Dado el reciente resurgir del cine fantástico y de terror español (a la cartelera y webs especializadas me remito) no estaría de más reivindicar la figura del director gallego AMANDO DE OSSORIO (La Coruña, 1918-2001), un creador modesto pero que merece todo el respeto y reconocimiento que siempre se le ha negado en este país. El Buque Maldito (74), La Noche del Terror Ciego (71), El Ataque de los Muertos sin Ojos (73) y La Noche de las Gaviotas (74) son cuatro títulos pertenecientes a la original "saga templaria" por la que se le suele recordar. Son películas hechas sin apenas medios económicos, acabadas en menos de dos semanas de rodaje. Productos más que decentes destinadas en principio para su exhivición en el extranjero y para consumo de un público sin pretensiones. Pese a las carencias de todo tipo y dificultades de para sacar adelante cine de terror durante el Régimen, Ossorio demostró su amor por el oficio entregando películas llenas de fantasía. Porque a decir verdad, lo que debemos valorar de todos aquellos pioneros y de su trabajo (Jess Franco, Carlos Aured, Paul Nashy, Klimovsky...) son sus aciertos, que los tienen, en vez de sacar a relucir todos los defectos de aquellos films creados durante la época dorada del cine fantástico español de finales de los 60 y mediados de los 70. A mi entender, eso sería lo más justo.
CINE DE BARRIO FANTASTICO...
Si todavía hoy resulta dificil hacer cine (ya no digamos un cine personal) en España, imagináos en los 50. Por deseo de su padre, que detestaba la vida bohemia del cine, Ossorio estudió para banquero, empleo que le ocuparía años de su vida antes de mudarse a Madrid y tener allí la "libertad" para hacer lo que más le gustara. Empezó currando en Radio Nacional y en el NODO, para pasarse a la publicidad y escribir guiones. En su ópera prima "Bandera Negra" de 1956 (desaparecida durante decadas hasta que alguién encontró la única copia que quedaba), el gallego ya disparaba a quemarropa. La peli es un monólogo de hora y media interpretada por un solo personaje (!). En un acto que le honra, resultó ser todo un alegato contra la pena de muerte lo que le vale ser censurado ¡8 años sin trabajar!. Los pocos que la han visto cuentan que no se había hecho nada parecido por estos lares. Tras el parón obligado reaparece con un western singular La Tumba del Pistolero (64), el único western de la historia donde ¡no muere nadie!. Su tercer film "Rebeldes en Canada"(65) no debía de dejar muy bien a la policía montada pues fueron los canadienses los únicos en censurarla (sic). Luego llegaría la bizarrada vampírica "Malenka. La Sobrina del Vampiro" (68) protagonizada sorpresivamente por la estelar Anitta Ekberg (La Dolce Vita) de la que solo existe una copia inglesa con subtítulos daneses. El franquismo ya estaba en las últimas, era el momento de hacer un cine divertido, fresco y erótico (poco después llegaría el famoso "destape"). Se haría, y se combinaría, de todo: zombies, vampiros, hombres lobo, dráculas, momias, franquensteins... fue cuando Ossorio se sacó de la manga la saga de los Caballeros Templarios. Pese a tener ingredientes del cine de zombies y momias "La Noche del Terror Ciego" resultaría relativamente original. De todas ellas me quedo con la tercera entrega "El Buque Maldito", la más conseguida de todas o mejor dicho la que Ossorio desaprovecha menos. Una historia de galeones medievales, sectas satánicas, sacrificios humanos y generosas dosis de destape.
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