Ahora que podemos disfrutar de las traducciones al castellano de la fabulosa revista paródica americana MAD (el Jueves sería su "equivalente" español) no está de más recordar al malogrado Don Martin (1931-2000), uno de los grandes nombres de la revista.
Conocido como "el dibujante más loco de MAD" ("MAD's maddest
artist"), el estilo del caricaturista invitaba a la carcajada con solo mirarlo. Martin lo contaba todo con una economía de medios asombrosa. Sus personajes pueden ser hombres depresivos y somnolientos esperando a que algo se les venga encima... o bien personajes dotados de una euforia absurda y mongoloide (individual o colectiva). En esa onda está "Una Tarde en la Gran Vía de Lourdes" en la que un grupo de peregrinos impedidos (de camino a Lourdes, claro) con sus bastones, sillas de ruedas y taca-tacas esperan a cruzar un semáforo en rojo y, como si nada, al ponerse en "Walk" tiran sus trastos, se levantan de sus sillas y se ponen a bailar... O aquel otro donde un oficinista aburrido y triste está esperando el bus y comienza a llover. Hechizado por el momento, y para romper la monotonía de su existencia, comienza a cantar "I Singin' in the rain" subiendose a las farolas como lo haría Gene Kelly. En la 
majestuosa viñeta final, a toda página, vemos que en lo alto del edificio a sus espaldas, se está celebrando el ·"Campeonato Nacional de Lanzamiento de Escupitajos a Larga Distancia", cuyos flujos, por supuesto, le están cayendo encima.
artist"), el estilo del caricaturista invitaba a la carcajada con solo mirarlo. Martin lo contaba todo con una economía de medios asombrosa. Sus personajes pueden ser hombres depresivos y somnolientos esperando a que algo se les venga encima... o bien personajes dotados de una euforia absurda y mongoloide (individual o colectiva). En esa onda está "Una Tarde en la Gran Vía de Lourdes" en la que un grupo de peregrinos impedidos (de camino a Lourdes, claro) con sus bastones, sillas de ruedas y taca-tacas esperan a cruzar un semáforo en rojo y, como si nada, al ponerse en "Walk" tiran sus trastos, se levantan de sus sillas y se ponen a bailar... O aquel otro donde un oficinista aburrido y triste está esperando el bus y comienza a llover. Hechizado por el momento, y para romper la monotonía de su existencia, comienza a cantar "I Singin' in the rain" subiendose a las farolas como lo haría Gene Kelly. En la 
majestuosa viñeta final, a toda página, vemos que en lo alto del edificio a sus espaldas, se está celebrando el ·"Campeonato Nacional de Lanzamiento de Escupitajos a Larga Distancia", cuyos flujos, por supuesto, le están cayendo encima. 
En 1963 dibujó la que puede ser considerada su obra maestra: "El Día Nacional del Disfraz de Gorila", aparecida en el comic-book de bolsillo Don Martin Bounces Back (y copiada hasta la saciedad posteriormente). En ella encontramos a una genuina pareja DonMartin -en la onda de un "El gordo y el flaco" o un "Epi y Blas"- a lo largo de 50 gloriosas viñetas, todas en la cocina de la casa de la pareja. Martin dinamita los recursos humorísticos más clásicos, impregnando a las historietas un humor surrealista de andar por casa. Disparatado, absurdo y rematadamente genial... y cotidiano. Humor sin complejos.
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