Retomando una de las secciones preferidas de esta revista: El rincón tumbero por el que pululan los nombres de nuestros macarras negratas favoritos. Lo mejorcito del barrio. Desaliñados tipos con clase que emanan chulería a borbotones. Sibaritas del ritmo negro que más mola. Mendas curtidos en mil peleas callejeras, marcados a fuego por la puta vida. Panteras enjauladas. Lo más negro de la lista negra. Especímenes extinguidos pero no olvidados, al menos en esta casa. Nos referimos a macarrada de la calaña de André Williams, Nathaniel Mayer, "Hound Dog" Taylor, Little Walter, Migthy Hannibal, Antonio Fargas, Chestter Himes, Huey Newton... y demás pandilleros de relumbrón. Es turno de añadir un nuevo apellido a la lista familiar de peligrosos felinos de ébano: SHUGGIE OTIS (L.A. 1953). El hermano tiene su tela ¡y es de los buenos! Anoten, anoten...
El viejo y renacido Shuggie será recordado como uno de los fenómenos más extraños del negocio musical. Durante los dorados años 70 alcanzó cierto renombre como naúfrago psicodélico que partió del blues para empaparse de lleno en un pop lisérgico de alta escuela. Haber sido el quinto beatle no hubiese estado mal de no despeñarse por un abismo de malas compañías y alcohol. Fuera como fuese al bueno de Otis se lo tragó la tierra y desapareció del mapa musical durante más de 30 años. Como se las arregló para sobrevivir todo este celibato es un misterio. Un silencio que rompió recientemente decidido a relanzar su carrera con la reedición de uno de sus antigüos discos, aquellos que en el pasado le otorgaron fama chica, completándolo con algún tema inédito que guardaba en el zurrón. Regresa cambiado de tan larga ausencia. Un retorno a sus orígenes, al rhythm&blues que mamó de su influyente padre Johnny Otis. Figura autoritaria -además de líder de su Comunidad- y mentor musical que colaba a su mocoso vástago en los escenarios más mugrientos del guetto angelino. El crío resultó ser un virtuoso de las seis cuerdas, un teenager que ya grababa discos con rockeros de la talla de Frank Zappa o al Kooper antes de alcanzar la mayoría de edad. No se lo creerán (y harán bien en dudar) pero según cuenta el propio Shuggie éste rechazaría en su momento entrar a formar parte del plantel a sueldo del mismísimo David Bowie o los Rolling Stones. Si eso no es actitud de macarra, ustedes dirán. Solo me queda el invitarles a que descubran el sensual y chulesco trabajo de semejante guitarrista desterrado, y para eso, no tienen más que eschuchar su "Inspiration Information (74). El disco funk que según los expertos en la materia inventó a Prince (recuerden que el autor de "purple rain" lanzaría su primer elepé mucho más tarde, en el 78) y que contiene inmortales joyas de pista de baile de la categoría de "Strawberry Letter 23" (lo de los Beatles al parecer no era una broma) o "Aht uh mi hed".
2 comentarios:
Hola Gary! He conocido tu blog por el 'post' de las atómicas jamonas de Meyer y he alucinado con tu blog y con la andadura que tienes.
De Shuggie desconozco por completo su carrera, pero me ha llamado mucho la atención tu texto, indagaremos.
Mi blog es http://pupilodilatado.blogspot.com.es por si quieres pasarte. Te enlazaré mañana en mi 'blogroll'.
Un placer visitar tu guarida!
Yo también paseé por el tuyo y ya he dejado mi marca en él.
El placer ha sido mío. Siempre es agradable encontrar un nuevo tumbero a quien atormentar. (Sé que te gusta el Popu y el Rock con sus senderos azarosos, además tiene usted una foto del "pequeño Dragón" así que será fácil entendernos)
Saludos
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