Cineasta proscrito del cine fantástico-terrorífico norteamericano hoy denigrado. Pocos tuvieron el coraje (y la obsesión) de filmar la decadencia y degradación de Hollywood y su mundo de la manera en que Curtis Harrington lo hizo. Son muchos (compañeros de profesión, criticos especialistas ...) los que creen que se volvió loco de remate. Poseía talento de sobra para convertirse en 'director de cine Hollywodiense', bien remunerado y respetado por todos, pero prefirió vivir voluntariamente al margen de todo ese circo. Lejos de esa 'estandarización' que proponen los grandes Estudios buscó la alternativa de una honestidad artistica creando el suyo propio. Fue su modo de rebelarse contra lo que él consideraba 'gris cotidianidad', apostando por alejarse de esos 'viejos clichés' y filmando cine de género que además de terrorífico resultase culto, lúcido y divertido. Un género, el de lo fantástico, que le reportaba una absoluta y total libertad para perpetrar proyectos personalísimos con los que reflexionar y explorar sus miedos y deseos más intimos. Sus películas son ni más ni menos que el refugio emocional del autor. Films irónicos, metafóricos, perversos y retorcidos que surgen del imaginario de una mente 'emocionalmente inestable'. Harrington necesita exorcizar sus fantasías más intimas, pesadillas culturales, orientación sexual, narcisismo e incertidumbres varias volcandolas en el interior de sus obras. Así que prepárense para una sesión de 'cine de autor' (que dirían los franceses), y de grotesco underground, repleta de símbolos oníricos, laberintos emocionales, desasosiego, lirismo, sordidez, ambigüedad y autodestrucciones a la carta.
CURTIS HARRINGTON (Los Angeles, California, EE UU, 1928 - Hollywood Hills, California, 2007) con tan sólo 14 tacos coge su cámara de 8 mm y adapta el relato La Caída de la Casa Usher de Edgar Allan Poe en lo que sería toda una declaración de principios. Estudia cine en la Universidad de Southern California pero entra a trabajar en la Paramount desde abajo, como 'chico para todo'. Entre idas y venidas al Viejo Continente, curres como crítico en revistas especializadas y voyeur del horror a tiempo parcial, dirige cintas experimentales hasta que el gran Roger Corman lo coge bajo su batuta y le da la oportunidad de enmarcarse en el género largo de ficción con Night Tide (1961) (interpretada por un jovencísimo Dennis Hopper). Luego vendrían estupendas obras como Queen of Blood (Planeta Sangriento.1966),
Whoever Slew Auntie Roo? (¿Quién mató a Tía Roo? 1971) y
What's the matter with Helen? (¿Qué le pasa a Helen?. 1971), Killer Bees (Abejas Asesinas. 1974), The Killing Kind (1974) o Ruby (1977); trabajos que le canjean cierta notoriedad entre los acólitos de las rarezas elegantes de la Serie B y tumberos crápulas como nosotros. Además le acompañan por el camino honorables compinches veteranos inmersos en mil batallas y, como no, afines al sentir de este fanzine: Gloria Swanson, John Savage, James Caan, Katherine Rose,
James Coburn, Richard Crenna, David Carradine o la apabullante
Shelley Winters entre otros (a 'Mamá Sangrienta' -en la
foto1 con el Tío Curtis- habría que dedicarle un reportage a tumbaAbierta como de verdad se merece). De poco le servirían al director todas estas diabluras en cinemascope. Como todo discriminado de la vida, pasaría a rodar capítulos de Los Angeles de Charlie, Dinastía, los Colby y similares bodrio-series para televisión, ya madurito, con los que poder llegar a fin de mes. He aquí nuestra pasión desfasada por directores malditos como Harrington y deber de buen tumbero rescatar su cine del limbo del olvido. Asístan pues, con detalle y total complicidad con el cine de este maestro arrinconado, al visionado de dos de sus mejores películas: ¿Quién mató a Tía Roo? y ¿Qué le pasa a Helen?. Estas dos joyas polvorientas son claros ejemplos del subgénero denominado
psycho-biddy o
hag horror, -o como se conece a aquellas pelis de terror en las que una(s) mujer(es) mayor(es), papeles que recaían casi siempre en una actriz en decadencia, suponen un peligro para los demás debido a su locura (recuerden el magnífico film de Aldrich que fomentó tal corriente:
¿Qué fue de Baby Jane?)-. Estamos seguros que entenderán así la complicidad y deleite que profesamos por semejante individuo. Dos sublimes espectáculo de barraca de feria, apoteósis bizarra y cuento de hadas de terror
pulp sobrados de idiotez intelectual. Cine sin fecha de caducidad: No apto para niñatos. La falsedad del sueño(cine)americano parodiado con saña y poderío. De su síntesis crítica no se libran ni la religión, ni los magnates de Hollywood, ni las rutilantes estrellas del negocio, ni los films que la gran mayoría de estas estrellas interpretan para los grandes y dominantes Estudios ('
Cantando bajo la lluvia' o '
El Soltero y la Menor' son señaladas en ambas cintas a este sentido). En definitiva, el esteticista de la decadencia americana: el señor Curtis Harrington en persona, junto con su alocada visión e incomparable estilo, gozan de toda nuestra admiración y respeto. ¡¡Ay, si aprendieran otros la lección de estas gentes inviolables del ayer!!...