(1942 - 2013)
¿Cuanto cuesta un corazón de rock and roll?
Riguroso luto en el boulevard de los sueños eléctricos, un poeta del submundo se ha escondido para siempre entre las sombras. Los animales de la noche aúllan la triste noticia en la negrura, Damocles ríe burlón y la nada continua vasta e inhóspita.
¡Qué sabrán del dolor los necios y cobardes!... ¡Quién cantará a putas y travestis..., a junkies y malditos, a suicidas y demás viciosos del lado más desesperado de la vida!...
Pregúntale por Lou a los románticos del lado salvaje, al anfetamínico, al punk del nuevo milenio, a los canónicos warholianos, a los sofisticados de la próxima transgresión glam, al tío más underground que conozcas... Tendrían que hablarte de pasión, de la vida sin límites, del realismo, de algo llamado autenticidad y... de lo efímero de la existencia y la inmortalidad de unos versos.
El año en que enterramos un pedazo de nuestras vidas, un pedazo de la historia del rock con mayúsculas, pone fin. Con él se van la poca estridencia y distorsión que nos quedaba. En esta puerca historia que llamamos vida seguiremos indefensos y rodeados de incertidumbre hasta el final. Pero, si algo es seguro, es que la magia y el arte del neoyorquino (berlinés de adopción) nos acompañará hasta el fin de nuestros los días.
Hasta la vista, hermano perro.