IGGY EN EL CINE. 1ª Parte

EL punk murió y fue enterrado tras la disolución de los Stooges >. Era la opinión del refutado Lester Bangs. Comprensible enfado si tenemos en cuenta que la carrera en solitario de IGGY POP no alcanzó la calidad (sublime) de los discos grabados con los Detroit. Pero no voy a descubriros ahora (¿verdad?) ni a la leyenda ni al hombre (¿O será animal?) que compuso gemas (ya en solitario) como Lust for life, I'm Bored, The Passenger y esas otras que tanto os gustan, no. Ahora pienso hablaros de sus flirteos con el mundillo del cine, con la interpretación (que dirían algunos) que no son más que una diversión, un divertimento por el que suelen pasar las estrellas del rock cuando se aburren, con sus cameos, pequeños papeles y presencias testimoniales (interpretándose a sí mísmos), con la chulería de los que se saben grandes -la lista sería interminable desde Dylan a Neil Young pasando por Bowie, Richards, o cualquiera que se te ocurra- , y lo mismo vale para la gente del cine Woody Allen, Kusturika, Juliette Lewis y demas privilegiados que juegan a tener una banda. Pero Iggy es mi escusa de hoy para recomendaros una serie de películas deliciosas que, por encíma, gozan generosamente de su presencia y de su música.

Todo comienza en 1986 con un breve papel en El Color del Dinero (Scorsese) en el que aparece jugando al billar con el guaperas de Tom Cruise (¡qué contraste!) ese misno año se le puede ver (si eres un línce) como un yuppie trajeado en la béstial y exagerada Sid y Nancy, del director underground de culto Alex Cox, con el que ya colaborara dos años antes en la estupenda locura que es Repoman (El Recuperador) componiendo la canción que le daba título. De ésta y su siguiente aparición en la pequeña joya de la c.f. Hardware (Programado para matar) de otro director maldito de culto, Richard Stanley, (en la que sale como vendedor arapiento de chatarra) ya tendréis un mayor comentario (se lo merecen) próximamente. Sigamos con su primer papel de importancia...

CRY BABY (El Lágrima.1990)

¡Esto si és una presentación en toda regla!. Menudo bautismo de fuego. Dirigida por el maestro del cine thrash John Waters, la Iguana se encuentra al lado de un elenco de personajes (reparto) que nadie excepto el realizador de Baltimore podría reunir: Johnny Depp (a ambos les une la música, la amistad y la devoción por Keith Richards), Traci Lords (sin palabras), Susan Tyrrell (todo el rodaje borracha metiendole mano y soltando tacos, ¡Como en la peli!), Patricia Hearst, Amy Locane, Willem Dafoe... Extravagante donde los haya, Waters siempre se las apaña para contar con repartos sorprendentes (pienso en Hairspray con Debbie Harry, Los Sexoadictos con Chris Isaak... Polyester con el deadboy Stiv Bators!!). A Iggy el papel de tío Belvedere le va como anillo al dedo (impagable la escena en la que está lavándose dentro de ¡una tina!) y reconoce que se lo pasó de muerte durante todo el rodaje. Iggy presta su pelo grasiento, dientes negros y pícara sonrisa a esta historia de squares y rockers adolescentes con una banda sonora de aupa (curiosamente ni canta ni compone nada) ambientada en los 50's, repleta de buen rock'n'roll, chupas de cuero, cadillacs, lollypops, bailes de fin de curso y gomina... mucha gomina.

Su siguiente aparición es con otro maestro del cine independiente, Jim Jarmusch, en un cortometrage de 1993 (Palma de oro en Cannes) titulado Coffee & Cigarretes que años mas tarde se convertiría en un largo en blanco y negro de nuevo, rodado con pocos actores y basado en los diálogos de los personajes (Iggy charla con Tom Waits), teñidos del peculiar humor del genial realizador neoyorquino.Volverían a encontrarse, pero vayamos por orden.

Corría 1994, el año que tuvo mas trabajo. Empezó con Tank Girl (al lado de Ice-T, Naomi Watts, Malcolm McDowell...) peli predestinada a ser cult-movie (según dicen, pues yo no la he visto) y continuó apareciendo en series de TV y en dos pelis más pero siempre en papeles muy pequeños, hasta que recibió un guión de Oscar Aibar y ya a lo grande, con papel protagonista (y componiendo el temazo de ese western-futurista español, ¡ sí has leído bien, español !) se embarca en un proyecto que resultaría duro, tortuoso, lleno de problemas (con fallecimiento incluído) pero que a la postre resultaría su mejor contribución al séptimo arte. Su título ATOLLADERO (1995) rodado integramente en España y desde ya, pieza clave en la poco prolífera ciencia-ficción de nuestro país...

Continuará...