-ADIÓS A DOS DE LOS NUESTROS

-DENNIS HOPPER. 71 tacos. Finito. Caput. Comida para los gusanos. Maldición, el azote del cáncer sigue cebándose con más de los nuestros... Indomable. Superviviente. Un cawboy sin control. Un proscrito. Toda una vieja leyenda de Hollywood, un rebelde con causa. Cayó en el hoyo y supo regresar del infierno, con dos cojones. Dennis Hopper nos avandonó para siempre. Tras de sí deja un reguero de magníficas interpretaciones (el adicto al éter de Terciopelo Azul, el fotógrafo lunático de Apocalipse Now, su papel en El Amigo Americano de Wenders...) y dignas películas dirigidas (Caído del Cielo, Colors...), algunas de un valor incalculable (Easy Ryder). Estuvo en todos los fregados habídos y por haber. Lo sufrió Nicholas Ray (Rebelde sin causa), lo apadrinó Henry Hathaway, lo lanzó Roger Corman (The Trip), casi acaba con Coppola (La Ley de la Calle), David Lynch lo rresucita (blue velvet), Hollywood lo requiere para sus típicos fiascos (Waterworld...) y para algúna que otra sorpresa (Amor a Quemarropa), participa en cine de serie B (Transporte Espacial), cine independiente (Basquiat) ..., y se gana el pan como bien puede en todo género de películas chorras (comedia, acción, negro...).

No se trata de juzgarlo, se trata de rendirle homenage. Cada vez quedan menos rebeldes, menos soñadores. Todos los que no queramos ser domesticados llorarémos la pérdida de personas como Hopper... Tipos nacidos para ser salvajes.

-RONNIE JAMES DIO. (The Man on the Silver Mountain). Otro duro golpe. Menuda racha llevamos. Pero que suerte el haber disfrutado de un ser humano tan irrepetible. Si hubiese vivído en la Edad Media, que tanto amaba, sería sin duda un Principe, un Caballero de honor. Como músico, y persona, desbordaba un carisma y una voz enorme, grandiosa. Rainbow y Black Sabbath fueron dos de los supergrupos que gozaron de su poderosa garganta. ROCK con mayúsculas (algunos lo llaman heavy). En solitario, y hasta su muerte, continuó con su banda DIO enarbolando la bandera del rock duro, haciendo lo que había hecho durante toda su vida, ajeno a modas y cambios. A lo suyo.

Intentar hoy día convencer a los "infieles" que desconozcan de la grandeza de tipos como Dio (o Dennis Hopper) es perder el tiempo, tarea inutil. Hoy todo ocurre demasiado rápido. Y desgraciadamente, el pasado, y la historia, o como vulgarmente se díce, separar el grano de la paja,... no es algo que importe a la plebe, al consumidor, al sufrido ciudadano o a quien cojones se créan.

¡¡Long Live Rock and Roll!!