. EL ULTIMO PASEO DE HANK WILLIAMS. Una historia triste de Alabama

Seguimos con nuestro ciclo de Cine-Rock que tan contento me tiene ultimamente. Este no es un biopic al uso ni la historia fílmica del famoso cantautor country nacido en una cabaña de Alabama en plena depresión. Tampoco importa demasiado si está basada en hechos reales (que lo está) o es un guión sobre un músico inventado (como aquella que le valió el Oscar a Jeff Bridges). No sería extraño pensar que la vida de Hank Williams tarde o temprano llegará a la gran pantalla. Mientras ocurre, aquí tienen ustedes un aperitivo sugerente. Digamos que forma parte -o sigue los pasos- de una serie de producciones cine-rock de nuevo cuño que, con mayor o menor acierto, toman partido por no contar toda la historia(o mito, si se prefiere) del músico, concierto o banda en cuestión como nos tenian acostumbrados, sino que apuestan directamente por narrarnos un momento, una anécdota, un hecho en particular (a veces una simple fantasía, un guiño o una simple 'invención' clonada), como punto de partida o hilo conductor que le sirva al director de turno para introducirnos en una historia que derivará en la otra historia que de verdad quiere contarnos (el famoso "mcguffin" que diría el maestro Hitchcok). No se si me explico, pero títulos como Killing Bono(2011),  Destino:Woodstock(2009), Phil Spector(TV)(2013), o la más reciente de los Coen, Inside Llewyn Davis(2013), a bote pronto son la clase de cintas de esta nueva 'corriente' a la que me refiero. THE LAST RIDE (Harry Thomason, 2011) se une pues al carro de los 'engañosos biopics' del momento. Films nobles, correctos... Rock sin fuegos de artificio alguno. La parroquia de rockeros seguidores de esta cochambrosa revista ciberespacial la disfrutarán sin lugar a dudas.

De pequeñas historias nacen pequeñas películas, como puede ser el caso. El gancho de esta 'pequeña historia real' lo pone HANK WILLIAMS (1923-1953). Suenan temas propios; nunca como banda sonora al uso, sino que se escuchan en la radio, cantadas por músicos callejeros, versioneadas por otros...., pero nunca le vemos coger una guitarra ni cantar canción alguna. Tiene 29 años pero aparenta el doble. Drogas y whisky rematan al ídolo caído. El cuervo negro acecha. No tiene amigos. Viaja en el asiento de atrás de un Cadillac del 51 azul celeste, tosiendo sangre y escribiendo versos. Como el título original predice, estamos ante lo que será su 'último paseo'. Quemará millas de camino a un destino al que nunca llegará. Bolos que son leyenda americana. Tickets a la basura. Un joven e inexperto chaval de pueblo -que jamás salió de Alabama, ni tuvo cita con chica alguna y que afirma ¡no gustarle la música!, y por encima desconoce la verdadera identidad de su pasajero- consigue la oportunidad de servir de chófer y acompañante al tal Sr. Wells (con seudónimos como éste o el de 'Luke The Drifter' firmaba el amigo Hank). En este escenario comienza la 'otra' historia que les decíamos: Mientras asistimos a las últimas horas de vida del rebelde compositor (en el interior del cadillac encontraron una libreta con las letras de futuras canciones que supuestamente escribió Hank durante ese 'último paseo';  y que finalmente terminarían en manos de Bob Dylan tras una subasta) el film se convierte en una road-movie y deriva en otra de esas tantas historias  de viajes iniciáticos, amistad y perdón marca de la casa.

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