sábado, 28 de junio de 2014

Punk-Rock Nacional: DE LAS CENIZAS DE "LA PERRERA"... AL NUEVO CATECISMO DEL SEÑOR NO


Odiosa pero inevitable, es la comparación entre Nuevo Catecismo Católico y Señor NO, dos de las bandas más grandes que nos ha dado la maltratada escena estatal del punk-rock cantado en castellano. Si bien nacieron articulados dentro de una misma franqueza, al abrigo de unos mismos gustos y valores musicales (que no por aceptados son obligados y necesarios; o al menos así lo creemos los que confeccionamos este abochornado fanzine) que dejan al descubierto numerosos puntos en común, también sus discos y el paso del tiempo han puesto de manifiesto las diferencias entre los dos grupos. El embrión que hizo posible la eclosión de ambas formaciones norteñas en el panorama del rock huracanado nacional (e internacional) se originó allá por 1987 en los locales de Buenavista, cuartel general del mejor punk-rock donostiarra, y llevaba por nombre LA PERRERA. Tomando como modelo la actitud y agresividad de reconocidos grupos protopunks de la escuela Detroit (MC5, Stooges..), el high-energy aussie (Radio Birdman, The Saints...), y exprimiendo al límite la fórmula mágica ramoniana en canciones que transportaban a uno al mismísimo y andrajoso CBGB en pleno 1976, Gonzalo Ibáñez(voz), Arturo Ibáñez (guitarra), Xabi Garre (guitarra y voces), Mikel Serrano (bajo) y Jimmy Díaz (bataca)(también ocuparía este asiento Edorta Etxeberría) lograron convertirse en una tonificante y autentica rareza, en un vandálico combo rockero al que pocas bandas hacían sombra en este mierdoso país. Así, chapoteando en sonidos crudos, veloces y gamberros fue como los hijos bastardos de LA PERRERA  se labraron una reputación de grupo de culto, a pesar de un corto legado musical (que comprende una demo con 6 temas, un EP -"Romperlo Todo", de 1990-, y un mini LP -"Right side of our minds", de 1991-) que, y hasta día de hoy, influiría y marcaría a toda una generación de inefables bandas punk ibéricas por las que sentimos debilidad en las perreras y cloacas de AtumbaAbierta (Discípulos de Dionisos, Torazinas, Cerebros Exprimidos, Pleasure Fuckers, Sin City Six, The Safety Pins...). Tras la escisión de los de Buenavista en 1993, el punk cortante de febriles guitarras asesinas y endiablada solidez rítmica tendría continuación asegurada. De las cenizas de La Perrera nacerían dos legendarias bandas. Milagrosas, cabría anotar. Pues a día de hoy, décadas después, NCC y Señor NO continúan creciendo y dando caña, a su bola, sobreviviendo y sobreponiéndose a los tiempos duros que les/nos ha tocado vivir. Sirva pues esta entrada tumbera para recuperar -y dejar en el lugar que se merecen-los dos discos debut de ambas formaciones perras. Zambombazos que a día de hoy siguen excitando como a la primera escucha. Descargas de frenesí juvenil, sin contaminar. Con el tiempo llegarían canciones y trabajos más sólidos y festejados, de eso no cabe duda. Pero estos dos cautivadores títulos supusieron el punto de partida, tanto para éllos, como para muchos de nosotros. Si todavía sigues subestimando el punk-rock 'cantado en español'... Estos títulos son para tí.

NUEVO CATECISMO CATÓLICO (ídem. Sello Goo, 1994)
Sin presión de ningún tipo, grabado totalmente a su aire, sin comprometerse con nadie salvo con el catecismo del rock'n'roll más inmediato, salvaje, subversivo y peligroso posible. No se trata de buscar influencias, renovar estilos ni convencer a nadie. La vitaminada declaración de principios de NCC es simplemente escupirte en la cara que el punk no ha muerto, chaval. Y si no te lo crees, no tienes más que convencerte con esta huracanada bacanal de hardcore-punk vitriólico del que jamás renegarán. Los insobornables hermanos perreros Ibáñez, Gonzalo y Arturo, forman el eje central sobre el que gira el sonido y el compromiso existencial del cuarteto donostiarra. Son tan libres, se sienten tan libres, que veinte años después su debut siguen sonando a gloria maldita. Con compromisos de esta guisa ¡A la mierda la fama!


SEÑOR NO (ídem. Sello No Tomorrow, 1995)
Xabi y Mikel fueron la otra pareja perruna que labraron pedregoso camino en el punk-rock tras la disolución de la susodicha banda madre . El discurso es el mismo que profesan sus paisanos y ex-colegas de NCC: nihilismo cromático, letras que hacen referencia al cine de serie B, a la velocidad, la violencia, el aburrimiento, el morbo, la libertad ...; el protagonismo de las guitarras, una solidez y cohesión interna inquebrantable, las influencias del hard rock setentero o la profundidad de unos temas brillantemente definidos... Pero también hay diferencias, claro. Y estas radicarían en las preferencias de Xabi (atención: adicto lector de Bukowski) por el rock de espesa densidad molecular, y, en particular, por la manera 'oxidada' de cantar del de Buenavista (nunca fue ni será un gran cantante pero nadie le puede negar que su estilo es personal y no copia a nadie, ideal para esa clase de pose y lírica). La clave está en composiciones como "Prefiero verte" o "Amantes del dolor", claros ejemplos de la majestuosa evolución que le esperaría al grupo norteño, sobretodo al entrar a formar parte de la banda Imanol y Andoni, guitarra y batería respectivamente en la gran etapa dorada del grupo (el cénit lo marcaría el discazo "Siempre te diré que no", 2002), así como en el posterior renacimiento que tendría la banda tras la estampida de aquellos (Roy Loney en el orizonte). Pero ese es otro cantar... 

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