sábado, 23 de noviembre de 2013

MARK BRANDON READ: ASESINO DE TRAFICANTES

(1954 - 2013). R.I.P.
En números atrasados reseñamos el film CHOPPER (Andrew Dominick, 2000) como uno de los títulos inenudibles de la filmografía australiana. La exitosa cinta basada en hechos reales, convirtiría a su delincuente protagonista, un histriónico criminal que mantuvo en jaque a sus paisanos durante los años 70 y 80, en un icono nacional y delincuente modelo. En 1991 se forró contando la historia del relato autobiográfico del que dicho film, escrito mientras cumplía condena entre rejas. El best seller, que lógicamente vislumbraba tintes cinematográficos, otorgaría prestigio popularidad al que fuera el hombre más peligroso de Australia. Considerado a sí mismo como un Robin Hood de los mares del Sur, antes de morir de cáncer el octubre pasado, Mark Chopper Read asesinó gente (se cree que a "seis" o "siete"), sufrió descargas de electroshocks, robó valientemente a peligrosos traficantes, se autorajó las dos orejas, continuaría publicando más cuentos y novelas (Golpes y Recuerdos; Como disparar a amigos e influir sobre las personas), lideró a lo grande su propia banda, apalizó el solito a más policías que nadie para luego colaborar con dichas autoridades... hasta que finalmente le llegaría el sentido con el nacimiento de su primer hijo en 1998. "Ese es el momento en que me uní a la raza humana", espetaría a la prensa. En Melbourne muchos camellos y sinverguenzas respirarían aliviados al conocer tal reconversión.
Con semejantes antecedentes comprenderán que la 'carrera profesional' y la leyenda del hostil Mark Chopper (al que dio vida el actor Eric Bana en el film) figure en un lugar privilegiado dentro de nuestro panteón de ilustres 'gangsters de película'  (Mesrine, Billy el Niño, Stander, Henry Hill...). El mundo de hampa pierde a otro de sus modélicos referentes, no les quepa la menor duda.


sábado, 16 de noviembre de 2013

IN MEMORIAN. Resesas esquelas de gente lironda y tumbera

-RICHARD C. SARAFIAN (1930 - 2013). Todoterreno rebelde y proscrito que dio lo mejor de sí en los años dorados del cine tumbero americano de los años 70. Solo por dar vida en pantalla al novelesco antihéroe  Kowalski en la apabullante e idolatrada cinta de culto Vainishin Point (Punto Límite: Cero; 1971) se merece el respeto y el recuerdo eterno por parte de todos nosotros. Otra muestra de su valía y talento -mostrado a cuentagotas, eso sí-  fue el desmitificador western El Hombre de una Tierra Salvaje (1971) dirigiendo a su tocayo Richard Harris y a su maestro John Huston en tal renombrable faena. Redondeando, su obra y apellidos quedará ligada a la de ilustres tumberos que en algún momento dieron -y seguirán dando- vidilla a esta revista: Sean Connery, Burt Reynolds, Barry Newman, Farrah Fawcett, Robert Duvall, David Hemmings, Rod Steiger, o los citados Richard Harris y John Huston. Todos los Kovalskis de este mundo jamás te olvidaremos, amigo 'perdedor'.

-NIGEL DAVENPORT (1928 - 2013). Clásicos indiscutibles del cine tales como Mercenarios sin gloria (1969), Mirando hacia atrás con ira (1959), Un hombre para la eternidad (1966), Carros de Fuego (1981), Amanecer Zulú (1979) o  la hustoniana La Horca puede esperar (1969) son algunos de los trabajos en los que participó el grandísimo actor -secundario de lujo- británico. Más allá de estos y otros gloriosos films que gozaron de la presencia de Davenport nosotros queremos destacar dos títulos, dos sobresalientes papeles secundarios en los que demuestra su flema tumbera y la devoción que sentimos por este caballero de prolongada carrera cinematográfica: las obras maestras El Viento en las Velas (Alexander Mackendrick, 1965) y El Fotógrafo del Pánico (Michael Powell, 1960) son dichas joyas. Sobran las palabras. Nos queda recordar al aventurero señor Thornton(de la primera) o al detective Miller (de la segunda), sin olvidar que fue Davenport el actor que cedió su voz (en su versión original) para que Hall 9000, el ordenador de 2001: una odisea del espacio(Kubrick, 1968), pusiera rumbo a las estrellas.

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sábado, 9 de noviembre de 2013

CinemaRock: LIGHT OF DAY (Aka "Rock Star", 1987). Problemas existenciales de una rockera en apuros

-PASIÓN Y REDENCIÓN
Este era uno de los títulos de la filmografía de Paul Schrader que nos faltaba por ver (el otro es "Patty Hearst"). Si bien es cierto que estamos ante uno de sus films menos logrados LIGHT OF DAY tiene alicientes de sobra para que el cinemaníaco tumbero disfrute con su metraje. Como todos ustedes sabrán sentimos predilección por el guionista de Taxi Driver así que jamás escucharán una crítica negativa sobre sus películas. Nos importa un comino que los fans adolescentes de Michael J. Fox se sintieran decepcionados, los productores y dueños de salas de proyección estafados, y los críticos de cine franceses traicionados. Sabíamos de antemano que el actor estrella de "Regreso al futuro" nunca encajaría en papeles dramáticos; que la guitarrista y cantante Joan Jett es una estupenda rockera pero no una actriz de teatro; que el director que firmó la obra maestra "Sin Posibilidad de Escape"(Light Sleeper, 1972jamás rodaría el típico film comercial con el que sus jefes y publico palomitero soñaban (corrían los 80's y el tipo de cine con temática pop-rock funcionaba muy bien en taquilla, ejemplos sobran: "Calles de Fuego", "Fama", "Get Crazy"...)... así que todo el fiasco y jaleo tras su estreno entraba dentro de toda probabilidad. Ni rastro del sueño americano por ninguna parte, ni falacias de ningún resplandeciente y alternativo camino a la fama. Golpe a la familia, a la libertad e individualidad de la mujer, al falso mundo de las rock stars, al galmour de la vida en la carretera...Schrader -que iba para cura calvinista no lo olviden- plantea su historia como un dramón en toda regla, un culebrón con música rock de fondo. Como en todo el cine facturado por el director de "American Gigolo"(1980) en esta película están presentes sus fóbias y temores más intimos y metafísicos, aunque sin llegar al calado existencial que alcanzaría con sus obras mayores (Aficción, El Placer de los extraños, Mishima..., o las arriba citadas). En esta ROCK STAR Schrader purifica, una vez más, a los personajes de su historia. Seres afligidos llenos de dudas y conflictos a los que espera redimir en este caso con amor y rock and roll.

 La trama se centra en la relación familiar, y musical, de dos hermanos, Joe (Fox) y Patty (Jett), (vínculo que Schrader tiñe con un halo de incesto descarado y provocador), miembros de los Barbusters, una desconocida banda de rock de Cleveland que lidera la rebelde hermana mayor. A Patty no le importa no tener trabajo (ni que su hermano pierda el suyo), no le importa ser madre soltera, no se arrepiente de marcharse de casa y de no hablarse con su madre enferma de cáncer (la elección de Gena Rowlands enfatiza el status de film 'independiente' o de 'auteur' que quería el director norteamericano), ni si quiera le importa el bienestar de su bebé, al que se verá forzada a abandonar porque frena sus ansias de libertad (en una fuerte secuencia Joe es testigo de como su hermana abusa del pequeño para robar comida en un supermercado), nada ni nadie se interpondrá entre ella y su música. Su hermano del alma es quien más paga su egoismo y maneras de vivir. Ella NO desea convertirse en estrella del rock, NO es ese su sueño. En la mejor escena del film escuchamos la verdadera razón, como viene a decir Patty:"..es el subidón del rock'n'roll, la necesidad de tocar y sentir el ronroneo de un riff de guitarra por todo tu cuerpo". Entendemos que toca para sí misma y para nadie más, tan simple (o tan dificil) como eso. Sin esa fe no puede vivir. Los fans de Joan Jett hubiesen deseado otro desenlace, ver a su ídolo interpretar un personaje más radiante, positivo y que alcanzase el éxito en un tipico final feliz. No se engañen, la historia termina como tenía que terminar. Schrader piensa lo mismo.
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