sábado, 28 de febrero de 2015

CASPA Y PUTERÍO: María José CANTUDO,




En las mazmorras del cine español figuran pelandruscas que son puro vicio. El destape nacional durante la transición levantó toda una polvareda de caspa y puterío. Entre tantas eternas promesas tardo-adolescentes dispuestas al despelote (en su gran mayoría mediocres actrices) destacó en lo suyo la andaluza Mª José Cantudo. Su mata de pubis fue el primer desnudo frontal visto en una película española y pantalla española (La Trastienda, Jorge Grau, 1975), 2.642.790 espectadores pasaron por taquilla después de dormir la siesta deseosos de contemplar in situ el gran acontecimiento. No hace falta decir que la pelambrera de la Cantudo es de largo lo más reseñable de este drama erótico y provocador sobre cuernos y fornicación. Su presencia en posteriores films como Las delicias de los verdes años (76), El huerto del francés (Paul Naschy, 1977), Piernas Cruzadas (82) o Las chicas del bingo (82) sirvieron para echar más leña al fuego de nuestros pecados y de paso confirmar el buen estado de salud que por aquel entonces se gastaba la actriz de provincias. 
Si queremos recordar un título entre toda su filmografía que realmente merezca la pena debemos remontarnos a los inicios de su carrera. En 1972 tuvo lugar un detalle de transcendencia para que el cine españól de género, hasta entonces ninguneado y carente de toda ayuda, comenzase su década de oro. Un productor valenciano loco por el cine fantástico y de horror, J. A. Perez Giner, toma el mando y da un vuelco a la productora barcelonesa Profilmes S.A. El despegue de fantaterror made in spain  no sería total si este señor se hubiese dedicado a otra empresa. Cineastas con agallas empiezan a gozar de libertad creativa, es el caso de Carlos Aured que con EL ESPANTO SURGE DE LA TUMBA (1973) firma uno de los hitos de referencia del terror de Serie B cañí. El director murciano se vería respaldado y aconsejado en todo momento por el maestro Paul Naschy (que no solo interpreta ¡un triple papel! sino que además escribe el tarzánico guión) y encima tendría a otro mito como Leon Klimovsky (La Noche de Walpurgis) ayudándolo en tareas de retaguardia. La guinda a este pastel de horror gótico-erótico cercano al gore la pone el elenco de féminas elegidas a dedo: La siempre elegante Helga Liné, y una despampanante Agata Lys en la flor de la vida. Al lado de estas vampiras María José Cantudo, jovencísima, encantadoramente naif, debutando en la gran pantalla haciendo de zombie  y participando en algunas de las escenas más poderosas del film. 

 


domingo, 22 de febrero de 2015

ADIÓS AL SOULMAN DESAPERCIBIDO

Don Covay (1938 - 2015)

No hay lugar de honor en el Salón de la Fama para los gregarios, ni vivos ni muertos. Aquellos derrotados como Don Covay reposan arrinconados en el cementerio del paraíso, así sin más. De poco sirven los homenajes de los amigos, los afectos conquistados aquí y allá, si al final falleces solitario y olvidado en un asilo. Parece que a nadie le importe una mierda que un día levantaras una humareda sónica de proporciones épicas, una estela a seguir, a imitar, una carga de profundidad que eclosionaría en el soul definitorio de los años sesenta y que iluminaría el cielo oscuro preñándolo de gemidos y sirenas, de vibraciones ultrasensoriales, de divertidas jam sessions, de burlescos falsetes y composiciones legendarias jamás recompensadas. Ya pocos se acuerdan del hijo del predicador que avanzó por el mundillo del ritmo de la mano de Little Richard, compuso temas que luego harían suyos colosos como Aretha Franklin, Otis Redding, Wilson Pickett, Etta James, Solomon Burke, Booker T & the MGs., Louis Prima, The Shirelles, Chubby Checker, Joe Tex y un sin fin de músicos y bandas fuera de EE.UU que van desde los Kinks, los Small Faces o los Rolling Stones. Vivir de los derechos de autor no es saludable, el cariño de la gente sí. Covay fue un genio desapercibido. Admiradores como Iggy, Todd Rundgren, Jeff Lynne, Keith Richards o Paul McCartney  (Bobby Womack y Jimi Hendrix también, de no haber palmado antes) te dirán de corazón que tras la desaparición de Don Covay el mundo pierde a un artista irrepetible aunque el mundo todavía no se haya dado cuenta (¿Verdad, Van Morrison?). Descansa en paz, querido Don.



martes, 17 de febrero de 2015

DOCUMENTALES MUSICALES: LOS ROCKERS, REBELDE ROCK & ROLL (2012)


El tan certero y puñetero axioma "It's a long way to the top (if you wanna rock'n'roll)" calza aquí con toda su furia y tragedia... Y si no que se lo digan a Los Rockers y a tantas otras bandas de rock que a lo largo de la historia lo han sufrido en sus carnes. Soñar a lo grande en tres acordes tiene su precio y no son pocos los valientes vestidos de negro que han abandonado antes de tiempo o se han dejado amedrentar por los avatares del largo, empinado y tortuoso camino a la maldita cima del rock'n'roll. Los chilenos Rockers pertenecen pues a ese rango de artistas condenados, a esa noble casta de perdedores que tanto nos gusta reseñar en esta casa.
De entrada desconocíamos el sonido de la banda, clásico y sencillo rockabilly en la frontera del pop troglodita, pero lo que nos sedujo de REBELDE ROCK'N'ROLL (Matías Pinochet, 2012) fue la historia de un dulce fracaso quizás no tan transcendental como el documentado en las descomunales "The Story of Anvil" o "Last days here" pero sí de similar tono y trazado, con los elementos de placer suficientes como para descojonarnos y disfrutar de lo lindo con las desventuras de Pato, Walter, Matías y el resto de dicharacheros personajes de la cinta. Siendo crueles nos encanta esta película. Noventa minutos de metraje que son puro spinal tap. Después del rosario de fugas, ridiculeces, entrevistas en crudo, conciertos cancelados, mítines izquierdistas, resacas justicieras, aforos vacíos, falta de medios, (des)engaños, egos, tropelías y decisiones de frenopático (¡atención a la mánager comunista y sus borracheras de órdago!) cualquier espectador despistado creerá haber visto un documental de ficción y no uno basado en los destronchantes hechos reales de un grupo con mala suerte llamado Los Rockers. Para disfrutar con una birra y un buen canuto en la mano.

martes, 10 de febrero de 2015

PAPELES: JINETES EN LA TORMENTA (Diego Manrique)


Siempre es un placer leer a un periodista vivo (y no solo de los así llamados musicales) capaz de contar algo nuevo de los viejos temas. Alguien desprovisto de egos, un francotirador con cuatro décadas en las trincheras del rock&roll, movido por la sana curiosidad de saber como funcionan las cosas y con un punto de vista que puede ir cambiando con uno según pasan las músicas y vuelan los años. El otrora vigoroso educador radiofónico Diego A. Manrique es hoy un escritor de prosa certera al que hay que respetar dentro (y fuera) del redundante mundillo musical. Sus ensayos, relatos, críticas u opiniones perfilan tupidos análisis (sobre cualquier tema que le dé la gana escribir) tan fiables y exhaustivos que triunfan todopoderosos. Porque al fin y al cabo, los textos del maestro Manrique parecen tratar siempre sobre algo más importante que la música: la vida misma y sus reveses. En ello radica su gran virtud. Es justo pues diferenciar entre el autor de "Jinetes en la tormenta" de la inmensa mayoría de críticos musicales de este país. Te guste o no, estamos ante una eminencia de la contracultura que adora y reza a los mismos 'dioses' que nosotros difundiendo sus leyendas, miserias y proezas de manera lúdico-musical. Los veteranos trasnochados no dudarán en devorar "Jinetes en la tormenta", libro que debe su precioso título a una canción de los Doors, y que recopila los precisos artículos, entrevistas y reportajes publicados por Diego en las páginas del diario El País. Un tren de largo recorrido por el planeta Rock que no deberías dejar pasar de largo.


jueves, 5 de febrero de 2015

EN BUSCA DEL CINE PERDIDO: "EL VISITANTE NOCTURNO" (The Night Visitor. 1970)


LA TRAMA:  Un hombre es encarcelado injustamente por un delito que jamás cometió. enloquecido, escapará de la cárcel cada noche para ir asesinando uno a uno a los miembros de su familia, responsables de su desgracia. Tras cada crimen, retorna a su celda, lo que hará que la policía sospeche que los hermanos se están matando entre sí.

He aquí un pequeño tesoro oculto en la filmografía de un director a reivindicar, Laszlo Benedek. Por si no lo recuerdan el húngaro fue el que filmó al mejor Marlon Brando en la modélica "The Wild One" (Salvaje, 1953), un film que creó tendencias y catapultaría a otro "de los nuestros": Lee Marvin. Sus furiosos inicios como cineasta en la meca del cine darían paso a una corta e irregular carrera finiquitada en el viejo continente (Suecia puso los dólares) con esta admirable cinta ambientada en el universo neo-noir. En The Night Visitor no faltan las motivaciones psicológicas, la violencia explícita, asesinatos en serie, rituales vengativos, el suspense y demás piedras angulares que acostumbra a lucir este tipo de movimiento genérico. Será gracias al ingenioso guión de Guy Elmes -al que pone sintonía el maestro Henry Mancini- que la película se convierta en una interesante variación sobre la figura del psicho killer. Pero si algo resalta de manera primorosa en esta película sueca es la sobrecogedora atmósfera, a base de desolados paisajes nevados, por los que pululan los grandísimos intérpretes que aparecen en pantalla. No todos los días se topa uno con un reparto de relumbrón dando lo mejor de sí, y encima, en registros a los que nos tienen poco acostumbrados. Hablamos de algunos de los mejores actores del cine de autor europeo de siempre, Max Von Sydow y Liv Ullmann, tan alejados de los papeles en pareja que tantas veces interpretaron en los films escuela de Ingmar Bergman y que aquí los disfrutamos alegremente deshubicados y maravillosos. Añádan al curtido Per Oscarson -bordando su papel de malhechor- y al siempre cautivador Trevor Howard -ejerciendo de brazo fuerte de la ley- (y cuyo rostro tumbero es al cine de horror germano-europeo lo que Boris Karloff es al norteamericano) y tendrán ustedes el guiso perfecto. Cómo para perdérselo.


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