".. escribo como un perro.
a cuatro patas.
jadeando.
y meneo lánguido el rabo contra mi estómago
en la monotonía de un péndulo que restalla
como un látigo al final de cada verso."
Así de desesperado y canalla se retuerce el tertuliano periodista Javier Gallego 'Crudo' (al que escucharían en toda su salsa y virtudes conduciendo el espacio radiofónico "Carne Cruda" de Radio 3, ahora en la Ser) en las páginas de este primer poemario de autodemolición personal. El autor pretende -o al menos intenta- despellejar su alma hasta el punto de que queden al descubierto las vísceras y tendones de su espíritu. No esperen entonces una lectura amable. Hundirse en la tinta clandestina de este profundo libro de poemas bukowskiano solamente saciará la sesera del lector tumbero acostumbrado al escalofrío íntimo y desgarrado. El tipo de escritura que solo se consigue trabajando en total oscuridad y soledad. Pocos son los que se atreven a demoler su esqueleto en mil pedazos para luego recomponer las espinas. Nuestra simpatía y respeto por el crudo Gallego y su protolírica "Abolición de la pena de muerte (Arrebato Libros)". No duden de su credibilidad.
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