No es una estrella del porno ni ha participado en títulos claves del género, pero su or
onda figura puso la nota chistosa a multitud de soporíferos pornos. Arrastró su cuerpo peludo y su polla grasienta de 25 cm. en más de mil películas hardcore, explotando su faceta cómica en films de la catadura de "Una noche en New York" (¡¡dónde tiente un duelo de pollas!!), "El Hombre Bi-fálico" (se paródia a sí mismo), "Dirty Dixie" (en donde se lo hacen con los pies), "Debbie Does Dallas (II y III)... Y en tantas otras, en las que casi podría decirse que roza la ciencia-ficción-X, como en "Lips" o "Cheeks 3" en las que aparece ¡mamándosela a sí mismo! en un ejercicio contorsionista de autofellación al alcance de muy pocos... pirados. Todo esto en los 80, mucho antes de irse a Italia a probar ninfas de otros mundos (Tabatha Cash o Beatrice Valle) en tierra de otros devoradores de felpudos como el gran
Roberto Malone (al que en ATumbAbierta se le adula antes que al chulo de Rocco Sifredi).
Para nuestro osito de peluche favorito (que iba para cuidador de niños deficientes en Nueva York) no todo sería fácil en el mundillo hardcore. Porno-stars rutilantes como
Ginger Lynn o Tracy Lords se negaban a follar con él (aunque al final no tenían más remedio, la paga era buena). Alegaban algo más que su físico. Decían que era
un desaliñado, un tipo de lo más asqueroso y, por encima de todo, un bruto a más no poder (
Puercoespín era uno de los apodos que le habían puesto). Es por eso que se ganó el odio más visceral de la mayoría del público femenino, no solo por lo grotesco de sus performances en pantalla sino por el mal de ojo que le lanzaron sus alegres compañeras de reparto. Tal vez eso motivó que pasase a dirigir él mismo sus películas ("Twin Cheek", "Orgías anales"...) al igual que otros muchos actores del gremio. En todo caso que le quíten lo bailado, como se suele decir. Cochambre sí, pero también multimillonario con una sonrísa de oreja a oreja, afortunado con el mejor trabajo del mundo (¿alguien lo pone en duda?). Para nosotros, sexoadictos incurables, Ron Jeremy seguirá siendo un actor entrañable qué, a su manera, lograría abrirse paso entre guaperas de gimnasio y moñas de diseño... para que el mundo del porno dejase, al menos por un rato, de ser tan anodino y aburrido.
Los fans del judío neoyorquino estámos de enhorabuena porque la leyenda de Ron Jeremy Hyatt está salvaguardada en un glorioso documental, de nombre
PORN*STAR "THE LEGEND OF RON JEREMY", sin censuras... y para todos los públicos. Sigan divirtiéndose....
No es una estrella del porno ni ha participado en títulos claves del género, pero su or
onda figura puso la nota chistosa a multitud de soporíferos pornos. Arrastró su cuerpo peludo y su polla grasienta de 25 cm. en más de mil películas hardcore, explotando su faceta cómica en films de la catadura de "Una noche en New York" (¡¡dónde tiente un duelo de pollas!!), "El Hombre Bi-fálico" (se paródia a sí mismo), "Dirty Dixie" (en donde se lo hacen con los pies), "Debbie Does Dallas (II y III)... Y en tantas otras, en las que casi podría decirse que roza la ciencia-ficción-X, como en "Lips" o "Cheeks 3" en las que aparece ¡mamándosela a sí mismo! en un ejercicio contorsionista de autofellación al alcance de muy pocos... pirados. Todo esto en los 80, mucho antes de irse a Italia a probar ninfas de otros mundos (Tabatha Cash o Beatrice Valle) en tierra de otros devoradores de felpudos como el gran Roberto Malone (al que en ATumbAbierta se le adula antes que al chulo de Rocco Sifredi).
Para nuestro osito de peluche favorito (que iba para cuidador de niños deficientes en Nueva York) no todo sería fácil en el mundillo hardcore. Porno-stars rutilantes como Ginger Lynn o Tracy Lords se negaban a follar con él (aunque al final no tenían más remedio, la paga era buena). Alegaban algo más que su físico. Decían que era 
un desaliñado, un tipo de lo más asqueroso y, por encima de todo, un bruto a más no poder (Puercoespín era uno de los apodos que le habían puesto). Es por eso que se ganó el odio más visceral de la mayoría del público femenino, no solo por lo grotesco de sus performances en pantalla sino por el mal de ojo que le lanzaron sus alegres compañeras de reparto. Tal vez eso motivó que pasase a dirigir él mismo sus películas ("Twin Cheek", "Orgías anales"...) al igual que otros muchos actores del gremio. En todo caso que le quíten lo bailado, como se suele decir. Cochambre sí, pero también multimillonario con una sonrísa de oreja a oreja, afortunado con el mejor trabajo del mundo (¿alguien lo pone en duda?). Para nosotros, sexoadictos incurables, Ron Jeremy seguirá siendo un actor entrañable qué, a su manera, lograría abrirse paso entre guaperas de gimnasio y moñas de diseño... para que el mundo del porno dejase, al menos por un rato, de ser tan anodino y aburrido.
Los fans del judío neoyorquino estámos de enhorabuena porque la leyenda de Ron Jeremy Hyatt está salvaguardada en un glorioso documental, de nombre PORN*STAR "THE LEGEND OF RON JEREMY", sin censuras... y para todos los públicos. Sigan divirtiéndose....
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