la tierra del bien y del mal
-El debut en la dirección del actor Sean Penn, pese a cierta torpeza narrativa, resultó mucho mejor de lo que cabía esperar tratandose del ex marido de Madonna. Pese a todo, en su conjunto, la ópera prima de Penn, inspirada simultáneamente en una canción de Bruce Springsteen ("Higway patrolman"), una leyenda india y latradición cinematográfica sobre el Profundo Sur de los años 50/60 (aunque la trama esté ambientada en los primeros 70, durante la guerra de Vietnam), resulta una película singular, alejada del groso del cine norteamericano de género cultivado en aquellos primeros años 90. Y eso se agradece. Lejos quedaba todavía el estilo própio, conseguído en títulos posteriores de innegable talento (El Juramento; Hacia rutal salvajes), pero en Indian Runner se nota la intención de Penn de sentar algunas bases en su obra: El trabajo con los actores, profundizando en su pasado (aquí practicamente debutan Viggo Mortensen, Patricia Arquette, David Morse y Valeria Golino; y lo hacen sin chirriar); Hacer del entorno -y del paisaje- un personaje más de la historia (en este caso las nevadas tierras del Sur, que recuerdan a Fargo o Affliction); Y la utilización de la música, en este caso una banda sonora de aupa (The Band, Creedence, Janis Joplin, Traffic...). En colaboraciones secundarias, brillan Dennis Hopper, Sandy Demis y un inusual Charles Bronson (Benicio Del Toro aparece muy jovencito en un momento del film). Además, como sinónimo de intenciones, la película está dedicada a la memoria de Hal Ashby y John Cassavetes. Lo que ya és un principio. Podría decirse que no estamos ante una gran película, pero poco importa si lo que nos gustan son las historias de perdedores... por muy pequeñas y humildes que éstas sean.
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