Las mascotas caninas se han permitido el lujo de interpretar cientos de películas desde que el cine es cine. Desde Pluto, Scooby Doo, Patán, Hong Kong Fui, pasando por Lassie y demás sabuesos policías de cuatro patas o Bettowenes peludos, los pulgosos y adorables canínos se han ganado la simpatía de todos los públicos. Pero como yo no me creo que el perro sea el mejor amigo del hombre (porque el hombre no sabe de amistad) sino que se adapta a unas normas de supervivencia más antiguas que los humanos, he decidido repasar el rastro y husmear entre algunos de los relatos más salvajes que nos han brindado en la pantalla. Prepárense para ser mordídos por mastines, dobermans, pastores Alemanes, pit-bulls, lobos, dingos y demás razas puras o mestizas.
-CUJO (Lewis Teague. 1983)
Dado el éxito comercial de las novelas de Mr. Stephen King, era de esperar la adaptación de este relato. El rabioso mastín protagonista ejerce aquí como castigo al plácido adulterio de la actriz de turno. Sangrienta y más que aceptable, teniendo en cuenta lo mediocre de la historia.
-PERRO BLANCO (Sam Fuller. 1982).
Título maldito en la historia del cine. Un pastor blanco, entrenado desde cachorro por un racista loco para que asesine a gente de color, deberá sufrir un reentrenamiento para borrar sus instintos criminales. Metaforicamente alegórica. Música del maestro Morricone. Un film a revisar.
-COLMILLO BLANCO (Randal Kleiser. 1991)
La maravillosa novela de Jack London ha sido varias veces adaptada, y no con muy buenos resultados la verdad. Aquí se nota la producción Disney, y ese es un lastre muy grande. Aventuras por un paraje nevado, de un joven que busca una mina legada por su padre. Mucho más aceptable resulta otra adaptación de mismo título hecha en Italia en 1974 por Lucio Fulci, con Franco Nero y Fernando Rey.
Christoper Lee y Peter Cushing en una de las mejores películas sobre la novela homónima de Conan Doyle. La excitante "Hammer's Girl" Marla Landi demuestra sus atributos de paso que Holmes resuelve, una vez más, un misterioso caso. Mítica. Es la menos "canína" del lote, pero hay que darle nivel al asunto...
-BAXTER (Jerome Boivin. 1989)
Sorprendente película francesa de terror protabonizada por un bullterrier blanco. El diablillo de cuatro patas se merecía el Oscar de ese año al mejor actor. Una pasada creerme. Una pareja vive feliz con su mascota peluda, hasta el nacimiento del bebé, aparecen entonces los celos del pobre perro que se siente despechado. Un acierto dotar de pensamientos y protagonismo absoluto a tan inteligente animal.
-LA REBELIÓN DE LOS PERROS (Burt Brinckerhoff. 1976)
Cansexplotation psicotrónica. Subproducto de terror (perros rabiosos) típico de la serie B. Tras un suceso inexplicable todos los perros de una pequeña población del Sur-Oeste americano se ven poseídos por la rábia y deciden atacar a sus amos.
-LA PATRULLA DE LOS DOBERMAN (Frank De Felitta, 1973)
Esta vez son una pareja de Dobermans guardianes los encargados de acojonar al personal . Otro subproducto sin pies ni cabeza, tan sólo los colmillos afilados de una raza que en otro tiempo ocupó la pirámide de béstias aterradoras, hoy desbancados por pittbulls, rottweilers y otros familiares cercanos.
-BAJO LA AURORA BOREAL (Toshio Goto. 1990)
No podían faltar los lobos esteparios. Película de tintes naturalistas (no todo iba a ser sangriento) para una historia de supervivencia. El portentoso perro-lobo Buran tira del trineo para llevar medicinas a unos niños con tífoidis a un pueblo aislado de la thundra siberiana, junto con su dueño cazador. Aventuras de ayer y de hoy para toda la familia.
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