martes, 21 de septiembre de 2010
-MUJERES ATÓMICAS: VERONICA CARLSON
VERONICA CARLSON
Yorkshire (Reino Unido), 18 de septiembre de 1944
Por mucho empeño que Fisher, Cushing, Christopher Lee y compañía pusieran, gran parte del éxito de su trabajo y el del estudio para la que trabajaban, la Hammer, no hubiese sido el mismo sin la contribución de las llamadas "Chicas Hammer". Hoy, no sólo es que haya desaparecido el "culto" a la figura de la starlette, sino que a mi entender también ha desaparecido un tipo de mujer, que a pesar de la espectacularidad de sus atributos físicos, se percibía como más accesible, y mucho más real, que las estrellas o modelos que marcan los cánones de belleza en la actualidad.
Veronica Carlson fue una de tántas de aquellas eróticas sensaciones nacidas para provocar (Caroline Munro, Rachel Welch, Julie Ege, Victoria Vetri, Barbara Shelley, Ingrid Pitt...). Mujer de sexualidad a flor de piel. De sugerentes poses. Fantasía de lo lascívo y de lo perverso. La secuencia de la violación a la que es sometida su personaje, Anna Spengler, a manos del Barón (Peter Cushing) en El Cerebro del Frankenstein (Terence Fisher, 1969) está considerada como una de las más polémicas escenas de todo el repertorio Hammer. No sería ese ni su primer ni su último papel en la "Casa de la Sangre". En Drácula vuelve de la tumba (Freddie Francis, 1968) se ganaría el sobrenombre de "Reina indiscutible de los Camisones Transparentes y los Escotes Generosos", alegrando los corazones de los fanáticos hammernianos de todo el mundo. Aparece como cándida rubia en El Horror de Frankenstein (Jimmy Sangster, 1970) en su creación de Elizabeth Heiss, contrapunto ideal a la malvada morena Alys (Kate O'Mara). En 1975, para mal de sus incondicionales, abandonaría la interpretación. Volvería al cine en 1994 para recrearse a sí misma en Black Easter, una rara (por extraña) cinta de terror dirigida por un tal Bruce G. Hallenbeck para mayor gloria de la starlet... Y de sus incondicionales.
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