Hay películas, verdaderas obras de arte, que vistas con el paso del tiempo reflejan de manera sorprendente la vida personal y profesional de sus estrellas. Una de esas maravillas fílmicas era "Alma en Suplicio" (Mildred Pierce, 1945. Michael Curtiz) cuyo argumento -una mujer que asciende de camarera a dueña de una cadena de restaurantes en su obsesivo deseo de dar todo lo mejor a su desgraciada hija- guardaba bastantes semejanzas con la vida real de su estrella, la deslumbrante Joan Crawford. Una mujer exagerada, en todo el explendor de la palabra, que ganaría el Oscar de ese año a la mejor actriz por dicho papel en la péli de Curtiz (más importante fue el hecho de quitárselo a divas como Ingrid Bergman o Bette Davis). Pero el verdadero "suplicio" estaba por descubrirse y sería gracias a la polvareda que levantó el libro "Queridísima Mamá" que escribió su hija adoptiva Christine Crawford, cómo descubriríamos que la realidad muchas veces supera ampliamente a la ficción. Lógicamente el "best seller" daría paso a una adaptación cinematográfica en 1981 -cuatro años después de morir la madre- que titularían "Mommie dearest" (QUERIDÍSIMA MAMÁ) dirigida por un desconocido Frank Perry ("El Nadador"), financiada por un gran estudio (Paramount) y protagonizada por Faye Dunaway en el papel de la Crawford, lo que de entrada ya parece todo un disparate.
EL CREPÚSCULO DE LAS DIOSAS...
Por muy excandalosa (y vaya si lo fue) que fuese la relación de Crawfor con su hija, Hollywood tiende siempre en este tipo de historias -las concernientes a sus empleados (ya no digamos en las grandes figuras de la sociedad americana...)-, a contarnos lo que ellos créen oportuno y escamotearnos los hechos más desagradables, esos trapos sucios que tanto me atráen de esa Babylonia moderna que es Hollywood. Pero ya que no he tenído la oportunidad de leer la famosa biografía y conociendo de oídas (grácias Cesar Martín) las andanzas de la sublime Joan Crawford, decidí echarle un ojo al subsodicho biopic a ver qué tal (por cierto, la péli tuvo un significativo fracaso comercial), y la verdad es que no me defraudó...
La péli podía haber sido mucho más dura (por todo lo que veníamos diciendo) en lugar de acabar pareciendo un melodrama barato (ayuda el trabajo de dirección y unos actores malos), casi una telenovela, pero se ve con expectación porque delante nuestra tenemos un personaje real como la Crawford y no los viñedos fictícios de Falcon Crest con Angela Chaning (por poner un ejemplo televisivo). Cuesta creer lo desequilibrada, perturbada, alcohólica, atormentada, lunática y sobretodo mala madre que llegó a ser la actriz nacida en San Antonio (Texas). Ser testigos de las torturas físicas y psicológicas que infringió a la pobre Christine, escapan a toda comprensión. "¿Porqué me adoptaste?" es la pregunta que le hace la madre a la hija en un momento dado del filme y que nos hacemos todos. Como incomprensible es el supuesto amor que le profesaba su hija pese a todo. La Crawford no le dejaría un duro ni a élla ni a su hermano en la herencia, así que Cristina decidió ganarse el pan escribiendo dicho libro contando su infierno de vida. Justa venganza.
Yo también videé el film y me pareció bastante impactante la "verdadera" relación entre la Crawford y su hija. Mención especial para Faye Dunaway, sobresaliente.
ResponderEliminarEstoy contigo...
ResponderEliminarpor cierto, llámame que perdí tu number