jueves, 22 de enero de 2009

-CINEMA BLUES: "CADILLAC RECORDS"

Cicatrizando viejas heridas
El fantástico sello de Chicago CHESS RECORDS de rhythm&blues fundado en 1947 por Leonard (Adrien Brody) y Phil Chess, -y que en un principio se llamó Aristrocat,- y que tambien eran dueños de la subsidiaria Checker fundada en el 53, ya tiene su película homenaje CADILLAC RECORDS, llamada de esta manera por la "generosidad" de los dos hermanos judíos de regalar tan preciado automóvil a cada estrella que firmaba con ellos, honores que compartieron leyendas de la música americana de la talla de Muddy Waters (Jeffrey Whight), Howlin' Wolf, John Lee Hooker, Jimmy Rogers, Eddie Boyd, Bobby Charles, Dale Hawkins, Little Milton, o grupos como the Moonglows, the Flamingos o the Tune Weavers. Pero el hecho de decidirme a comentaros la película -con estreno el 20 de Febrero en Spain-, que por cierto no está nada mal (podéis descargarla en V.O.S.), es la presencia de un personaje llamado Little Walter. El negro era toda una amenaza para sí mismo y con los demás. Armonicista de la banda de Muddy Waters (con importante aportación a su sonido), el descarado músico dió a Checker dos de sus grandes éxitos en los primeros 50's con "My Babe", y "Juke"(preciosa instrumental), y durante un tiempo gozó de más éxito como artista que el propio Waters devido al ritmo ligero y bailable que imprimía a sus propios discos. Pero..¿quién se acuerda o conoce la existéncia del macarra de Little Walter?.. muy pocos, de ahí la importancia del visionado de CADILLAC RECORS tan siquiera para descubrir (de aquella manera) al único hombre capaz de hacerle frente con su talento al mismísimo Muddy y salir airoso del asunto. Hijo de una prostituta, alcohólico, temerario del Señor, mujeriego, pendenciero, bullero... con la cara partida por las cientos de reyertas en las que se vió envuelto (sobre todo con la poli como se ve en una de las mejores secuencias del film) Little Walter al final murió como consecuencia de una de esas peleas...alguien se las tendría juradas... lo cierto es que esa fatídica noche las calles de Chicago serían un poco más seguras.

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