miércoles, 28 de mayo de 2014

SNOWPIERCER. Distopía de un futuro verosímil y aterrador.

Estamos ante una desbordante obra maestra del cine moderno y del cine de género de todos los tiempos. A ver, que no me líe, SNOWPIERCER (Seolgungnyeolcha; Corea del Sur, 2013) es ciencia ficción visionaria. Una alegórica película repleta de capas (cada vez que se cambia de vagón, "Rompenieves" parece una cinta distinta) capaz de provocar extrañeza, generar perplejidad  y asombrarnos con el más libre y anárquico vendaval de creatividad que se recuerde en mucho tiempo. Y es que así son los films y la idiosincrasia del cineasta surcoreano Bong Joon-ho (Memories of Murders; The Host). Proyectos de gran envergadura que pretenden confinar el cine de autor con el más puro entertainment, siempre dentro de los parámetros y códigos del cine de género, aunque mezclando en la coctelera sátira política y social, thriller, acción, comedia y reflexión filosófica en films en absoluto complacientes y cargados de riesgo.
En Snowpiercer se revelan todas las dotes y poderes artísticos característicos del joven director de Mother (2009). De entrada elige un espacio único -un tren que transporta a los últimos individuos que quedan en el mundo después de que el planeta se congelara devido a una hecatombe medioambiental- claustrofóbico, un microcosmos repleto de odio y tensión -en la parte delantera viajan las clases privilegiadas mientras que en la cola de la incombustible e imparable locomotora se hacinan en un solo vagón cientos de personas sometidas a la explotación dictatorial de la clase dirigente- del que aflora una fábula apocalíptica, un viaje con carácter simbólico (el tremendo personaje de Curtis, interpretado a lo grande por Chris Evans, parece un héroe sacado de la mitología griega), introspectivo y mental que obliga al espectador a resituarse en la historia a cada rato. Sentados en primera fila seremos testigos de la descomposición del ser humano y del destino distópico que le aguarda. La fuerza expresiva y el poder de las imágenes (decir que la peli es una adaptación muy muy libre de una novela gráfica francesa titulada "Trasperceneige") hacen el resto. De diez.


jueves, 22 de mayo de 2014

MONDO RESESO: Duelo en el frenopático, adiós al poeta maldito Leopoldo M. Panero.

No más Desencanto. No más graznidos de locura. No más lamentos brotando de las entrañas. No más dolor voluntario. No más paseos. No más visitas de extraños. No más versos turbadores. No más paquetes de Nobel. No más persecuciones de la CÍA.  No más tertulias majaretas en terrazas y jardines. No más sorbos efervescentes de cola-light. No más electroshocks ni poemas castrantes. No más interrupciones en platós de televisión para irse a mear la borrachera.... FIN a los Paneros vivos.
Con el sepelio del ciudadano madrileño LEOPOLDO MARÍA PANERO (1948-2014) este puñetero país entierra de raíz al más maldito de sus poetas, al último juguete roto de una saga familiar verazmente diseccionada en aquel impresionante documental titulado "El Desencanto"(Jaime Chávarri, 1976), film que con el paso del tiempo se ha convertido en autopsia oficial del franquismo y de su cultura. Con él sepultamos al grotesco demente que agrieta convencionalismos, al majara que creía decir la verdad y que era escuchado como si la dijera. Ni lo leían (ni leerán) los eruditos académicos de la lengua, ni los que le jaleaban como espectáculo de feria. Somos pocos los retruécanos que curados de espanto reivindicamos los versos y  fechorías públicas de tan ilustre perdedor, su malditismo. Quedar atrapado en la tela de araña de Leopoldo es tejer en el olvido, vivir el frenesí de la pre-Movida, torturarse en frenopáticas noches de exorcismo mental, llorar en las arpías garras de tu santa madre, palpar el vicioso desencanto y reír a rabiar. Marche en paz el sinigual poeta.

sábado, 17 de mayo de 2014

LA GUERRA DE SALINGER. Un documental cazado entre el centeno


"El Guardián entre el Centeno"(1951) de Jerome David Salinger (1919- 2010) es una obra que todavía hoy transgrede, incomoda, confunde, agrede, educa y entretiene como el primer día. Tanto el aclamado libro como el firmante de dicho manuscrito están salpicados de polémica, misterio, traumas, sufrimiento, locura y horror... Y en éstas podríamos estar horas y horas destrincando ángulos y aristas, eyaculando teorías y ecuaciones alrededor de libro y autor que la mejor manera de entrar en el universo de Salinger nos llega en forma de maravilla documental. El film es una oportunidad histórica, una mirada sin precedentes al interior de la novela y al mundo privado del escritor neoyorquino. Porque es un secreto a voces que Holden Caulfield (damos por hecho que todos ustedes se han devorado susodicho libro) es Salinger, y eso asusta. Ambos pululan sueltos por el mundo prisioneros de sus propios demonios. El Mal nos poliniza a todos, somos violentos por naturaleza por mucho que nos cueste reconocerlo. Y el Delincuente Juvenil de Salinger es un chalado que exorciza los suyos en papel. El resultado son miedos, anhelos, dudas existenciales, violencia, resentimiento, manipulaciones, rencor, odio y demás códigos de conducta para los que ni los más iluminados génios de la humanidad tienen respuestas. La búsqueda a esos interrogantes nos llevará toda la eternidad. Mientras tanto, disfruten con este documental y conozcan la vida de película de su protagonista: un veterano marcado de por vida por la Segunda Guerra Mundial (desembarcó en las arenas de Normandía el día D, participó en la liberación de París y entró victorioso en la rendida Berlín tras sobrevivir un año entero en primera línea de fuego), un enamoradizo de virginales jovenzuelas (en Alemania tras la guerra llegó a casarse con ¡una nazi!), un ermitaño huidizo y reservado (tras el éxito mundial de ventas se refugió voluntariamente en su bunker de las montañas y pasó de la fama al anonimato más absoluto), qué, no llegaría a ser padre modélico (su hija escribió un libro en que lo ponía a parir:"se bebía su propia orina", llegó a decir), pero sí un escritor de culto (periodistas y fanáticos de medio mundo peregrinaban a New Hampshire para dar con él)  al que nunca dejaremos ni dejarán de leer.

   

lunes, 12 de mayo de 2014

OBITUARIOS: Adiós a medievalistas y pesos medios venerables

RUBIN 'HURACÁN' CARTER (1937-2014).

Boxeador nervioso, de puños ágiles, así se ganó su apodo de Huracán. Condenado a sufrir. Condenado a 'una de las injusticias más grandes de su vida' a cada paso que daba. Cuando le internaron en un reformatorio a los 12 años por apuñalar al vecino pedófilo que le intentó violar. Cuando siendo una promesa en ciernes del boxeo norteamericano un nevado mes de diciembre de 1964 un trío de jueces blancos le robaron el cinturón del mundo de los pesos medios cuando avasalló a Guiardello, púgil blanco, a vista de todo el mundo. Pero tocaba más sufrimiento. El 'color' del destino le guardaría una injusticia infinitamente mayor: Casi veinte años en la trena (tres cadenas perpetuas, si fuesen posibles, dictó la sentencia) por un triple asesinato que no cometió. Entró en el bar equivocado en el momento equivocado, esa fue su única culpa aquella noche en Paterson, Nueva Jersey. Un jurado, como no formado exclusivamente por blancos, ignoró todas las pruebas a su favor y le sentenció al tiempo que la sociedad le daba la espalda. El cantautor Bob Dylan le visitó entre rejas tras leer la autobiografía que el púgil había escrito bajo cautiverio y decidió que le compondría una canción en su honor. Se tituló Hurricane y pasaría a la historia del pop como tantas otras de su autor. Ahora su caso ya era noticia. La bendita melodía ayudaría a poner en conocimiento del mundo entero la trágica historia personal de Carter y le fue posible conseguir un segundo juicio. Veredicto: Culpable. Otra vez a rezar y luchar. Un joven abogado canadiense, Lesra Martin, se propuso luchar por él, reabrir por tercera vez el caso, para que, esta vez sí, Huracán ganase por K.O. su  anhelada libertad. La pesadilla terminó en 1985 pero ya no era el mismo negro que habían encarcelado por error (y xenofobia). Le habían arrebatado sueños, gloria y juventud, sí, pero jamás bajó los brazos, jamás colgaría los guantes. Tenía por delante un nuevo combate, una nueva causa. Se mudó a Canadá y continuaría hasta el fin de sus días trabajando y luchando en favor de la inocencia de otros muchos presos que como él cumplen condena injustamente. Dado como son en Hollywood a dramatizar y sacar partido de lo que les conviene (y cuando les conviene) el drama vivido por Huracán Carter pasó a formar parte de la historia del cine, amén de nuestras vidas. Denzel Washington se encargó de honrar al campeón en pantalla como Mr. Zimmerman lo había hecho en eterna canción. Descanse en paz.


JACQUES LE GOFF (1924-2014).

Nos pesa decirles a todos aquellos fanáticos a Canal-Historia, que se pierden con gusto por épocas oscuras de nuestro pasado que tengan que ver con batallas sangrientas en nombre de Dios, reyes vengativos, orgías de palacio, ataques vikingos, sacerdotes inquisidores, Caballeros del Temple, plagas y pestes, justas y torneos, con torreones, castillos y catedrales, potros de tortura, santos griales y demás cuentos y juergas medievales que tanto nos apasionan, que el saber está de luto. Los que estamos asqueados por la presente realidad mediática, el discurso político, rigidez dogmática y pérdida del sentido informativo frente al lucro echaremos de menos a este gran vigilante de la información, al talentoso historiador y articulista francés Jacques Le Goff, ese narrador que tantas tardes nos sacó del aburrimiento y la ignorancia. Defensor a ultranza de la laicidad sus hallazgos y conclusiones sobre el Medievo le convirtieron en un divulgador celebrado. Con unas dotes asombrosas para relacionar presente y pasado llegó a decir en muchas ocasiones que seguíamos viviendo en la Edad Media. Esas palabras en realidad no pretendían ser un discurso catastrofista sino más bien un aviso. El estudioso medievalista nos avisa del derrumbe de cualquier sistema que perdiera al ser humano como centro de sus preocupaciones. Saquen ustedes sus propias conclusiones si les apetece que un servidor se va con la historia a otra parte. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

TRUE DETECTIVE: RITUAL EN CARCOSA. A propósito de la serie del año


En el Jardín de las Delicias el Rey Amarillo devora a sus hijos,
las flores del Mal mitigan el hedor de sus pecados tras máscaras antigás
y todo está muy jodido por dentro.
Crees que todo lo has visto y oído, intuido y temido...
pero tú no ves olores ni hueles colores,
tú no te enfadas con el cielo si no te gusta su tono azul.
Carcosa está esperando. Se cebará contigo.
Permanecerá eternamente en la sala oscura de tu memoria,
allí, apilada, en estado puro.

Carcosa. Odisea del horror.
Donde los monstruos de los cuentos cobran vida
y ningún Diós piadoso escuchará tus plegarias.
Los pajarillos cantan, las nubes se levantan...
llueve podredumbre en este paisaje dominado por las sombras.
Bajo el lodo, a la orilla del río, reposa un blues carcomido
que susurra la viento las trampas y mentiras de los hombres,
la tortura y el asesinato del mundo.
Carcosa existe. No puedes prescindir de ella.
Te sentirías huérfano, vacío, absurdo...
Sin gozo.

Tú que penetraste en los abismos de Cthulhu.
Tú que temes y conoces las criaturas que allí nos acechan...
Renace ahora bajo el sueño real de Carcosa,
purifícate en la oscuridad de su luz.


Licencias poéticas de un servidor aparte, poco más puedo añadir (mejor dicho necesitaría cien páginas de texto) para expresar como me siento después de presenciar (del tirón los 8 capítulos) semejante maravilla filmica. Estamos ante algo más que la serie del año. True detective es cine de culto, otra de esas series televisivas convertidas en Gran Cine. Una malévola obra de arte creada por el joven Nic Pizzolatto (asusta imaginar que se cuece en el poderoso cerebro de este señor) y dirigida por Cary Coji Fukugana, el maestro encargado de trasladar a imágenes semejante material explosivo. Todo en este miniserial gótico-catódico americano te deja sin aliento, boquiabierto: El nihilismo latente; el clima escabroso, la atmósfera que se respira; la aspereza y densidad psicológica; planos secuencia que te erizan la piel; el mágico paisaje sureño (y profundo) de Luisiana; la música gospel y el blues pantanoso (The Handsome Family, T. Bone Brurnett). Tramas y subtramas a punto de engullirte en una telaraña de identidades malvadas que no excluyen a nadie (el salvaje autor de los crímenes puede ser cualquiera). Ecos, posos y deudas con Lovecraft, El Bosco, Hannibal Lecter, el John Doe de Seven, Twin Peaks, el Coronel Kurtz del Corazón de las Tinieblas, las buddy movies, el thriller rural.... Todo un coto de caza privado por el que pululan predicadores enfervorecidos, yonquis motarras neo-nazis, narcotraficantes satánicos, asesinos metasicóticos, sectas ocultistas, misoginia, prostíbulos en el bosque, el LSD, la metacualona (sedante hipnótico muy potente y muy consumido en los sesenta)... y, por encima de todo, el amargo, atormentado y solitario personaje apocaliptico Rust Cohle (alias: El Recaudador) como el puto amo. La impresionante actuación del renacido actor Matthew McConaughey (Dallas Buyers Club, Killer Joe, Mud...) clama al cielo. No tengo palabras. Tomo prestadas éstas: "...el personaje que interpreta, lo que sugiere, lo que expresa por dentro y por fuera sobre ese hombre desesperado, complejo, heróico y trágico está más allá del elogio"(C. Boyero. El País)

jueves, 1 de mayo de 2014

EL RINCÓN DEL PINCHADISCOS: "Eaterville Vol. 1" (NERVOUS EATERS)


Este ejemplar redondo, majestuoso y salvaje contiene simple y llano rock and roll, el puto concepto. Sirvan los surcos de sus canciones para seguir enamorándonos del rock tocado a pecho descubierto, ese que nos pone los pelos de punta. No es que los NERVOUS EATERS inventasen o reinventasen nada, lo que cuenta es su pasión por el legado de Chuck Berry y los Stones. Un compulsivo papeo alimentado a su vez de sones negros variados (la Stax en el retrovisor) y el picante cabreo de unos Iggy & The Stooges como guinda final al pastel.
Steve Cataldo, lider fundador, guitarrista, cantante y compositor de todos los temas de la banda bostoniana (pincha aquí para saber un poco más sobre la escena musical de la ciudad que les vio nacer: Boston Style) entrará en esa leyenda no escrita, esa historia que suprime a los grandes perdedores del rock de una lista que jamás será la nuestra. Un tipo capaz de apuñalarnos el corazón y volarnos la sesera con singles del calibre de 'Loretta', 'Just Head' o la descomunal 'After your goodtimes gone' no es la clase de talento que puedas olvidar facilmente. Al menos así lo sentimos en este rincón impío y púlpito tumbero.
"Como un estilete en tu globo ocular" es el acertado enunciado con el que arranca un curtido y exhaustivo libreto reportaje-entrevista a Steve Cataldo y que se incluye en la doble carpeta interior del disco (eso sí, viene en inglés). El texto llega firmado por el juicioso y perseverante crítico, escritor y periodista musical rutero Jaime Gonzalo (Venid a las Cloacas; Ruta66; Poder Freak; La ciudad secreta...), toda una eminencia en el campo del rock and roll y el verbo certero del que siempre es un placer aprender. ¿A qué estás esperando para volver a las catacumbas de los 70's y descubrir que no pasa el tiempo por el mejor rock and roll?.. Pínchalo a todo volumen y que se jodan los vecinos!!!!
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