miércoles, 15 de junio de 2011
CICLO "CHUTES DE CINE": MORFIY (MORPHINE, 2008) de Aleksei Balabanov
Es una bendición descubrir películas como esta. Del director ruso Aleksei Balabanov ya hemos hablado con motivo de "Brat". Y seguiremos hablando. Su trabajo fílmico puede ser cualquier cosa menos convencional, de ahí el agrado que sentimos en AtumbaAbierta hacia esta clase de personajes. Como no podría ser de otra manera viniendo del nuevo guru del cine moderno ruso Morfina es una historia de yonkis atípica. Empieza por llevar a su terreno una história homónima de Mijaíl Bulgákov, dramaturgo y escritor ruso que cuando siendo médico rural (Balabanov sitúa la historia en un pequeño pueblo de Siberia) se vuelve adicto a la droga tras prescribirse una dósis. Son los tiempos de la inminente revolución rusa (intencionadamente el director omite mostrar la guerra explícitamente, pero su talento le lleva a que sintamos su negra presencia en cada escena, en cada línea de diálogo) y a su vez diríase que son los primeros pasos del ejercicio de la medicina moderna. Balabanov reconstruye de manera admirable y muestra con rigor y crudeza los horrores y penurias de tan sufrido periodo histórico. Sorprendentemente la película sabe captar el espíritu del gran cine clásico (está rodado en frio blanco y negro, y se presenta en varios actos en lo que es un claro homenage a las primeras películas mudas) y es muy literaria, digamos que hará las delícias de los amantes de los grandes escritores rusos ( Dostoievski en particular) y de sus dramas históricos. Un cine que evoca tiempos mejores (es otra historia distinta a la magnífica "La cinta Blanca" de Haneke, pero cine-mensage igual de ejemplar en cierto sentido). Metáfora fantasmagorica de sucesos más que actuales (el duro final de la cinta -magistral y que no pienso desvelar por educación- no es más que el inicio de otra terrible pesadilla). Asistimos a la historia de un joven médico que se va sumergiendo en el abismo de la droga al mismo tiempo que el país se desestaviliza también. Una película vigorosa e impactante. Un film que impactará e incomodará a más de uno, y que demuestra que Aleksei Balabanov ya es uno de los grandes del cine moderno. Para el que suscribe estamos ante una grandísima película, sino una obra maestra. (¡¡Y con excelentes escenas de desnudo, algo tan jodidamente difícil de encontrar hoy día!!)
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