domingo, 13 de febrero de 2011
JESCO WHITE. En las montañas de la locura.
EL HILLBILLY BIZARRO.
El tremendo y bestial documental de bajo presupuesto THE DANCING OUTLAW (Jacob Young, 1991) y el film independiente WHITE LIGHTNIN(Dominic Murphy, 2009) de reciente distribución, me han dado ha conocer a uno de los personajes más especiales de la cultura underground norteamericana. El nota nació en una embarrada carabana redneck en mitad de la nada, concretamente en las montañas Apalaches (West Virginia). Su padre era un famoso bailarín de una especie autóctona de baile de las montañas (parecido o famila del claqué) y al ver que su hijo no paraba de emborracharse, bagabundear, robar y drogarse (esnifando gasolina) desde tempranísima edad, decide enseñarle a bailar. Parece mentira que no haya muerto, pero Jesco White (1956- ? ) estaba destinado a ser toda una leyenda de culto. La mala vida que lleva hace que su viejo lo interne en reformatorios. Esto no hizo más que endurecer al demonio que corría por su sangre. Siendo todavía un crio Jesco pasó por prisiones de verdad (allí se se hizo tatuajes nazis que el inocente no sabe ni lo que significan) hasta que dió con sus huesos en el manicomio de Henett State Hospital en Melwood. Entre pastillas y electroshocks va creciendo la esquizofrenia. Encima, le anuncian que su querido padre ha sido asesinado (durante años quiso matar a los culpables), pero al salir "sentó" la cabeza casandose con una mujer cuarenta años mayor que él. Heredó los zapatos de papá y, con su cerebro tostado por la gasolina, acrecentó su leyenda de loco y animal salido de madre. El mismísimo Hank Williams III, amigo personal de Jesco, le dedicaría una preciosa canción country a la familia White titulada "The legend of D. Ray White". Y es que entre santuarios dedicados al Elvis, peleas surrealistas, automutilaciones de loco, sexo alborotado, carreras de furgonetas por el barro, chutes y gasolina, mucha fiesta y broma... además de tragedia (estuvo preso por supuesto asesinato), estaba la música. A lo largo del film uno puede emborracharse de la mejor música proto-cramps de la zona, y ahí el más grande era el paisano Hasil Hadkins; del legendario artista suenan "She Said", "No more hot dogs", "Ha Ha Cat Walk Baby"... y hasta un total de 8 canciones de su mejor repertorio. Grande el documental, enorme la película y genial el pirado de Jesco White.
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