-La Cámara De Los Horrores ("Chamber of Horrors"; USA. 1966) D.: Hy Averback.
Un maníaco psicópata, de nombre Jason, condenado a muerte, está presto a fugarse. Logrará evadirse tras haberse cortado la mano derecha, muñón que ocultará con un arsenal de objetos, facilitados por un misterioso hombre oriental, entre los que destacan un garfio y un hacha bien afilada. Su objetivo será vengarse de los tres tipos que lo traicionaron. Desea despedazarlos vivos para luego, de forma macabra, configurar una escultura hecha con sus miembros.
La película de Hy Averback (USA. 1920/1997), artesano director del montón, que tanto te rodaba una péli del detective Colombo como una de Doris Day ("Anoche cuando se apagó la luz", 1968), firma aquí un típico y tradicional film de terror. Que juega con los conocidos trucos guiñolescos de las viejas producciones de William Castle (en cierto momento del metraje surgirán de la pantalla unos flashes rojos, "el destello del miedo", y sonidos de una sirena, "la estridencia del horror", advirtiendo momentos de terror como previamente anunciaba la publicidad de la misma, Todo muy castlediano) mezclando en su trama las variantes del género monster-movies, películas sobre museos de cera (resonancias a la estupenda "Los Crímenes del Museo de Cera") y cierto aire pop de los años 60. En un escenario de "barrios del vicio" con farolillos rojos, bares y prostíbulos, carrozas fúnebres avanzando por calles solitarias cubiertas de niebla... y demás mobiliario del género a tratar. Toda la mezcla muy correcta, refinada y elegante. Y tal vez ésto último sea su único pero. Digamos que la cosa hubiese tenído un mejor acabado, de haber su director corrido un mayor riesgo. Y es que la historia que tenía entre manos Averback podía dar mucho más de sí. Sobretodo el personaje de Jason, interpretado magistralmente por Patric O'Neal (foto 2), que aún así és lo más relevante y original del guión. Aunque la péli nunca alcanza a dar lo que se propone, se disfruta con gusto.
Decir que curiosamente fue ideada como un episodio piloto de una serie para la televisión, basada en la citada "Los Crímenes del museo de cera"(Andre De Toth, 1953). Pero fue considerada "demasiado fuerte" para emitirse por T.V. y sus responsables decidieron alargarla y proyectarla en salas de cine.
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