"Las chicas buenas van al cielo. Las chicas malas vamos a todas partes"
-Mucho se ha hablado, y se hablará, de las "femme fatale" de la historia del séptimo arte. Pero la más memorable -por méritos propios y sonados-, la más original y la más fantástica de todas aquellas "vamps" es y será siempre la inigualable doña MAE WEST. Cachonda y pintoresca a más no poder la Mae irrumpiría como un tornado en el Hollywood de los años 30, ya con cuarenta tacos cumplidos (sic), dispuesta a no dejar indiferente a todo aquel que la viese en acción.
De estrafalario aspecto e ingeniosa y descarada verborrea, la Mae era una pícara de cuidado (solía presentarse de esta guisa: "¿llevas una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?"). Pero no confundamos. Pese a lo que pueda parecer, la actriz nacida en Brooklyn, New York 1893, era más tierna que fatal, más traviesa que escandalosa (curioso es que jamás se supo de un solo escándalo de élla en su discreta vida privada), eso sí, poseedora de un desparpajo encantador. La Mae no es que fuera una diosa de la belleza pero causaba impacto. Diminuta y estridente, embutida en corpiños que elevaban sus tremendas tetazas, adornada como un arbol navideño con bisutería, plumas, boas... la Mae sabía engatusar.
Para el recuerdo, aquellas olvidadas películas suyas dónde la gatuna Mae sacaba brillo a sus agudos y chispeantes diálogos de doble sentido (algo perdido en el cine de hoy y que hacía grande aquel cine) y sus insinuaciones erótico-irónicas a lo Groucho Marx. Devido a su actuación en "Nacida para pecar"(Lady Lou. Lowell Sherman, 1933) -donde "abusaría" de un jovencito Cary grant, descubierto por ella-, Mae conseguiría ser la causante de que se creara La Liga de la Decencia y su famoso código ético de censura. Esa era una de las dos cosas de las que se vanagloriaba nuestra diva. La otra fue saber que era el disfraz preferido en todas las fiestas homosexuales más sonadas de Nueva York, dónde todas las reinonas "drag" preferían disfrazarse de Mae West antes que de la Garbo o la Dietrich.
Alguien tan "surrealista" como Mae dificilmente pasararía desapercivida al arte del gran Dalí. Éste le dedicaría todo el diseño del salón de una casa, con un sofá en forma de labios rojos y carnosos... como no podía ser de otra manera tratándose de tan influyente y memorable MUJER.
De Mae West se dice que tuvo muchos amantes y parece ser que su mejor amante fue el boxeador negro Albert "Chalky" Wright ex campeón del mundo de los pesos plumas que habia sido su chofer, guardaespaldas y amante
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Y luego hay quien se atreve a decir que el punk nació en los 70. Si la Mae arrasó los años 30 como un torbellino salvaje, qué no haría este cañón de mujer en la década de las Madonnas y Leidis GaGas que nos ha tocado sufrir... Los hombres se cagaban en los pantalones en su presencia, las mujeres querían follársela (y a buena fe que alguna le lamió el felpudo), jamás necesitó el cine para saltar a la fama, pues ya era famosa antes de jugetear con el nuevo invento, cosa que sí lograron muchas de otras impostoras divas que aprovecharon el negocio del cine para chupar pollas arrugadas y hacerse famosas con mucho menos talento y glamour. Mae West, Garbo, Dietrich... daban miedo esas mujeres en blanco y negro con vidas de leyenda más allá de las pantallas de cine.
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