Cine patrio:
¡¡¿Regreso al franquismo y se acabó?!!... Triste pero es lo único que se me ocurre para que el cine español vuelva a conmovernos como antes lo hacía. "Plácido", "Viridiana", "El Verdugo", "El Cochecito" (inaudito rodar hoy una obra maestra como ésta en la que el entrañable abuelo protagonista piensa matar a toda su familia y en la que unos inválidos son presentados como criminales), y tantas otras maravillas paridas durante el régimen. Aceptémoslo ¡¡Basta ya de mierdas light!!, basta de estereotipos, encasillamientos y de lógica, vamos a perderle el respeto a todo. Me pregunto que habrá sido de los visionarios, los rebeldes, los atrevidos, de los que corren riesgos aún a sabiendas de caer en el ostracismo (no ya de los maestros que parecen haber desaparecido de nuestro cine). Ya no pido milagros, tan solo más Oscars Aibar (Atolladero), más Santiagos Lorenzo (Mamá es boba), más Koldos Serra (Bosque de Sombras), por que no más Pedros Temboury (Ellos robaron la picha de Hitler), gente comprometida que coja el testigo, ¡tipos que se pasen por los huevos los premios Goya!... y no mantas hipócritas.
.-Toda esta verborrea viene a cuento -dicho sea de paso- porque echo de menos más pelis como ARO TOLBUKHIN (Agustí Virallonga, 2002), que podrá gustar o no, pero a la cual hay que agradecerle el riesgo de intentar hacer ese "cine distinto" del que hablaba. En este caso cine de género -el de Psicho killers- en plan falso documental, con actores desconocidos (que a veces aportan más credibilidad que los célebres) completando un trabajo bastante alejado del resto de quijotadas al que nos tienen acostumbramos los mismos de siempre(no hace falta decir nombres). Ojalá tuviésemos más vacunas de estas para nuestro cine enfermo.
-El argumento estriba en un criminal húngaro que cometió sus atrocidades en Guatemala. Entre inventivas, imágenes, recuerdos, y fotografías, la cámara marea su rastro saltando del pasado al presente y de los hechos a las suposiciones. Tras su detención por haber quemado vivas a siete personas en la enfermería de la Misión del Divino Redentor, Aro confesaría otros diecisiete asesinatos por calcinación de mujeres, todas ellas embarazadas, a lo largo de su pasado como marino mercante. Condenado a muerte, no tardaron en aparecer incoherencias que ponían en duda su autoría. Es poco antes de su ejecución cuando el protagonista es entrevistado por dos periodistas franceses y a raíz de esos encuentros es donde la peli de Virallonga intenta profundizar en este personaje misterioso.
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