domingo, 28 de junio de 2015

SIX-STRING SAMURAI: A LOS COMUNISTAS NO LES GUSTA EL ROCK'N'ROLL

Elvis reinaba en Las Vegas, el último reducto civilizado que les quedaba a los estadounidenses después de que los rusos les venciesen en una guerra nuclear a dos bandas. Pero el Rey a muerto, y ya se sabe, a rey muerto rey puesto. Buddy (Jeffrey Falcon) va para allá con su eléctrica del 57, su katana de lobo solitario y su resaca de holocausto: quiere el trono. Qué se preparen los caníbales trogloditas madmaxianos de serie Z, los uniformados comunistas de las dunas o cualquier mercedario cazarrecompensas con zapatos de gamuza azul que ose deternerle. ¡Ni los Red Elvises con sus compases tóxicos podrán con él!. Solo Muerte -villano que defiende la música heavy metal con su banda de asalariados cuervos negros-  parece ser el único capaz de impedir que nuestro héroe gafapasta logre llegar de una pieza al final del polvoriento camino de baldosas amarillas. Lo quieran o no los rusos, el Monstruo de las Espinacas o el pegajoso 'cachorro' que le sigue a todas partes y del que no logra desprenderse ni a golpes.

 SIX-STRING SAMURAI (Holocausto Samurái; Lance Mungia, 1998)) es una cinta que hay que recuperar del cubo de la basura pero ya. ¿A qué tarado tumbero no le seduciría un guión como éste?. Tiene referencias al cine de samurais (Lone Wolf and Cub, 1972), al western sicotrópico anarcosurrealista (El Topo, 1970), a las pelis apocalipticas era post-Mad Max (Hardware, progamado para matar. 1990; Kamikaze 1999,. 1983), escenas de acción al estilo 'poético' hongkongés... Buddy Holly en el recuerdo, la reconocible voz de Wolfman Jack en las ondas, el reflejo de aquellos Leningrad Cowboys de Kusturica bien patente, un paródico duelos de guitarra a lo "Cruce de Caminos"( Walter Hill, 1986)... Nada de esta locura financiada con cuatro dólares y hecha por un puñado de amigos fumados -multiplicándose en mil labores- sería posible de soportar de no atronar en stéreo melodías de surf infra-arenoso, psicho-billy macanudo, polka-roll casposo y todos esos sonidos bastardos de rock fifty-sixty subterráneo que tanto gustan en este sótano. Lo dicho, serie Z rescatada de la basura para empacharse y repetir.


sábado, 20 de junio de 2015

RON MOODY (1924-2015). EL HECHICERO QUE BUSCABA EL "NIDUS"

El mismo día en que nos quedamos sin el superlativo Christopher Lee decidió exhalar su última bocanada de aire otro nonagenario y excelente actor británico, Ron Moody. A quién se le ocurre... Dar réplica en pantalla al mismísimo principe de las Tinieblas hubiese sido antaño pan comido para el prestigioso actor de maneras dickensianas... Pero, ambicionar salir en los noticiarios de medio mundo el mismo día en que la palma el Conde...Eso sí que es un handicap si encima eres un actor del pasado al que pocos recuerdan. Me temo que la mala fortuna que acompañó al bueno de Moody durante toda su carrera continuaría siéndole fiel hasta la tumba. ¿Tendría mayor repercusión en los medios su fallecimiento de haberse producido éste en fechas distintas a las del famoso conde Drácula? Puede... Hubiese sido lo más justo. Cinco minutos de gloria efímera en las noticias y pasamos a otra cosa. Al menos para muchos de nosotros sería un rápido repaso a la infancia. Recordaríamos entonces aquel hechicero al que llamábamos Rothgo, aquel temible mago que buscaba el poderoso amuleto "Nidus" como un poseso en aquella mítica serie de principios de los 80 titulada "Dentro del Laberinto". Vendría a nosotros el rostro del granuja Fagin (Oliver, 1968) y reconoceríamos de inmediato su capacidad para bordar el oficio de actor. Drama, comedia, fantasía... Se bastó de una inquietante e intensa mirada para dejar huella en un mocoso de 10 años... Y eso no se olvida. Se recuerda y agradece.


sábado, 13 de junio de 2015

FOREVER... CHRISTOPHER LEE. RÉQUIEM POR EL CONDE DE LOS CÁRPATOS

Christopher Lee (1922 - 2015)
La gente corriente estará al tanto del último adiós a uno de los más grandes personajes que nos ha brindado la historia del cine... clásico o moderno. Está siendo noticia en todo el planeta civilizado. Nos duele -o debería de dolernos- porque no todos los días perdemos un mito. No todos los días el mundo despide a un caballero como Sir Christopher Lee. De la grandeza de este imponente y memorable villano dan buena fe una pléyade de más de 250 películas que no es necesario descubrir a estas alturas. Guardaba siempre, como humilde aristócrata aventurero, una pistola de oro bajo su sotana de Rasputín. Cuesta imaginarse un rostro más genuino, más sacrosanto, de cuantos vistieron al señor de las tinieblas que el suyo. También jaleó ser Frankenstein, Fumanchú, Orlac, la Momia, Jeckyll y Hyde, Scaramanga o Lord Summerisle (foto) mientras hincaba el diente a las más bellas starlettes del fantaterror de la mano de la Hammer... para reverdecer en el siglo XXI con papeles igualmente famosos como los de Dooku o Saruman y demostrarle a las nuevas generaciones el verdadero significado y valor de aquellos hombres de mimbre. Gente de provecho primero, luego actores. Ojalá fuese yo el yerno gallego de Sir Christopher (un paisano se casó con su única hija, Christina)... Le hubiese preguntado por Ingrid Pitt, Peter Cushing, Terence Fisher, Vicent Price, George Lucas... Escucharía con devoción sus historias de héroe de guerra de cuando perteneció la Real Fuerza Aérea y se cargaba putos nazis a bombazos; de su época de espía... Charlaríamos de ¡¡heavy metal!!, de como llegó a conocer a Tolkien, de su parentesco con Ian Fleming... De vampiros, orkos, sectas paganas y terrores miles... Qué suerte la nuestra ¿verdad?. Pues, sí. Gracias a tipos como él nos es posible cerrar los ojos y soñar con lo que queramos.
Hasta siempre, chupasangres.


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