sábado, 16 de noviembre de 2013

IN MEMORIAN. Resesas esquelas de gente lironda y tumbera

-RICHARD C. SARAFIAN (1930 - 2013). Todoterreno rebelde y proscrito que dio lo mejor de sí en los años dorados del cine tumbero americano de los años 70. Solo por dar vida en pantalla al novelesco antihéroe  Kowalski en la apabullante e idolatrada cinta de culto Vainishin Point (Punto Límite: Cero; 1971) se merece el respeto y el recuerdo eterno por parte de todos nosotros. Otra muestra de su valía y talento -mostrado a cuentagotas, eso sí-  fue el desmitificador western El Hombre de una Tierra Salvaje (1971) dirigiendo a su tocayo Richard Harris y a su maestro John Huston en tal renombrable faena. Redondeando, su obra y apellidos quedará ligada a la de ilustres tumberos que en algún momento dieron -y seguirán dando- vidilla a esta revista: Sean Connery, Burt Reynolds, Barry Newman, Farrah Fawcett, Robert Duvall, David Hemmings, Rod Steiger, o los citados Richard Harris y John Huston. Todos los Kovalskis de este mundo jamás te olvidaremos, amigo 'perdedor'.

-NIGEL DAVENPORT (1928 - 2013). Clásicos indiscutibles del cine tales como Mercenarios sin gloria (1969), Mirando hacia atrás con ira (1959), Un hombre para la eternidad (1966), Carros de Fuego (1981), Amanecer Zulú (1979) o  la hustoniana La Horca puede esperar (1969) son algunos de los trabajos en los que participó el grandísimo actor -secundario de lujo- británico. Más allá de estos y otros gloriosos films que gozaron de la presencia de Davenport nosotros queremos destacar dos títulos, dos sobresalientes papeles secundarios en los que demuestra su flema tumbera y la devoción que sentimos por este caballero de prolongada carrera cinematográfica: las obras maestras El Viento en las Velas (Alexander Mackendrick, 1965) y El Fotógrafo del Pánico (Michael Powell, 1960) son dichas joyas. Sobran las palabras. Nos queda recordar al aventurero señor Thornton(de la primera) o al detective Miller (de la segunda), sin olvidar que fue Davenport el actor que cedió su voz (en su versión original) para que Hall 9000, el ordenador de 2001: una odisea del espacio(Kubrick, 1968), pusiera rumbo a las estrellas.

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1 comentario:

  1. Vaya!, pues ni idea de estas pérdidas. Desde luego, los secundarios y actores de reparto de épocas pasadas eran de auténtico lujo, ya no existen actores así.

    Bonito homenaje.

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