NICOICON (Susanne Ofteringer, 1995)
Poco sabía un servidor tumbero sobre la vida privada y artística de Nico, salvo las preciosas canciones que cantaba con esa voz grave y sinuosa con la Velvet Underground y, por supuesto, me dejaba atónito su divina belleza; rubia altiva y radiante modelo de Vogue, de excelsa voz, exhuberante talento, diferente en muchos aspectos al tipo de mujer de la época... De ahí que sintiera curiosidad por este documental desde el momento que supe de él. ¿Cómo puede una madre enganchar a su retoño en la heroina? Pa flipar. Queda claro, después de visionar semejante drama sobre su vida, cuanto más terrorífica puede resultar la realidad en comparación con las historias que vemos en las películas de cine (y todavía habrá quien lo niege, cuantas veces escuchamos a incrédulos decir "
eso es ficción" o "
eso solo pasa en las películas"...Ya!). El claro/oscuro paso por la tierra de esta avasallante mujer nos lo ofrenda, en poco más de una hora, la directora alemana Susanne Ofteringer, y créanme, supera con creces cualquier
reality show o culebrón televisivo que ustedes hayan visto (lo del cabronazo de Alan Delon con su madre, no tiene nombre). Historias de junkies y rock and roll. De luz y oscuridad. De belleza y fealdad. De leyendas y de artistas. De amigos y amantes. Imposible diferenciar a unos de los otros. Bob Dylan, Jim Morrison, Jackson Browne, Lou Reed, Iggy Pop (¡menudo videoclip con Nico!), Danny Fields... Por medio todo un elenco de lugares (Cafe Bizarre, The Factory, Chelsea Hotel...) y personajes que deambularon por la vida de la solitaria actriz, cantante y modelo: familiares (la tía que ejerció de madre hasta los 16), un jóven Andy Warhol, ex nóvios junkies, músicos que la acompañaron en su carrera en solitario (Jon Cale), biógrafos, conocidos... Todos dando su punto de vista e intentando psicoanalizar a la persona que llegaron a conocer, como si tal menester fuese posible. Nico murió de un derrame cerebral en 1988 en la isla de Ibiza. Vivió más de lo que a élla le hubiese gustado. De haber podido eligir le hubiese gustado ser hombre, como le oímos afirmar en una entrevista del film. A nosotros nos dejó su recuerdo. El recuerdo de una diosa del erotismo que nació de la nada, de un molde que solo aparece de siglo en siglo, y se consumió de manera trágica.
NICOICON (Susanne Ofteringer, 1995)
Poco sabía un servidor tumbero sobre la vida privada y artística de Nico, salvo las preciosas canciones que cantaba con esa voz grave y sinuosa con la Velvet Underground y, por supuesto, me dejaba atónito su divina belleza; rubia altiva y radiante modelo de Vogue, de excelsa voz, exhuberante talento, diferente en muchos aspectos al tipo de mujer de la época... De ahí que sintiera curiosidad por este documental desde el momento que supe de él. ¿Cómo puede una madre enganchar a su retoño en la heroina? Pa flipar. Queda claro, después de visionar semejante drama sobre su vida, cuanto más terrorífica puede resultar la realidad en comparación con las historias que vemos en las películas de cine (y todavía habrá quien lo niege, cuantas veces escuchamos a incrédulos decir "eso es ficción" o "eso solo pasa en las películas"...Ya!). El claro/oscuro paso por la tierra de esta avasallante mujer nos lo ofrenda, en poco más de una hora, la directora alemana Susanne Ofteringer, y créanme, supera con creces cualquier reality show o culebrón televisivo que ustedes hayan visto (lo del cabronazo de Alan Delon con su madre, no tiene nombre). Historias de junkies y rock and roll. De luz y oscuridad. De belleza y fealdad. De leyendas y de artistas. De amigos y amantes. Imposible diferenciar a unos de los otros. Bob Dylan, Jim Morrison, Jackson Browne, Lou Reed, Iggy Pop (¡menudo videoclip con Nico!), Danny Fields... Por medio todo un elenco de lugares (Cafe Bizarre, The Factory, Chelsea Hotel...) y personajes que deambularon por la vida de la solitaria actriz, cantante y modelo: familiares (la tía que ejerció de madre hasta los 16), un jóven Andy Warhol, ex nóvios junkies, músicos que la acompañaron en su carrera en solitario (Jon Cale), biógrafos, conocidos... Todos dando su punto de vista e intentando psicoanalizar a la persona que llegaron a conocer, como si tal menester fuese posible. Nico murió de un derrame cerebral en 1988 en la isla de Ibiza. Vivió más de lo que a élla le hubiese gustado. De haber podido eligir le hubiese gustado ser hombre, como le oímos afirmar en una entrevista del film. A nosotros nos dejó su recuerdo. El recuerdo de una diosa del erotismo que nació de la nada, de un molde que solo aparece de siglo en siglo, y se consumió de manera trágica.
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