sábado, 26 de diciembre de 2009

-CULT MOVIES: "EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO"

EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO (Peeping Tom). G.B. 1960. D.: Michael Powell. I.: Karl Heinz Boehm, Anna Massey, Maxine Audley.
El OJO TE VE
Si te gustan pélis como "Psicosis", "El Extrangulador de Boston", y si me apuras "Henry: retrato de un asesino", prepárate para una de las truculentas, maliciosas, turbadoras y más fascinantes obras de terror de todos los tiempos. La película de Powell no es la típica historia de "psicópatas" sino que va más allá, reflexionando sobre nuestra condición de voyeur y cinéfagos como espectadores que somos e implicándonos con la cámara "virtual" que sustituye en todo momento al ojo humano... Todo un hito dentro del cine. Un título menospreciado en su momento. Lo que suele pasar con los trabajos arriesgados, tanto que destruiría la carrera de su realizador Michael Powell que ya no volviría a dirigir ninguna película más. Un brillante director, que antes de este filme había dirigido películas estupendas (digamos un "cine-normal") como "Narziso Negro"(47), "Las Zapatillas Rojas"(48) o "los Invasores"(41) y que tenía tanto a público como a crítica, metidos en el bolsillo. De ahí que sorprendiera a todos con el carácter oscuro y psicoanalítico con el que afrontó el que a la postre resultaría su ultimo trabajo. La inteligente película del director inglés acabaría por ser el filme preferido para cineastas tan reivindicados hoy como pueden ser Scorsese y Polanski entre otros muchos. Por algo será... Y es que filmar la agonía del jóven Mark Lewis (el "Sissi" Karl Heinz Böhm) no está al alcance de cualquier realizador. El hacer partícipe al espectador de los actos asesinos del monstruo Mark, fue lo que sin duda ocasionó que el público saliese repugnado de las salas... y es que entender a los génios nunca ha sido taréa fácil, sobretodo para la mayoría de gente que acude a las salas relularmente y que está acostumbrada a no entender/tragar cualquier propuesta que se salga de lo corriente.
Citaba a Mark como un monstruo. Un monstruo que en el fondo resulta hasta simpático. Mark asesina a sus victimas presentándose a ellas como director de documentales. La púa punzante instalada en su cámara, es su socia. Con ella mata a las muchachas filmando su sufrimiento. Los flashes a los que recurre Powell para mostrarnos el porqué del desquiciado actuar de Mark, nos permiten conocer los sádicos procedimientos y experimentos a los que le sometía su padre. Para Mark, el sexo, la muerte, el amor y el odio eran un todo, y su cámara el único medio capaz de captar todas esas emociones. Un viaje alucinante al rincón más profundo del cerebro de un loco.

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