jueves, 5 de agosto de 2010

JUDY HOLLIDAY. Dulzura y encanto.

Judy Holliday fue la típica actriz encasillada en papeles de rubia tonta. Cuando pienso en élla me viene a la cabeza Melannie Griffith, que llegaría a interpretar el mismo papel que en su día interpretara la Holliday (un soso remake de la estupenda "Nacida Ayer"). Pero basta echar un vistazo a su corta carrera -apenas una docena de films- para darse cuenta que estábamos ante una portentosa actriz; amén de una portentosa mujer. Esta hembra nacida y enterrada en New York City (1921-1965) entraría en el "negocio" de la mano de Orson Welles como telefonista. Aunque sin lugar a dudas se encontraría más a gusto como cabaretista (durante los años 40 conseguiría trabajo en el cine gracias a ello, el más sonado: "Un día en Nueva York") que como encargada de pasarle las llamadas al director de Ciudadano Kane.
Sus mejores papeles vinieron de la mano del genial George Cukor. Cinco films codo con codo con el director que mejor supo sacarle partido. Desde "La Costilla de Adán"(49), en la que participaría en un pequeño papel, hasta los destacados títulos: "Nacida Ayer"(1950), acompañando al chico de oro por aquel entónces William Holden y por la que recibiría el Oscar a la mejor actriz robándoselo ni más ni menos que a Gloria Swanson y Bette Davis; "Chica para matrimonio"(52) y "La rubia fenómeno"(54), de corte parecido ambas, y en la que la podíamos disfrutar, ésta última, al lado de un jovencísimo e incipiente Jack Lemmon, actorazo con el que volvería a repetir ese mismo año en otra disparatada comedia de título onomatopéyico "Phffft!"(Mark Robson, 1954). La quinta película con Cukor, y primera en el tiempo, llevaba por nombre "Cita en los cielos"(44) y no deja de ser un título olvidable, tan sólo reseñable por ser la primera vez que ambos tuvieron el honor de conocerse y trabajar juntos. De no ser por éste señor, poco o nada nos sonaría el nombre de la judía neoyorquina. Una actriz tan desaprovechada como encantadora. Desgraciadamente un cáncer de garganta segaría su vida a la edad de 43 años. Una garganta de la que salía una vocecita "marca de la casa", singular y característica. De la que aconsejo toméis nota visionando en v.o.s. cualquier película suya arriba citada.

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