TRIANGLE (2009). Christopher Smith.
-Desde Creep (ídem, 2004), film en el que Franka Potente era perseguida por una criatura psicópata por el metro de Londres, el joven realizador inglés Christopher Smith ha dado sobradas muestras de su valía en esto del terror con films tan entretenidos como Severance (Desmembrados, 2006) o Black Death (2010), este último un notable y atípico cruce entre el clásico relato de aventuras medievales y el cine de horror. Triangle la rodó entre ambos títulos y, personalmente, pienso que es su mayor logro cinematográfico. En el cine de este director todo se envuelve dentro una falsa apariencia bajo la cual se oculta algo caótico y violento. Al igual que sucedía en Black Death, Triangle acaba siendo la crónica del proceso de descubrimiento de la oscuridad interior de un personaje aparentemente 'puro' al que las circunstancias convertirán en un auténtico 'diablo humano'. En este aspecto también guarda cierta similitud con la apabullante Vinyan (2008), en la cual, y también, un personaje femenino se niega a aceptar un hecho irreparable como es la pérdida de un hijo, detonante para que aparezca ese terror psicológico soterrado. En todo caso lo que más llama la atención en el film de Smith, además del excelente trabajo del director inglés, es la 'similitud argumental' con el film español Los Cronocrímenes (Nacho Vigalongo, 2007): Ya saben... búcles en el tiempo y demás paradojas. Lo que ocurre es que Smith logra un film mucho más completo (que no complejo) y para nuestro gusto mucho más perfecto que la ópera prima del director cántabro, sin desmerecer, sino todo lo contrario, esa pequeña rareza de la sci-fi española como fue Los Cronocrímenes. A buen seguro Smith tuvo presente el film de Vigalongo como punto de partida para esta película. El resto es un más que aceptable ejercicio de cine de terror con funestos crímenes, clones fantasmas, barcos misteriosos y triángulos sin bermudas.
CHERRY TREE LANE (2010). Paul Andrew Williams
-Paul Andrew Williams es otro de los jóvenes realizadores británicos a seguir. The Cottage (2008) era una excelente comedia negra de terror de aldea, y London to Brighton (2006) un thriller realista y durísimo. Los dos arto recomendables. Su última obra es un violento thriller de terror urbanita, tan polémico y primoroso, como en su día pudieron serlo títulos como La Naranja Mecánica, Funny Games (Michael Haneke, 1997) o en menor medida La Habitación del pánico (David Fincher, 2002). La temática está clara pues: la lacra real de los asaltos con violencia a lo más sagrado de la intimidad del hogar. Si os creíais a salvo y seguros tras el calor de vuestras moradas, bien apañados estáis. Y si no que se lo dígan a los personajes de Cherry Tree Lane, padre, madre e hijo, asaltados en su lujosa casa por una pandilla juvenil (e interracial) sin más motivo que el cobro de una deuda. Asistimos, grácias a un primoroso guión, y en apenas hora y cuarto de metraje (ejemplo de que para contar una buena historia no hace falta alargarse en demasía), a un alarde de realismo sin censura de ningún tipo, con una violencia 'moderadamente' explícita y ejemplarmente intuída (siempre que el director lo crea conveniente: el fuera de campo de la violación, por ejemplo). Por momentos llega a incomodar de tal manera que te hiela la sangre. No hay metáfora alguna en la película; salvo que no sea para recordarnos, una vez más, la estupidez humana. Lo que más 'miedo' da, es que sean unos adolescentes, y no unos ladrones, los que monten todo el percal. Para estos mimados y consentidos crios no es más que un juego. Creen estar en su derecho. Son los chicos de las nuevas generaciones. Hijos de vecino. Les dícen manzanas podrídas... Tal vez... ¿Pero por qué gusanos?