miércoles, 28 de julio de 2010

REPASANDO EL CINE AUSTRAL DE BRUCE BERESFORD

No me importa su último trabajo (The Contract). No me interesan sus premios de la Academia (Paseando a Miss Daisy). De Bruce Bersford (Sydney 1940) me interesan sus dos primeros trabajos en tierra australiana, antes de oir cantos de sirena provenientes de Hollywood. Aunque no está de más defender que su primer film americano, "Gracias y Favores" (Tender Mercies, 1983), es un excelente drama protagonizado por el gran Robert Duvall, título referencial de otra gran película sobre el mismo tema: "Corazón Salvaje"(2009). Al que habría que añadir otra excepción como la lírica "Black Robe"(El Manto Negro, 1991), ya comentada en cierta ocasión en alguna otra entrada con motivo de una lista de grandes películas del cine australiano (título, éste último, incluido, sin haber visto un servidor las dos primeras obras de Beresford). Dos claros ejemplos de lo mucho que ha cambiado el estilo y la forma de hacer cine, de un director, que iba para figura y a tenor de lo visto se nos ha quedado pequeño.
-ASALTO AL FURGÓN BLINDADO (Money Movers. 1978)
Nada de aspavientos. Nada de dramatismo melodramático. Nada de demagogia barata... Estamos ante un thriller extraordinario a todos los niveles. Seco. Un debut digno del más talentoso de los directores. La ópera prima del australiano es un denso, complejo y tirante ejercicio de cine con mayúsculas (Si no recuerdo mal Richard Fleischer rodó en 1950 un loable thriller con el mísmo título en castellano; y más recientemente parece ser que se estrenó un remake del cual no sé nada... ni quiero saber). El original guión, obra del propio Beresford, gira en torno, como su título en castellano indica (mucho más ocurrente suena el original, algo así como "los motores/movedores del dinero"), al atraco que planean, en el más absoluto secreto, tres empleados de la empresa Darcy. Los cuales ven complicado su plan, cuando por sorpresa un anónimo avisa a la empresa del inminente golpe. El final es merecedor de todos los elogios. Un impresionante estallido catártico de violencia y sangre, a lo Peckinpah de Grupo Salvaje...
-BREAKER MORANT (akí "Consejo de Guerra". 1980)
Si algo demuestra este film, además de lo bien que se movía Beresford por terrenos tan dispares como el thriller violento y el drama bélico, es lo comprometido que parecía estar el realizador australiano en denunciar la corrupción de nuestra sociedad en todos sus niveles. Una lástima que no siguiese por ése camino. Personalmente estámos ante una obra maestra. Puede verse como una película "anti" (anti-imperialista, anti-inconstitucional, anti-bélica...) pero sobretodo me quedo con la sensación de haber visto una gran obra de cine clásico de toda la vida. Con una historia muy parecida a aquella otra maravilla llamada "Senderos de Gloria". Del mismo modo que en el título de Kubrick está basado en un hecho real acaecído duranta la Primera Guerra Mundial, la péli de Beresford están basada en un suceso real ocurrido durante la Guerra Anglo-boer. Tres tenientes australianos bajo mando inglés serán juzgados, en éste otro caso, por supuestas irregularidades en el frente de batalla. Buenas interpretaciones, sobretodo la de Edward Woodward y, por encima de éste, la de Jack Thompson ("Feliz Navidad, Mr. Lawrence"). Me recuerda también al western americano: La época en que está ambientada la historia es la misma; hay tíros al galope; salen "indios", en este caso aborígenes; el precioso paisaje austral bien podría salir en un western de John Ford ("El Sargento Negro" por ejemplo)... y así hasta acabar elogiando detalles como la textura o la fotografía, que en otras películas serían simple anécdota pero aquí redondean una de por sí majestuosa película.

sábado, 24 de julio de 2010

-SWITCHBLADE SISTERS.

Desde la polvorienta estantería reservada al cine pandillero y macarra del viejo videoclub de Tarantino, nos llega esta pasada de cinta. Cine gamberro para adolescentes, reserva del 75. Mierda de la buena.
Degustando SWITCHBLADE SISTERS (Jack Hill, 1975) como se merece (usa tu imaginación), uno disfruta de lo lindo . Estámos ante un cruce de varios films del género exploitation que tanto nos gusta (a los nostálgicos tumberos sobretodo). Referencias a títulos como "Carcel Caliente"(Caged Heat, 1974) de Johnatan Demme, "Más allá del Valle de las Muñecas" (Beyond the Valley of the Dolls, 1970) de Russ Meyer; o sin ir más lejos, del género blaxploitation como "Coffy"(73) o "Foxy Brown"(74) por nombrar dos de los anteriores films genéricos rodados por Jack Hill. Al que se le nota que aprendió el oficio trabajando para el gran Roger Corman, pues también hay mucho del director de "Mamá Sangrienta"(1970) en Switchblade Sisters (también conocida en España como "Las Navajeras" o por su título original USA "The Jezzebels"). La péli es la escusa perfecta para fans de "Curso 1894", "Los Amos de la Noche", "The Wanderers"... y demás quinquilladas setenteras. Recubierta de una estética Grease -de botellón-, no apta para estudiantes del OPUS.
El percal.
Los protas de esta cinta gamberra y suburbial son una panda de rudas jovencitas, carne de correccional, que se hacen llamar Las Deidades Desgraciadas. La llegada al barrio de la atractiva Maggie (Joanne Nail) hará cambiar, como siempre ocurre en estos casos, la rutina de la pandilla, en especial la de su guapa cabecilla Lance (Robbie Lee, foto izda.) con la que no tardará en unir fuerzas a la hora de enfrentarse a una pandilla de chicos por el control del negocio de la droga. Entre tanto cachondeo y tanto tópico, suena buena música soul ("Mujer de corazón oscuro" es el tema principal) al ritmo de sexo, navajas y desobediencia. Mucha desobediencia. Esto es cine para adolescentes años 70/80, y no la borralla de pélis politicamente correctas que se hacen hoy día para el público juvenil. Aquí hay violencia bizarra y chulería por un tubo. Sin más pretensión que entretener y divertir. Aunque sólo sea por un rato.

martes, 20 de julio de 2010

-EN BUSCA DEL CINE PERDIDO: SANGRE SABIA ("Wise Blood", John Huston. 1979)

El cine de JOHN HUSTON (1906/1987), desde su ópera prima "El Halcón Maltés(1941)" hasta su testamentaria "Dublineses"(1987), ha estado repleto de grandes obras maestras que no debería hacer falta recordar salvo que se sufra algún tipo de demencia senil ("La Jungla de Asfalto", "El Tesoro de Sierra Madre", "El Hombre que pudo reinar", "La Noche de la Iguana"...). También cosecharía fiascos, cierto, a ver quien es el listo que sobrevive íntegro a más de cinco décadas de curre en Hollywood.. Pero no estamos aquí para recordar sus mediocridades, sino para repasar uno de ésos tantos títulos "menores" que suelen olvidarse a la hora de ensalzar la filmografía de genios como Huston. Títulos que quedan ofuscados, a la sombra de sus grandes obras. Títulos que hay que tener en cuenta, y dejar en el lugar que se merecen. Una de ésas películas olvidadas del director de Moby Dick que recientemente he tenido el placer de descubrir lleva por título SANGRE SABIA (Wise Blood, 1979). Uno no entiende porqué películas como ésta no obtienen beneficios ni aceptación popular. Tal vez se deba a lo atormentado del relato. Tal vez se deba al pesimismo del que hace gala. Tal vez porque uno no sabe si reírse o quedarse horrorizado... En cualquier caso historias originales y arriesgadas como ésta, que se salen de la mediocridad reinante, son recelo para los inversores y acaban teniendo -vaya usted a saber porqué- poco atractivo para el público. Es una verdadera lástima que se desechen títulos del calibre de Wise Blood. A un servidor siempre le ha llamado la atención ése otro cine: El que te hace pensar, el que te tortura la inteligencia. Un cine más absurdo que perfecto. Un cine de espíritu rebelde. Un cine que, con cariño y respeto, retrate a personajes "perdedores" como se merecen. Un cine del que gustaba John Huston. Cuya reputación como hombre de mundo y director cinematográfico está fuera de toda sospecha.
Esta historia está basada en la novela homónima de Flannery O'Connor. Huston sitúa la péli en Georgia. En élla nos narra, haciendo gala de un humor negro encomiable, la breve rebelión de un joven fanático religioso contra Jesucristo. La idea de "una iglesia sin Cristo" es lo que lleva a este joven a pregonar sus ideas a los cuatro vientos; entre un divagar teológico y una tortura interior que resulta digna del más tarado de los predicadores. Mención especial para el papel protagonista: un Brad Dourif magnético y desfasado. Haciendo gala de un talento tremebundo, casi siempre desaprovechado por la industria (David Lynch contó con él para Dune y Terciopelo Azul...). Éso es lo que tiene poseer un rostro singular... que te hace quedar encasillado en ciertos papeles a las primeras de cambio. Otro tanto se podría decir de otro de los "desconocidos" actores del reparto, el gran Harry Dean Staton, como bien sabréis uno de nuestros favoritos aquí en ATumbaAbierta.
Una grata sorpresa púes. Como también lo fueron en su día, para el que suscribe, películas como "Fat City, Ciudad Dorada"(1972) y "Bajo el Volcán" (1984) -de las que sin duda habría que hablar largo y tendido en otra ocasión-. Otras dos maravillas olvidadas de ayer y de hoy que nadie debería perderse.

jueves, 15 de julio de 2010

-EL RINCÓN DEL PINCHADISCOS: "New Values"

Siempre fiel a los principios del auténtico rock, Iggy Pop es de esa clase de tipos de leyenda capaz de aglutinar, por sí solo y sin demasiada ayuda, un sin fin de calificativos. Radical y visceral desde sus inicios (fue punk antes que nadie), la Iguana ha sabido adaptarse a los tiempos de una forma pasmosa. Pasando por alto su etapa Stooges, imprescindible y esencial (la de antes no la de ahora), la carrera de Iggy en solitario ha compaginado obras maestras con trabajos endebles. Así son los monstruos... Uno de esos long play maestros (y malditos) de los que hablo -y que quiero reseñar desde mi rincón de fanático yonki pinchadiscos- lleva por título "New Values"(1979). Un disco brillante que vendería miserablemente. Grabado entre el arrollador "Lust for life"(77) y el malsano "Soldier"(80), las canciones de este discazo suenan a gloria. La impecable calidad sonora del disco, y el grado de innovación, no serían de resaltar si la voz desatada de Iggy, y el nervio de su aquí templada garganta, no impregnasen las composiciones de principio a fin. El que fuera su crepuscular guitarrista en aquella maravilla de "Raw Power", James Williamson (el de la dcha. en la foto), fue el encargado de producir (también compuso un tema) semejante alegato al buen gusto. Aunque grabado en California, fue durante su estancia en Berlín donde Iggy escribió los temas empapándose de los básicos Chuck Berry y Keith Richards. Asistimos desde la inicial "Tell me a Story", a ese estilo chulesco y vibrante que define a la perfección al génio de Michigan. La cálida "Dont Look the Down"; la hipnótica "The Endless Sea"; la tremenda "Girls"; la amarga "Angel"... Y más que ninguna otra: "I'm Bored", sin duda alguna otra de las grandes canciones de su, por otro lado, tremendo repertorio ("Lust for life", "The Passenger", "Candy", "Sister Midnight"...). Como curiosidad decir que para la gira de presentación en Europa Iggy utilizaría a la banda que grabó el disco. Entre varios de los desheredados de los que se suele rodear Iggy, estaban Jacke Clark (Ike&Tina Turner) que en las sesiones de grabación se ocupó del bajo, siendo sustituido en vivo por el Sex Pistols Glen Matlock (pasando aquél a la guitarra), y el bateria de Tangerine Drem Klaus Kruger. Disfrutadlo como se merece: ¡A todo volumen!... O cómo dirían los SpinalTap: ¡Al volumen 11!

sábado, 3 de julio de 2010

-EL RINCÓN DEL PINCHADISCOS: "Exile On Main Street"

Damas y caballeros. Queridos tumberos... "Exile on Main St" (1972) es para el que suscribe el último gran disco grabado por Sus Majestades Satánicas. Estarían por venir grandes canciones, sí. Pero nunca un albúm tan inspirado y redondo como éste. Un disco que marcaría un antes y un después en la carrera de los Stones. Keith y Mick en estado de gracia. Iluminados. Colocados día y noche. Rodeados de un séquito babilónico en su mansión del sur de Francia. Liberados (tras abandonar Inglaterra por problemas con el fisco), lograrían rodear a todos los temas del disco de un aura mágica. Experimentaron como solo los grandes maestros saben hacerlo: buscando, y encontrando, la inspiración en los rincones de la música negra americana que tanto amaban. Retazos de viejo blues, country, gospel, soul... y por supuesto: el rock and roll de Chuck Berry. Más tarde se diría con razón que fueron los Rolling Stones quienes devolvieron la música negra a los americanos. Como siempre sucede en estos casos con los discos experimentales (llámense transgresores), la crítica, por naturaleza escéptica y siempre muy por detrás de la música y el arte de sus creadores, no tardaría en ponerlo a parir. Y es que semejante engendro sonoro corre en quince direcciones distintas que no puedes etiquetar. Pero ha sido el tiempo, siempre justo, el que lo ha puesto en el altar que se merece: Uno de los mejores Lps de rock'n'roll de todos los tiempos. Tiempos aquellos en los que se respiraba sin duda... un aire distinto. La grandiosa portada (doble disco en vinilo) ya auguraba que lo que te ibas a encontrar en su interior no sería algo convencional. Imposible resaltar un tema de otro. Hoy amo "Sweet Virginia", el mes que viene te diré que "Rip this Joint" me llega al alma, y así sucesivamente... pues cualquier composición que pinches será lujo para tus oídos.
-Como complemento a la escucha del legendario Lp stoniano, los que quieran saber más sobre el proceso de grabación del mísmo y sobre toda aquella época dorada del rock (los Stones eran algo así como el centro del Universo) recomendaros el reciente documental "Stones on Exilie"(2010). Una delicia impagable de documentos, música, imágenes de archivo, anecdotas y comentarios de todo aquel proceso creativo. Un único pero. Se hecha en falta información sobre aquella mítica sesión de fotos con la actriz Joan Crawford que a buen seguro se verá cubierta en el libro "Exile on Main Street" de los Rolling Stones, que tan deseoso estoy de leer, y que viene a redondear toda la información posible (papel, imágen y sonido) sobre una banda en su cumbre. Como para perdérselo.