SENSUALIDAD, LICOR Y ÉXTASIS...

SENSUALIDAD, LICOR Y ÉXTASIS...

Películas no aptas para todos los públicos como la ninfomática "Fuego"(68) o la morbosa y excesiva "Carne" (68), tal vez el título más suculento de toda su filmografía (estrenado en España veinte años después de su filmación, en 1989). En él Sarli interpreta a la guapa Delicia, trabajadora de un matadero. Allí es violada todos los días, hecho que desconoce su novio pintor. Un día es secuestrada y encerrada en un camión frigorífico. Así, los colegas del violador, podrán repasársela por turnos siempre qué deseen. Basada en un hecho real, la péli rápidamente se convierte en un título de culto debido a su violencia y a su premeditado sentido del humor (grosero). Su marido Armando Bo rompería tendencias y abriría camino al cine de sexo violento (sexploitation) facturado a contracorriente. El film recibe el apoyo incondicional del gran público...y el rechazo inmediato de censores y crítica. Allá éllos. La peli es apabullante sin más.
similares). Puestos a romper tabús, qué mejor que los nazis (expertos en sobrepasarlos todos) para dar pie a protagonizar todo tipo de atrocidades y guiones de los más alocados e inverosímiles. En Salon Kitty el III Reich pretende crear una nueva raza de bellas mujeres alemanas, afines al partido, entrenándolas para convertirlas en refinadas prostitutas profesionales. Un cuerpo de élite para saciar los pervertidos juegos de las altas gerarquías de la Gestapo. El lugar elegído para dicho experimento será un conocido burdel de Berlín, en el que trabajan prostituas de orígen polaco. La "resistencia" no se hará esperar, Kitty (Ingrid Thulin) la dueña de tan lujoso lupanar, no está dispuesta a aceptar las nuevas reglas y decidirá plantar cara a todo el cuerpo de oficiales nazi. Sin arma alguna (y sin apoyo aéreo), serán sus encantos físicos, y su inteligencia, todo el arsenal con el que Kitty intente desbaratar los planes proxenetas de los alemanes.
me enteré del adiós de uno de los más grandes maestros del animé, Shatoshi Kon (Perfect Blue, Paprika...), éste muy joven, a los 46 tacos. A estas gentes de renombre habría que añadirles las de "segundo nivel", no por ello menos dolorosas: Manuel Alexandre (actor berlanganiano, de los míos), Kevin McCarthy (actor de culto gracias a La Invasión de los ladrones de cuerpos), Clive Donner (director de ¿Qué tal, Pussycat?, El ladrón de Bagdad...), ¿Os acordáis de la actriz de Ultimatum a la tierra, Patricia Neal? (ganadora de un Oscar a la mejor actriz por Hud, y una de las más sólidas intérpretes del Hollywood de los años 50)... pues también partió para mejor vida. Seguro me olvido de más (los más cinéfilos podrían echar en falta a Eric Rohmer; los cantautores y hombres de bien, a Labordeta y...), pero lo que me aterra es qué todavía no ha terminado el puñetero 2010. Y en éstas estamos, recibiendo mazazos uno tras otro. El
último en marcharse (-de puntillas-) y dejarnos un poco más huerfanos y jodidos de imaginación, ha sido el realizador inglés ROY WARD BAKER (Londres, 16-9-16/5-10-10). Joder. Los buenos aficionados al cine de género no podemos olvidar qué este tío fue uno de los directores más prominentes de la segunda generación de la Hammer. Antes de embarcarse en la casa del terror, había dirigido 16 episodios televisivos de El Santo (63-68) y ocho de Los Vengadores (65-68), grandes éxitos que le abrieron las puertas de la citada Hammer y también de la Amicus. Pero no solo de cine de terror vivió el hombre. The October Man (47) y A Night to Remember (58) son dos buenos ejemplos (ésta última tras regresar de su
periplo hollywoodiense (52-58) en el que llegó a dirigir a la mismísima Marilyn Monroe). Sin olvidarnos de la notable La Ultima noche del Titanic (58), algunas de sus secuencias inspirarían de forma inequívoca a James Cameron cuarenta años después cuando rodó la inferior (para mi gusto) Titanic. Entretanto también rodaría comedias, dirigiendo a la diosa Bette Davis en El Aniversario (68) o al recientemente finado Tony Curtis en Los Persuasores (71); de igual manera que westerns como El Demonio, la carne y el perdón (61). Pero sin duda fueron sus trabajos para la Hammer y la Amicus los que le elevarían al parnaso del cine fantástico para siempre. Hagamos memoria...
El glamour (perdido), el 3D, el presupuesto desmesurado, las rutilantes estrellas, las nuevas tecnologías, la publicidad... (inclusive el talento) no hacen una buena película. Son las buenas historias las que al final quedan en nuestra retina, y el Hollywood de nuestros días tiene poco o nada que ofrecernos a ese respecto. Y en éso estamos, en buscar por ahí, y por nuestra cuenta, ese otro cine que nos divierta y nos reconcilie con la idea de que no todo está perdido. Y el cine europeo es un buen lugar como otro cualquiera en el que lanzar nuestras redes de pesca. En los últimos años, y más recientemente, han salido una serie de propuestas interesantes (en thrillers y en lo que a cine negro se refiere) que iremos repasando puntualmente, en pequeñas dosis.
Hoy toca hablar de una peli islandesa dirigida por un tal Óskar Jónasson titulada REYKJAVIK ROTTERDAM (2009). La cinta está incluida dentro de esa nueva corriente a la que los críticos apresuraron en llamar "nueva novela negra nórdica" (de la que nada sé y poco me importa): Títulos como Millenium o Aurora Boreal, que parten de previas novelas, son los únicos que he visto, y la verdad es que no me entusiasmaron en absoluto. Por el contrario la película de Jónasson, que igualmente viene de una novela titulada Las Marismas (que tampoco he leído), me ha gustado, y mucho. Me parece un policíaco (pero sin policías) como los que se hacían antes. Se nutre de diversas fuentes: Uno inmediatamente piensa en los primeros films de los hermanos Coen (Sangre Fácil, Fargo...) y por momentos recuerda el humor, y situaciones, de los films de Guy Ritchie ("Snatch, cerdos y diamantes"), pero también evoca aquellos viejos films noir de maestros como Jules Dassin (Mercado de ladrones, La ciudad desnuda) o J. P. Melville (Hasta el ultimo aliento), más que nada, por reencontrarse con nostálgicas historias de perdedores. Por qué el (anti)héroe de esta historia, un expléndido Baltasar Kormákur (también director de cine, qué probablemente séa el encargado de rodar el remake norteamericano de éste film) -con un parecido asombroso a Colin Farrell-, es uno de ésos loosers a los que la vida ha pateado y seguirá pateando. Un tío con buenas intenciones al que acabas cogiendo cariño, qué se rige por unos códigos hoy devaluados. Un personaje que intenta redimirse de un pasado conflictivo a sus espaldas (cumplió condena por contrabando de alcohol, por no delatar a su jefe) trabajando de guardia jurado, pero que apenas le alcanza para sacar adelante su familia. Encima su cuñado le involucra en malos líos, y el que creía su amigo, se aprovecha de su situacion financiera para que vuelva a las andadas y poder así cepillarse a su mujer (antigua novia de aquel). Asistimos entónces a una frenética trama de apenas 80 minutos de duración, tan rocanbolesca y negra como aquella nube de cenizas cortesía de Islandia.
-EL CAPO DE CORLEONE (Il Capo Del Capi, 2007) es un telefilm dirigido por Alexis Cahill y Enzo Monteleone para la televisión transalpina. La miniserie italiana, a lo largo de 6 capítulos de una hora y media de duración cada uno, aborda medio siglo de violencia extrema cortesía de la mafia siciliana. Fue en un pequeño pueblo de 15.000 habitantes, Corleone, en la provincia de Palermo, donde nació el que será recordado como el "Capo de Tutti capi" Salvatore Riina, más conocido como Toto Riina, álias "el Corto", o también por el apodo más correcto de "la Bestia", como se referían a su persona todos aquellos que sufrieron la brutalidad de sus actos. Pero no sería Riina el único capo que saldría de las calles del apellidado pueblo al que Coppola lanzaría a la fama tras su pelicula El Padrino. Nombres de importantes jefes de la Cosa Nostra como Michele Navarra, Luciano Leggio, Leoluca Bagarella o Bernardo Provenzano nacerían en en el pueblo de Corleone.
rmano de 5, mientras éstos intentan sacar la pólvora de una bomba abandonada por los americanos durante la 2ª Guerra Mundial, para venderla, y conseguir así algo de comida que llevarse a la boca. Serían años muy duros, entre caciques, barro y hambruna. La Mafia corría por la sangre y ADN de muchos sicilianos, pueblo curtido en mil batallas, que debido a su estratégico enclave geográfico a lo largo de siglos debió de enfrentarse a múltiples invasiones y sometimientos de todo tipo. De ahí que el sentimiento de autodefensa, o mejor dicho, de libertad, estuviera muy arraigado entre los isleños. El norte de Italia, rico y próspero, gobernada por otra clase de mafia, los políticos, tenía olvidado por completo a los analfabetos aldeanos del sur, pastores y campesinos en su gran mayoría. Lo que acontecería después, és historia conocida por todos. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX serían ésas pobres "familias" (o clanes) sicilianas, las encargadas de dirigir, según sus propios intereses, el país entero desde la sombra. Poder. El control de los votos en Sicilia, por parte de la mafia, permitía a la extrema derecha gobernar Italia ante el avance de los co
munistas y otras fuerzas políticas que hiciesen peligrar el Estado. Gracias al miedo, a los sobornos, a los políticos a sueldo de la mafia, a la permisibilidad de los jueces y fuerzas del Estado, y a las demás ventajas que otorga el poder del dinero, gente sin escrúpulos, como Salvatore Riina y todos los de su sangre y calaña, se convirtieron en los AMOS de todo un país, y quién sabe si en la organización criminal más importante a nivel mundial (No és que lo cuenten así en EL Capo De Corleone... ahí están algunos de los ultimos títulos del cine italiano para desmantelar todos estos temas de su pasado más reciente Il Divo, Gomorra, Roma Criminal...). Siguiendo con Toto Riina y su hambre de poder, el film concluye, como no podría ser de otra manera, con su encarcelamiento en 1993 tras veinte años fugado. Su obsesión por convertirse en el único capo al mando de todo Palermo (y con ello de Sicilia), le llevaría a cometer toda clase de asesinatos, matanzas, secuestros y barbaridades entre su propia "gente" y paisanos (para apoderarse de toda Sicilia liquidó a importantes capos, no quería a nadie por encima de él). Tras matar decenas de esbirros (así llamaban a la policía), importantes jueces y políticos (el lider comunista Pío La Torre, o el sindicalista Placido Rizzoto), infames (soplones), o cualquier "cristiano" que fuese en su contra o hablase mal de él, Riina algún día tendría que pagar por sus pecados. La gota que colmó de la paciencia de toda esta sinrazón fueron finalmente los asesinatos de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsallino (responsables de iniciar el macroproceso por el que fueron encarcelados casi 500 mafiosos) . El clima de crispación y el sorprendente e insistente clamor popular, llevaría a jueces y políticos a tomar la decisión de poner entre barrotes al responsable de toda esa locura: Toto Riina; ni más ni menos que los mismos politicos y poderosos a los que la Cosa Nostra les estaba llenando los bolsillos.
Escuchando un temazo como "Dad's gonna kill me" ("Papá va a matarme"), blusero y rockero a la vez que oscuro y sombrío, uno tiene la sensación de adentrarse en el universo del mismísimo Nick Cave. Puede que ambos sientan debilidad por las murder ballads rurales, por la paz espiritual y el desaliento, pero creo que las comparaciones terminan ahí. Richard Thompson tiene cuatro décadas de carrera a sus espaldas (en 1967 formó parte del grupo Airport Convention, pionero en el uso de instrumentos eléctricos dentro del folk). Aunque algunos le tilden como "el mejor guitarrista eléctrico de Inglaterra", sus punteos de guitarra son todo un alarde de economía a la vez que expresividad. El escritor y musicólogo Nick Hornby (Alta Fidelidad) definió su música como algo parecido a "música de campesinos satánicos ingleses que sacrifican a sus hijos". Raíces culturales aparte, el folk-rock del creativo inglés puede en
contrar paralelismos con génios como The Band, los Byrds o Rory Gallagher (con quien compartió gira), pero siempre más próximos a la alquimia de un Coltrane qué al clásico corte más setentero. Sus letras llenas de historias sobre incestos, asesinatos, vampiros, espectros, etc. abarcan una amplísima discografía. Destacaría discos como "I Want To See The Bright Lights Tonight"(74), haciendo duo con Linda Thompson, o "Mock Tudor"(99) por citar dos de los preferidos por el propio Thompson, pero a mí el que me gusta más -y el que mejor le resume- és sin lugar a dudas este "Sweet Survivor"(2007), un trabajo sepulcral que no para de sonar ultimamente en mi reproductor. Si desconocen la música de Thompson, este es un buen disco por el que empezar a descubrir al guitarrista londinense..
Atolladero). Era la primera vez que Iggy tenía un papel tan extenso en una peli, duras jornadas de trabajo agrabadas por inoportunas condiciones atmosféricas, a lo que hay que añadir el idioma, la presión (se dice que tuvo fuertes discusiones con el actor Joaquín Hinojosa, su rival directo en el film), y el trágico fallecimiento de uno de los actores principales, el intérprete Felix Rotaeta, al que Iggy tenía en buen aprecio. Se largaría del país sin saber si la película acabaría estrenándose. No sería esta su última aparición en pantalla. Continuó y continúa siempre que puede con su hobby de aparecer en el cine. Siempre en breves apariciones -el bodrio El Cuervo Ciudad de ángeles(96), la estúpida Fiesta en la nieve (2000), decenas de series de tv americanas...- pero a día de hoy su papel como Madden en "ATOLLADERO" continúa siendo su mejor interpretación, su personaje más estelar en el mundo del celuloide, el de mayor presencia y mayor calado (otra cosa sería su aportación a imnumerables bandas sonoras, Trainsppoting, The Brave, Life Acuatic...).
-A PROPÓSITO DE "ATOLLADERO" (1995)...
Amor de padre. La ópera prima del barcelonés Oscar Aibar (cosecha del 67) fue en su día una propuesta inusual dentro de nuestro cine y continúa siéndolo hoy. Como vengo demandando desde este blog fanzinero cada vez que tengo ocasión, necesitamos cineastas que arriesgen... que sean capaces de ofrecernos algo diferente y rompedor, que sepan desprenderse de su sensatez. El miedo al fracaso no les deja moverse más allá del cine social y eso de aventura tiene poco, de ahí que gente como Aibar merezcan siempre la pena (su bizarra "Platillos Volantes" me encantó; no trataba sobre la cuestión de si hay vida extraterrestre en otros planetas, sino que cuestionaba si realmente hay vida inteligente en la Tierra). La péli tarda en arrancar, pero una vez puestos termina siendo un agradable desastre. Un western de ciencia-ficción triste y melancólico, y sobretodo original.
El cómic "Atolladero, Texas", escrito por él y dibujado por Miguel Angel Martín, es el punto de partida de tan encomiable film. Una Divertida y arriesgada gamberrada de serie B. Olvidada y Maldita desde que nació. Una pelicula de culto del cine español. Protagonizada por actores y personajes que bien podrían haber salido de las historietas de Mortadelo y Filemón. Un cóctel estimulante de cinefágia, repleto de referencias y homenages al cine y a la cultura subterránea. El film, que sitúa la acción en la Texas del año 2048, recuerda a los spaguettis-westerns del maestro Leone (el paisaje parece almeriense, pero se rodó en las Bardenas navarras). Guiños a B. De Palma, a pélis como Alien, Robocop, Terminator y por supuesto a Mad Max. Pero hay que recordar que ésta no es una producción made in USA, de ahí que salgan a relucir temas tipicamente ibéricos: la envidia, el feudalismo, servilismo, ignorancia... ¡Chapó! para Aibar y sus colaboradores por llevar a buen puerto, pese a tempestades, una historia diferente que quedará en los anales del "otro" cine español. Encima -y si todo esto no tuviese suficiente atractivo-, recordad que sale el salvaje IGGY POP, bordando su papel de malo malísimo...

la película: THE RUNAWAYS (Floria Sigismondi, 2010).
producto más de usar y tirar. Si querían una peli con quinceañeras follando unas con las otras, sexo chungo, y drogas peores, haber recurrido al cine de Larry Clark (Kids), mucho más real y provocador que este biopic supuestamente verídico. La historia de las Runaways se merecía algo mucho mejor (Incluso el gilipollas de su mánager Kim Fowley merecía mejor trato). Es lógico qué en hora y media de metrage se omitan o se queden fuera, incluso se tienda a exagerar, hechos y personajes puntuales de la historia...pero se da la casualidad que aquí ¡¡prescinden de los más importantes!! Vale qué no salga el desplante que les hizo Patty Smith (a la que tenían en un altar), vale qué ni se mencione a Darby Crash (el mayor fan de las Runaways, que años más tarde tendría un papel relevante en la escena punk angelina con su banda los Germs)... ¿pero qué hay del intento de suicidio de la bajista Jackie Fox en la gira de Japó
n?... ¿Porqué se centran solo en Joan Jett y Cherie Currie? y ¿qué hay de las importantes demás miembros de la banda?... Nada. Ni rastro de los muchos temas que no suenan, mientras llegan a repetir ¡hasta cinco veces! su éxito "Cherry Bomb" a lo largo del film (eso sí, aciertan en contar cómo fue que se compuso el temazo, en lo qué és sin duda una de las mejores secuencias de la péli). En definitiva, otra oportunidad perdida para dejar bien alto el pabellón del mejor rock'n'roll. Una lástima.
reivindicar- Alexander Mckendrick en "Chantage en Broadway" o la encantadora "No hagan olas". Ese fue siempre su rostro en el cine, el de galán -simpático y mujeriego-, y así será recordado. Amén por buen actor, qué lo era. Como demostraría bajo la tutela del loable Richard Fleischer en la magnífica EL ESTRANGULADOR DE BOSTON (1968), en la que el conocido padre de "la reina del grito carpentiana" Jamie Lee Curtis conseguiría romper con su trivial imagen anterior, merced a una portentosa interpretación de su personaje. Basada en un serial killer real. Un maníaco sexual esquizofrénico de nombre Albert De Salvo, que entre Junio de 1962 y enero de 1964 estrangularía violentamente hasta 11 mujeres de edades muy diversas. El pirado lograba despertar la confianza de sus solitarias victimas haciéndose pasar por vendedor, fontanero, médico o cualquier otra profesión a domicilio, es de suponer, dado que ninguna de las entradas a los apartamentos habían sido forzadas (Lo que no cuenta la pelicula es la rocambolesca investigación y la resolución final del caso De Salvo, que acabaría muerto en su celda apuñalado por otro preso en 1973). De vuelta al film, resaltar la la ternura y la ambigüedad con la que es
retratado el personaje de Curtis por parte del virtuoso Fleischer. El tramo final de la misma está rodado con inusitada fuerza (el interrogatorio al que es sometido por parte de el policía que interpreta Henry Fonda; el plano final del asesino perdido entre colores blancos de su camisa de fuerza,...) y expresa de forma más que convincente -para nada artificiosa- el tormento de un hombre corriente enfrentado a su infierno interior. Estado para el que no existe terápia alguna.