El reciente paseo por la histórica Coney Island me ha hecho volver a recordar las carracas de feria versión cañí que llegaban al pueblo allá por mis años mozos, en los todavía tranquilos 80. Un pasado que parece mucho más lejano de lo que en realidad fue. Cualquier remota tarde de verano a finales de agosto a eso de las siete acudía ansiosamente a gastarme mis propinas (de aquella llevaba más pasta en los bolsillos que ahora) a lo que llamábamos "la fiesta". Las Cadenas Voladoras (olvídate de que te diesen "vueltas" o "giros" los encargados quinquis si había presencia de guapas chicas, ¡qué valla si las había!), en el Carrusel del Tiovivo con los "caballitos" Furia, Trueno, Apache...(todavía no he vuelto a ver uno igual, ) en los que descubrí una forma de ganar dinero fácil introduciendome cuando "dormían" bajo su estructura para apañar las monedas, duros, fichas y lo que cayese a los clientes entre las ranuras del suelo; en los peligrosos(en ellos perdí un diente) y rapidísimos (si los conocías bien..sobre todo aquel color naranja, el nº 15) y finalmente en los Coches de Choque de la empresa Autopistas Caballero donde se daban cita los "mayores" y estaban todas las nenas del pueblo y la mejor música del momento (mi amistad con el encargado ¡un tío que hacía pajas a su perro! y que cenaba en el barucho de mi viejo me permitía tener apceso a las fichas y a los discos en la cabina de venta. Flor de Luna de Santana y Abre la puerta de Triana eran mis temas preferidos) con suerte podías invitar a alguna guapa veraneante (solicitadísimas todas ellas) para uno poder fardar con ella a su lado, si no abatírlas con el auto (¡¡podías levantar y casi volcar con un toque en su momento adecuado al otro coche!!..recuerdo pelearme por tal motivo) lo que hacía en muchos casos ganarte la antipatía de las tías. Qué historias. Pero de lo que verdaderamente quería hablaros y de lo que guardo un grato recuerdo, a parte de los cachibaches, las manzanas de caramelo o la Ruleta de la suerte (con su típica gitana viejecita) es de mi orgullosa colección de chapas, ganadas a pulso nunca mejor dicho, en la caseta del Tiro.
Actualmente (por lo menos las atracciones de este tipo que yo he visto) insulsas dianas (y peores regalos) esperan al lanzador de.. ¡atención!: pelotas, dardos, aros, pinturas (!!??) pistolas de juguete, y qué sé yo, cuando mis colegas de parranda y el menda que escribe (todavía sin pelos en la entrepierna) teníamos en nuestras manos armas de "verdad" (las famosas escopetas de aire comprimido) con "munición real"(valínes de diferente cabeza) que cargabas tú mismo (recuerdo como sangraba un colegilla al cogerse la piel de la mano al cerrar la escopeta), con el punto de mira más desnivelado que hayas visto en tu vida (o eso decían los "señores" que tiraban por sus hijos). Mi objetivo eran como dije las famosas chapitas roqueras y heavis (más caro era disparar a los ¡puñales!, ¡muñequeras de cuero y pinchos!, ¡sin fin de navajas! y cajetillas de tabaco, y ¡y comida!! y figuritas eróticas que recuerdo...) que te daban a elegir si lograbas romper los dos o tres palillos de turno (si no recuerdo mal siempre te llevabas algo). Las de Ac/Dc, Kiss, Barón Rojo, Krokus, Motorhead e Iron Maiden eran las más molonas. Todas eran de música (las de marihuana, logos estúpidos y tamaños desproporcionados llegarían más tarde) y nuestras chupas vaqueras lucían rebosantes de coloridas chapas de tus grupos favoritos, a la espera de que tu madre accediese a coserte ese parche de Manowar...
Sigue existiendo ese ocio desgastado en las ferias veraniegas actuales, ¿eh? Es más, aún sobreviven tómbolas como la pesca del pato (100% orientada a los niños) o el de las muñecas y los aros de plástico. Te cuento lo mío. A mis amigos y a mí nos encantaba beber un par de cervezas (y ya estábamos ciegos, qué alegría)o beber vino dulce de la caseta esa de los maños robots machacando uvas e irnos a los "coches que chocan", peeeeeeero... estaba mal visto. O sea, nos gustaba ir a los autos aquellos y medir la fuerza en la máquinas esas de las pelotas de boxeo, pero rondábamos a un grupito de chavalas que tenían mal concepto de esos entretenimientos (era cosa de bajunos y de porretas, XDD). Entonces, antes de verlas o después de ello, es cuando íbamos a los coches y a pegarle puñetazos a la máquina de boxeo. Eso le daba un aire de clandestinidad y de comunión lúdica eminentemente masculina (sólo para hombres, sólo para lobeznos makokis) que me gustaba mucho, porque con ellas eramos "niños buenos" y sin ellas, malotes.
ResponderEliminarNi los míos ni yo fuímos muy asiduos de las tómbolas de escopetas de perdigones, pero por aquí abajo tenían mucha aceptación porque se trataba de darle a palillos de dientes y el premio, botellistas de licor. Así que dada la falta de costumbre al alcohol, conocía a muchos que se pillaban unos puntazos tremendos con esas botellitas.
Nunca sabré ya si era mito o realidad lo de las miras trucadas, pero tanto ahora como en su día, me parecía absurdo, porque vale, los primeros tiros los fallaré, pero en los siguientes, aplico el desvío a ojo y es lo mismo que si la escopeta no estuviera descentrada, ¿no?
Saludos, nos vemos en el Látigo.
Es cierto la "mala fama" de los autos de choque (con el tiempo descubrí que aquellos "pitillos" que fumaban los mayores no era precisamente tabaco..ja,jah) pero allí aprendí lo que era ligar, la buena música, y sobre todo me acuerdo de los feriantes (quinquis)con los que tenía buena relación (a pesar de que yo era un crío)por dicho bar de veraneo que alquilaba mi viejo. Joder, me acuerdo también de las botellitas que mencionas pero salvo el rincón de las chapas (o los llaveros)lo demás ni acercarnos..(por aquel tiempo aunque no lo creas, era "monaguillo"). Es curioso como cambian las costumbres en según qué lugares, lo que no cambia son las ganas de divertirte y de pasarlo bien cuando eres un crío, luego creces y ya es otra historia..
ResponderEliminarSaludos
Sal de mi mente, Gary!!!! Yo fuí monaguillo también de niño, ¿qué te parece? Hasta he escrito algunas páginas sobre el asunto muy populares en mi familia (soy un best-seller de minorias, XDD). Pero en fin, lo fui, más o menos de los 12 a los 14.
ResponderEliminarDe todos modos, las primeras cervecitas en ferias y vinos y "coches que chocan" llegaron sobre los 15 ó 16, bastante lejos ya (en la adolescencia, una distancia temporal de un año o dos es toda una era glacial) de mi época piadosa, ajjajja.
Saludos.
(en serio que fui monaguillo, ¿eh? Iglesia Santiago, La Línea de la Concepción, Cádiz).
es curioso.. ¡que tiempos!. Ahora es raro dar con críos monaguillos pero por aquel entonces era como un ritual por el que pasabamos todos los coleguillas enrollados del pueblo. Le cuentas a un chaval lo bien que lo pasábamos (no tenía nada que ver con "creer"... era más bien, el grupo, los amigos..) acudiendo a La "cataquesis" por ejemplo y no se lo creería. Descubrí que puedes llevar el cine a cualquier sítio (las pélis que ponía Don Ramón durante Semana Santa en ¡plena iglesia! poníamos una sábana blanca que reflectaba imágenes sagradas de la nada), ¡Si hasta teníamos una sala recreativa con billar y música!! (que por cierto duró muy poco, ja,ja), pero sobretodo la de pasta que "sacábamos" de la recolecta de misas, bautizos... Qué Cristos...
ResponderEliminarAh, no, mi servicio a la Iglesia no era tan enrollado como el tuyo, ni disponía de una camarilla de amiguetes y un cura peliculero, pero aún así, me gustaba. Me gustaba el silencio de la iglesia, el ritual de antes y después de una misa, y me caía muy bien el cura.
ResponderEliminarYo donde sacaba más propinas era en bodas y bautizos, en Semana Santa no se estilaba, no sé cómo irá ahora el asunto.
Saludos.
No te equivoques Homo, el cura del que habla Gary no tiene (supongo que aún pulula por el pueblo el muy cerdo,ya se sabe mala hierba...)nada de peliculero ni de enrollado, ¡¡todo lo contrario!! se merece una entrada en toda regla para él solito y que todo quisqui pudiese ponerlo a caldo sin tapujos. Es un personaje del antiguo regimen que ha cometido las mil y unas cacicadas sacerdotales en su laaaaarga carrera eclesiástica. Abajo el clero, abajo Don Ramón.
ResponderEliminarSí Kai, en que era chapado a la antigua y del viejo régimen, no te equivocas, y sí, todavía sigue vivo (tiene más de 90. Hace años estuvo hospitalizado y se hablaba de su muerte, pero ya vés.. me inclino más por un pacto divino -pienso en los cinco "siniestro total" de los que salió ileso-)y sí Kai, reconozco que incluso se le iba la mano con frecuencia...pero en lo que a mi refiere (podría decirte que fue un cabrón por como se portó conmigo negándome la Confirmación cuando teníamos entre los dos una especie de pacto..)al igual que los grandes tipos, o personajes que admiramos podía tener sus cosas (muy)malas y sus cosas (muy)buenas. A veces lo odiaba y a veces me agradaba. Y créeme si te digo que las "cosas buenas" superan con creces las malas. Guardo más consejos de Don Ramón, que de mi padre (y anécdotas cachondas por un tubo, cómo que mi viejo estuvo a punto de romperle la cara..por lo de la confirmación, ja,ja,)y no eran sobre nada de rollos bíblicos, no, eran sobre ¡¡razas de perros!!, ¡¡música!! (veía con buenos ojos que formáramos un grupo de rock, amén de permitir en sus instalaciones el único club de amigos que hubo ni habrá en nuestro súcio pueblo, de huella imborrable en mi memoria)y sobre cualquier tema o historia que saliese en ese momento. Lo respeto porque había en el pueblo poca gente (o ninguna, salvo un maestro)más culta e inteligente que él. Te sorprenderías como yo lo hice si fueras parte de aquel círculo generacional.
ResponderEliminarDon Ramón, Grandísimo Hijo de la Gran Puta, que me hace tener sentimientos encontrados. Yo cogí lo mejor de él, lo que quíse, lo que me dio la gana y sé que no le debo nada, pero COÑO!! todavía recuerda mi nombre cada vez que nos cruzamos por la calle...
Pues debes ser de los pocos (ese club de amigos del que hablas)porque asi a bote pronto, no me acuerdo de nadie que le haya dedicado unas palabras positivas a este sujeto(exceptuando claro esta, a mi tio "el organista" que en las reuniones navideñas siempre le nombra en alguna de sus surrealistas peroratas), yo, por mi parte lo tengo claro, ese tipo no es buena persona y lo ha demostrado a lo largo de los años. Por supuesto que tu tienes otra vision de este asunto y te respeto pero en mi opinion, curas como el han conseguido que varias generaciones de gente de distinto pelaje (no solo chavales) huyan despavoridos de las iglesias.
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