-REMEMORANDO EL PROFÉTICO FINAL DE DAVID KORESH Y SU SECTA DE DAVIDIANOS

THE TEXAS MASSACRE...

Bien podría haber sido el título de una péli de terror o el nombre de un grupo de rock pero no nos engañemos. David Koresh -al igual que su "colega" Mason- cantaba sí, pero su banda estaba compuesta por sectários davidianos armados hasta los dientes con automáticas. Estos "músicos" hablaban de Cristo, el Septimo Sello y demás advenimientos y profecías, algo que por otra parte no es ilegal (lo de hablar) como tampoco lo es llevar armas (hablamos del estado de Texas, EE.UU, y no de la provincia de Cáceres, España). Tenían un contrato pero con Dios y querían vivir como les diese la gana. Hasta ahí perfecto, lo de la péli de terror vendría después.

En un paisaje, entre arena y ganado, David Koresh de 33 años atrajo en su rancho-iglesia de Monte Carmel (Waco/Texas) a más de un centenar de fanáticos adventistas del Séptimo Día y cristianos de todo el mundo (30 de éllos llegaron de Inglaterra) a golpe de bíblia y capilla de salmos. Entre evangelios y sermones entrenaban a tiro limpio con su arsenal de más de 150 metralletas (entre ellas las temibles M-60), fusiles, pistolas, granadas y explosivos. Este armamento alertó a la policía del A.T.F que inició una investigación para comprobar si de verdad David Koresh y su grupo poseían armas automáticas, algo terminantemente prohivido en los USA (¡¡Stop a las ráfagas!!). Así que tras un seguimiento de 6 meses en 1993 la A.T.F. comenzó la que iba a ser la mayor y más importante operación en toda su historia, con más de 70 agentes (tenían adentro un infiltrado) y 3 elicópteros para la distracción (que llegarían tarde!!!). La caza del hombre resultó ser todo un doloroso fracaso porque David y su séquito estaban al tanto de todo, un periódico local del día anterior los había alertado (!!). Perdido el factor sorpresa la policía sucumbiría a ese primer intento de abuso de poder con 4 muertos y 22 agentes heridos, mientras en el rancho morían 6 davidianos uno de éllos un padre de familia que se había quedado fuera del recinto y se vio tiroteado a quemarropa cuando pretendía volver con su familia (quedando su cuerpo 3 días tirado en el suelo!!). Tras esa primera "tormenta del desierto" nadie imaginaría lo que acontecería durante las restantes 6 semanas de asédio.

-NO SE JUEGA CON EL FBI

El FBI, ayudado por los Rangers de Texas, tomaría el cargo de las negociaciones. Permitirían que Koresh grabara un sermón y se emitiera por TV, en él el lider de la secta prometió entregarse voluntariamente cosa que luego incumplió... porque Dios le recomendó esperar (!!). Comenzarían entonces las largas negociaciones entre "buenos" y "malos"(de 40 niños, permitió la salida de la mitad) a la vez que los tanques del ejército tomaban los alrededores en una imagen pocas veces vista hasta entonces en la tierra del sueño americano. Los canales de Televisión ya emitían 24 horas al día para todo el país y todo el mundo era consciente de lo que estaba ocurriendo en pleno corazón de América.

Koresh, que había recibido dos disparos durante el primer ataque, envió vídeos al FBI para dejar claro que contaba con el apoyo de su gente, montrando en éllos la fé que le profesaban sus seguidores además de apelar a la teología para justificar actos de unos y otros. Fue en estas cintas de vídeo donde se supo que tenía 14 hijos de copular con distintas mujeres, casadas, del clan. Su intención (por orden divina): formar un ejército "Los Hijos de David". El FBI, tras analizar las cintas, pasó a tácticas cada vez más agresivas. Intentaron, sin éxito, eliminarle desde dentro pretendiendo que un marido cornudo matase a David, cortaron la electricidad para que se helaran durante la noche (estaban a ¡¡20 grados bajo cero!!), pusieron potentes focos de luz y ¡¡música a todo volumen!! (Nancy Sinatra y sus "botas para caminar" sonando continuamente relantizada)... pero su guerra psicológica no daba los frutos deseados, tan sólo retrasaban lo inevitable. Ya pasaban 6 semanas y el FBI estaba bajo una presión, ansiedad y nerviosismo dificil de aguantar. Querían acción, querían ver las llamas del infierno. Un horror lacrimógeno estaba a punto de producirse.... y con él el fin de Koresh y su secta de davidianos.