EL RINCÓN DEL PINCHA: TUFF DARTS, 'TELONEROS' OLVIDADOS DEL CBGB.

Si te gusta el viejo bamboleo de los Stones, el Lou Reed etapa collar de cuero, los pegadizos acordes de Johnny Thunders y sus New York Dolls, y todavía piensas que no puede haber nada que te sorprenda de todo aquel mítico y maravilloso sonido punk-rock tan simple facturado a mitad de los 70 en la efervescente escena neoyorquina surgida del mítico CBGB... prueba con los Darts. Te dejarán alucinado. Hace poco topé por casualidad con esta obra de arte, y nada más escuchar las primeras notas residuales de canciones como "All for the love of R&R", "Fun City" o "Your love is like a Nuclear Waste", se me puso dura. Sin duda alguna los Darts son el secreto mejor guardado de toda aquella movida. Rock&Roll sin pretensiones. Petardazos de dos acordes, de los de toda la vida. Estribillos pegadizos y sencillos. Letras de sincero descontento que hablan sobre perdedores, amores despechados, juergas... y el fantasma de la peligrosa e hipnótica noche neoyorquina planeando y respirando sobre cada una de estas historias que aullan tan pegajosas canciones. Y lo más importante: Todo con mucha diversión. Visto todas esas fantásticas bandas y músicos que han salido de la factoría CBGB y que a su manera han escrito la Historia Oculta(No Contada) del Rock (Dolls, Dead Boys, Television, Richard Hell, Heartbreakers...), uno no entiende que un grupo como TUFF DARTS y su disco homónimo (Sire Records, 1978) no tuviesen más relevancia de la que han tenído. Otro de los grandes misterios del Rock. ¿Mala suerte? Solo decir que semejante repertorio de hits rockeros no tienen nada que envidiar a cualquier otra composición punk-rock que sonase cualquier noche sobre las tablas del viciado ambiente cebegebero. Escúchen el disco y ya me contarán. Como bien dícen en uno de sus temas, lo suyo es amor por el rock and roll. Y yo me lo creo. Como anécdota decir que el gran Robert Gordon fue el primer vocalista de los Dardos, aunque sería con la llegada de Tommy Frenzy cuando nos brindarían este clásico de leyenda. Un único disco, sí. Pero que discazo, óigan...