domingo, 30 de junio de 2013

KILLER JOE (WILLIAM FRIEDKIN, 2011). GAMBERRA, DIVERTIDA Y BRUTAL

"...Cuando voy al cine a ver una película, no la escojo en función de la edad
 del cineasta.¿Ha visto usted Killer Joe de W. Friedkin? Es muy divertida y
maleducada. Me pareció muy graciosa, como una película de Russ Meyer.
 Y fíjese:¡La ha hecho un tipo de 80 años! Genial." 
(JOHN WATERS, dixit)

Si lo dábais por muerto...estáis bien jodidos. Pónganse en pie al oir este nombre: William Friedkin. Porque están ustedes ante un cineasta con mayúsculas, un director fuera de lo común. El francotirador que hurgó en el lado oscuro de nuestras mentes y nos manipuló el pensamiento con discursos y sensaciones alejadas del mainstream cuarenta años atrás, sigue en la brecha. Es increible y, digno de admiración, que este señor, que  bien podía estar bronceandose al sol de California bajo los cuidados de una prieta enfermera (y nadie se lo reprocharía, pues se lo tiene más que merecido), esté rodando sensacionales películas a la edad de ¡80 años!. Es de locos. El abuelete sigue por ahí zumbando en nuestros cerebros auténticas historias de violencia, de contenido politicamente incorrecto y oscuramente salvajes, como si aún tuviese 40 tacos. La  acojonante  KILLER JOE (2011)  es la prueba fehaciente de que el genio de Chicago está de regreso. Si bien los tumberos avispados ya estarían 'al loro' de la recuperación de Friedkin cuando mencionamos en su momento un título como "Bug"(2006), el claustrofóbico thriller de terror realista que jugaba con nuestras emociones, psicología, espiritualidad y sexualidad como solo el creador de "El Exorcista", "French Connection" y "Cruising" puede hacerlo.
Tras esta nueva demostración de maestría detrás de la cámara, Killer Joe devuelve satisfactoriamente al gran William Friedkin a primera línea de la actualidad cinematográfica mundial. Con dos cojones y un dominio del medio asombroso, práctico y aplicado, repleto de secuencias memorables. Un relato pulp al más puro estilo Jim Thompson, alguien que solía ofrecernos una visión sombría y cruel de la existencia humana. Personajes atormentados llenos de frustración y dolor en un mundo del que no pueden escapar. Bofetadas en la cara. Espejos que nos retratan. Mala hostia celuloide. Esto es cine, señores. Estas son las películas que en esencia (exijo)quiero ver.
Que no nos tomen el pelo. Salvo contadas excepciones toda la mansalva y bien remunerada 'clase alta' de jóvenes -y ya consagrados- directores de cine moderno, encumbrados a ciegas por crítica y público, premiados en notorios festivales, todos esos que dicen tener carta blanca, esmoquinados pájaros cuco....-vamos, la clase de génios que se dicen buenos-,  acaban a la larga sucumbiendo a los placeres del mainstrean, cuando no, traicicionandose a sí mismos (no es cuestión de citar nombres, creo que los tenéis todos en mente). De ahí la admiración y respeto que siento por el tío que hace una peli como ésta a su edad. Un valiente octogenario que todavía levanta ampollas y profana tabúes a la hora de trabajar. Un visionario actualizado que todavía perturba, escandaliza, juega, zarandea y confunde (la cinta puede parecer una comedia(negra) pero no lo es, además de otras muchas cosas), y lo que es más importante, nos divierte, como solía divertir a nuestros papás y mamás cuatro décadas atrás. Tomen nota hijos del agobio, actitudes como la de Don William "Carga Maldita" Friedkin están claramente en peligro de extinción.



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