viernes, 28 de octubre de 2011
"PUSHER". LA TRILOGÍA QUE LLEGÓ DEL FRÍO
PUSHER (1996), PUSHER II: WHIT BLOOD ON MY HANDS (2004) y PUSHER III: I'M THE ANGEL OF DEATH (2005), todas escritas y dirigidas por Nicolas Winding Refn, conforman la trilogía danesa de acción por excelencia. Hoy están consideradas, sobre todo la primera, como lo mejor del cine independiente europeo de los ultimos años. Con este trabajo consigue un título de culto en todo el globo. La nerviosa, y narcotizada, cámara de Refn persigue casi en exclusiva al personaje de Frank, un drug dealer de los suburbios de Copenhague, a través de su rutina diaria de ventas y chanchullos. Dura, implacable, violenta, tensa y dramática obra la que nos sirve en frío el director danés. Sin concesiones. El compinche de Frank en la primera, Tonny, pasa a convertirse en el personaje central de la segunda parte. De nuevo un film duro y sorprendente, cerrando el círculo con el personaje de Milo, el barón de la droga serbia, en la última entrega de esta tan genial, como polémica, trilogía de culto. Gangsters viciosos, padres mafiosos, hijos drogadictos, toxicómanos anónimos, madres prostitutas, deudas, ajuste de cuentas, rehabilitaciones, inmigración, desesperación, paro, traición, lealtad... Un áspero retrato de la Dinamarca que no conocemos. El visionado de la serie deja una imborrable huella en el espectador, Una mancha de sangre pegada al cemento.
Atentos a la nueva joya de Nicolas Winding Refn (recordar también que dirigió aquella maravilla titulada Valhalla Rising), se titula DRIVE y es un encargo heredado de otro tumbero de cuidado, Neil Marshall. El fenómeno del existencialismo está de vuelta... al volante.
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