CARNE PARA LA PICADORA. Las "7 maravillas" de Lee Marvin
Lunes: -CÓDIGO DEL HAMPA ("The Killers", 1964)de Don Siegel.
Comienzo fulgurante. Cine negro de lo más clásico. Un remake del Forajidos de Robert Siodmak visto desde otra perspectiva, la de los asesinos a sueldo, decididos a descubrir porqué la victima que acaban de abatir no intentó defenderse. Una estupenda Angie Dickinson(buscar) secunda a nuestro implacable actor.
Martes: -A QUEMARROPA ("Point Black", 1967) de John Boorman.
El título lo dice todo. Boorman aprovecha la pareja Marvin/Dickinson que tan buenos resultados cosecharan en Código del Hampa para marcarse uno de los títulos claves del cine americano de los

años 60. Thriller denso. Lisérgico. Absorbente. El
ménage a trois de la venganza. Una película sofisticada en todos los sentidos. Cine de estilo. Marvin es Walker y su rostro serviría para ilustrar carteles, portadas de discos... todo un estandarte de la cultura pop sixties.
Miercoles: -CARNE VIVA ("Prime Cut", 1972) de Michael Richie.
Otro thriller lleno de violencia y erotismo placentero. Aquí Marvin es Nick Devlin un hosco sicario contratado por la mafia, que se verá implicado en un chatage de drogas y será acusado de porxeneta de mujeres. Dando réplica el gran Gene Hackman y debut de Sissy Spacek
Jueves: -EL REPARTIDOR DE HIELO ("The Iceman Cometh", 1973) de John Frankenheimer.
Basada en una famosa obra de teatro americana de Eugine O'Neill. Una Obra Maestra de esas

que pasan por TV a altas horas de la madrugada. Tres horas de interpretaciones memorables. A la cabeza el propio Marvin, Fredic March, Robert Ryan, Jeff Bridges y Bradford Dillman entre los más sonados. Un tugurio es el punto de encuentro de vividores, gandules, putas, borrachos, anarquistas y perdedores de todo tipo. Entre trago y trago eruptan pensamientos varios sobre la vida, mientras desgranan fantasías, sueños e ilusiones como bálsamo a su desesperación. Cine para paladares exquisitos...
Viernes: -EL EMPERADOR DEL NORTE ("Emperor of the North Pole", 1973) de Robert Aldrich.
El gran Lee Marvin contra el gran Ernest Borgine, un alucine. Aldrich sabía a quien elegía (más de una vez los había empleado). Corren los tiempos de la Gran Depresión y una legión de railroad-men (vagabundos) se suben desesperados a trenes en marcha. La acción transcurre sobre vías y vagones. A estos polizones les espera un sádico supervisor... y a nosotros una película decente, de esas que ya no saben hacerse por mucho que lo intenten...
Sábado: -UNO ROJO: DIVISIÓN DE CHOQUE ("The Big Red One", 1980) de Samuel Fuller.
Película autobiográfica. Ideológicamente y moralmente ejemplar. Cumbre del cine (anti)bélico. Una de las mejores películas de guerra jamás filmadas, no en vano el maestro Fuller vivió en primera persona los horrores del frente de batalla, donde lo más heróico que podía hacer un hombre era sobrevivir y donde el bien y el mal no tienen justificación alguna. Una de las mejores -y últimas- interpretaciones de Marvin, esta vez en la piel de un veterano sargento de marina.
Domingo: -DÍA DE PERROS ("Canigule", 1984) de Yves Boisset.
Como colofón a este tour marviniano... La enésima demostración de que como gangster no había quien le superase. Aquí en una curiosísima producción francesa llena, cómo no, de una violencia lírica y catártica. Una delicia. Supuso, para el que suscribe, todo un descubrimiento (debía tener 13 tacos cuando asistí, por dos veces seguídas, al "estreno" en mi querido Cine RiasBaixas). El tal Boisset no volvió a parir obra semejante. Una mezcla de thriller americano y cine polar (cine negro) francés con tintes policíacos, magistralmente guionizada, y protagonizada por un absoluto y envejecido Lee Marvin (poco después en 1987, y tras dos apariciones en la penosa saga de Delta Force, nos abandonaría para siempre) enfrentado a unos brutales y embravecidos aldeanos de la campiña francesa más peligrosos que los propios gangsters y policías. A raíz de este excelente film el nombre del actor neoyorquino quedaría tatuado en mi mente por toda la eternidad...