sábado, 26 de marzo de 2011

LADY DAY SANGRABA BLUES. LA GALOPANTE LEYENDA DE BILLIE HOLIDAY

LADY SINGS THE BLUES (El Ocaso De Una Estrella). EE.UU., 1972. D.: Sidney J. Furie.; I.: Diana Ross, Billy Dee Williams, Richard Pryor y Paul Hampton.- 138 m. Color. Película triste, de las que te dejan mal regusto. Un doble sabor amargo: Por el dolor de la historia y por el poso del film. No podía se de otra manera teniendo encuenta la desgarradora vida de la biografiada, la legendaria cantante de blues y jazz Billie Holiday, nacida Eleanora Fagan Gough (Filadelfia, 1915 - New York, 1959). Decir que en el film no sale ni la cuarta parte de la realidad (lo normal viniendo del típico biopic hollywoodiense) y que todavía está por llegar el director que filme una reconstrucción mejor sobre tan fundamental figura de la música popular (y en la que salga Lester Young ¡por favor!). Diríamos que algo parecido a la excelente "La Vida en Rosa", que retrata a mi entender con mucho más cariño y sentimiento a otra bala perdida como Holiday, ni más ni menos que la diva de la canción francesa Edith Piaf. Ambas tuvieron vidas similares: abandono familiar, prostitución, alcoholismo, drogadicción, locura, sufrimiento... y ambas serán recordadas por la manera tan personal que tenían de entonar maravillosas canciones. De vivirlas. De sentirlas. De ahí que nos llegasen a lo más profundo de las entrañas. A mi entender ambas representan el punk verdadero mucho antes de que este término fuese reconocido (la alemana Nico, recientemente posteada en AtA, podría ser otra de muchas...). No me malinterpreten, no estoy hablando de chutarse heroína hasta morir, estoy hablando de actitud ¡¡Fuckin' attitude!! Volviendo a El Ocaso De Una Estrella (desafortunado título en nuestro país) y a Billie Holiday, decir que entenderíamos mejor la fatalidad de esta "Angel of Harlem" (U2 lanzó el tema en tributo a élla) escuchando su voz roncosa en cualquier oscuro blues suyo. Impresionantes canciones como "Dios Bendiga al Niño" o "Strange Fruit" en garganta de Holiday (y no de Diana Ross, que aunque fue nominada a mejor actriz por este papel, la manera en que ataca los temas de nuestra Lady Day hace que parezca más una versión negra de los éxitos de Susan hayward que otra cosa) resumen mejor de lo que Sidney Furie lo hace en la película, la fatal existencia de esta mujer. ¿Y por qué se la estoy recomendando? Pues porque es mejor algo que nada. El visionado de Lady Sing The Blues puede verse tanto como un dramón para toda la familia (especialmente por el lado femenino de la audiencia, de ahí su buena acogida comercial), o como un acercamiento/descubrimiento de una artista, y mujer, y negra, de vida desmelenada, en una América en la que aún colgaban a seres humanos de los árboles y las jovencitas se ganaban la vida recogiendo billetes con el coño (talmente se ve en una escena del film). Tal vez las dos horas de cinta sirvan para estimular los sentidos de los ciegos de oído. De aquellos que todavía desconozcan la existencia de semejante artista. Cuarenta y cuatro años (que aparentaban sesenta) tenía aquella mujer de pasado oscuro que nació en la miseria y vivió y murió en la más absoluta mierda. A Harlem, Nueva York, llegó tras fregar suelos en lupanares de Baltimore y ser violada a los 12 años (14 en el film). Y en la ciudad de Nueva York, sufriría, la perseguirían, la encarcelarían, la vetarían... para al final caer todos al unísono rendidos a sus pies cada vez que finalizaba una actuación. Y allí fue sepultada, en el Bronx, Nueva York, en una olvidada y anónima ceremónia. Alguien, supuestamente, se haría cargo del entierro. La estafó la vida, y murió estafada. Sin un maldito dolar, o si lo prefieren, sin el maldito reconocimiento que debería haberse llevado a la tumba.

2 comentarios:

  1. No sabía que te gustase Billie, me alegro por ello. No tenía la mejor de las voces( la de Ella Fitzgerald por ejemplo es superior,supongo que gracias a su técnica) pero puede ser eso mismo lo que la hace tan especial, ese timbre, esa manera de entonar, en fin... Hay que asumir que no habrá nadie como ella.

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  2. Sabes que todo aquel que venda su alma al diablo tiene reservado un lugar en mi corazoncito...

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