Que Nick Cueva es un personaje que gusta mucho en esta casa (véase) no es ningún secreto. Tanto en su carrera musical, profunda y visceral liderando a los Bad Seeds, como en sus pinitos en el cine como actor o guionista (recordad su estupendo guión para The Proposition) o en su faceta de novelista canalla ("Y el asno vio al ángel"), el cuervo negro australiano es siempre un hombre a seguir.
Veinte años ha tardado el oscuro crooner en lanzar su segunda novela: LA MUERTE DE BUNNY MUNRO (Papel de Liar, 2009). Otro descenso a las catacumbas de las emociones humanas, que narra la historia de un adúltero y misógino vendedor de cosmética obsesionado con Avril Lavigne (personaje real, cantante canadiense de pop-punki y diseñadora de ropa) que encontrará la redención -uno de los temas predilectos del autor- en el amor de su hijo. Cave no es un grande de la literatura pero sabe entretenernos con una comedia anti heroica, escrita si quieres, entre el Cormac McCarthy de "La Carretera" (véase) y el Irvine Welsh de "Escoria". A resaltar la maravillosa fotografía de la tapa del libro en la edición española (un cuadro en realidad, aunque no recuerdo el autor). De ponerle algún pero, achacaríamos, que introdujese esos nombres de famosillos del mundillo pop de MTV, quizá buscando ampliar su mercado de lectores, en vez de otros que sonasen mejor a sus fans de toda la vida.
En la senda de rockeros como Cave, que se han atrevido a novelar historias, destacan personalidades como Elliot Murphy: "Frio y Electrico" (Edi. Clip); o Billy Childish: "Notebooks of a naked youth" (entre otros lumbreras como Dylan, Patti Smith, Leonard Cohen...). Musicoescritores de los que ya nos ocuparemos a su debido tiempo...
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