Diecisiete años pasaron ya desde que se formaran en Seattle en 1993 en plena combustión grunge. Los de Tacoma son uno de los grupos capitales del rock meta-anfetamínico de todos los tiempos, con una discografía a prueba de bombas y una legión de fanáticos seguidores que les siguen y veneran como se merecen. Abrasivos, sucios, estos canallas grasientos hijos de Satán (capaces de despachar un concierto en menos de un cuarto de hora) facturan punk-metal-thrash-rock y suenan como un demonio de Tasmania puesto de speed.
Provienen del mismo lugar que bandas claves del sixties-punk-rock como Sonics o Wailers, pero aunque no nieguen que les gusten esos supergrupos, sus influencias, además de Ramones y Motorhead (las más evidentes) son varias: por un lado el sonido hardcore de los 80, de grupos como Black Flag, Circle Jerks, Dead Kenedys, D.O.A., Misfits... y por el otro, el sonido de clásicas bandas, jadellentas y potentes, tan dispares entre sí como podrían ser Kiss (versionearon "
Good
of thunder" desde sus comienzos), AC/DC, Black Sabbath, Nirvana (ofrecieron conciertos juntos y se llevaban bien), los renombrados Ramones (Zeke en compañía Eddie Vedder grabarían la fabulosa versión "
I Believe in Miracles") o los Judas Priest...(porque aquella broma de versionear el "
Rhiannon" de Fleetwood Mac, fue éso, una broma) Otras de las influencias que nunca han negado es la de las drogas y todo lo que tenga que ver con la velocidad o la rapidez. Sus letras están repletas de hot rods, motocicletas, speed, motores... amén de sexo guarro y violencia. Los Zeke del northwest no son un meteorito procedente del espacio que se desintegra al contacto con la atmósfera terrestre, pero poco les falta.
El productor de renombre, Jack Endino, les produjo el bestial
"Kicked In The Teeth" (sí, como el título de aquella canción de AC/DC), del que no acabarían bien contentos, ni con el trabajo del productor ni con la discográfica(Epitpah), pero que a día de hoy todavía me eriza los pelos de los huevos cada vez que lo pincho en mi tocadiscos. Luego, después de varios cambios en la formación, lanzarían
"Dirty Sanchez", un buen disco de transición preludio de su ultimo y flamante trabajo, hasta la fecha,
"Death Alley". Un Lp hervido en ramalazos de sonido cercano al heavy metal que demuestra la energía e intensidad con que se toman los de Tacoma el rock&roll. Tan intenso como se pueda... como lo hacían los Ramones.
Diecisiete años pasaron ya desde que se formaran en Seattle en 1993 en plena combustión grunge. Los de Tacoma son uno de los grupos capitales del rock meta-anfetamínico de todos los tiempos, con una discografía a prueba de bombas y una legión de fanáticos seguidores que les siguen y veneran como se merecen. Abrasivos, sucios, estos canallas grasientos hijos de Satán (capaces de despachar un concierto en menos de un cuarto de hora) facturan punk-metal-thrash-rock y suenan como un demonio de Tasmania puesto de speed.
Provienen del mismo lugar que bandas claves del sixties-punk-rock como Sonics o Wailers, pero aunque no nieguen que les gusten esos supergrupos, sus influencias, además de Ramones y Motorhead (las más evidentes) son varias: por un lado el sonido hardcore de los 80, de grupos como Black Flag, Circle Jerks, Dead Kenedys, D.O.A., Misfits... y por el otro, el sonido de clásicas bandas, jadellentas y potentes, tan dispares entre sí como podrían ser Kiss (versionearon "Good
of thunder" desde sus comienzos), AC/DC, Black Sabbath, Nirvana (ofrecieron conciertos juntos y se llevaban bien), los renombrados Ramones (Zeke en compañía Eddie Vedder grabarían la fabulosa versión "I Believe in Miracles") o los Judas Priest...(porque aquella broma de versionear el "Rhiannon" de Fleetwood Mac, fue éso, una broma) Otras de las influencias que nunca han negado es la de las drogas y todo lo que tenga que ver con la velocidad o la rapidez. Sus letras están repletas de hot rods, motocicletas, speed, motores... amén de sexo guarro y violencia. Los Zeke del northwest no son un meteorito procedente del espacio que se desintegra al contacto con la atmósfera terrestre, pero poco les falta.
El productor de renombre, Jack Endino, les produjo el bestial "Kicked In The Teeth" (sí, como el título de aquella canción de AC/DC), del que no acabarían bien contentos, ni con el trabajo del productor ni con la discográfica(Epitpah), pero que a día de hoy todavía me eriza los pelos de los huevos cada vez que lo pincho en mi tocadiscos. Luego, después de varios cambios en la formación, lanzarían "Dirty Sanchez", un buen disco de transición preludio de su ultimo y flamante trabajo, hasta la fecha, "Death Alley". Un Lp hervido en ramalazos de sonido cercano al heavy metal que demuestra la energía e intensidad con que se toman los de Tacoma el rock&roll. Tan intenso como se pueda... como lo hacían los Ramones.
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