miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL RINCÓN DEL PINCHADISCOS: DESCUBRIENDO A EDDIE HINTON

Estamos ante otro de esos fabulosos compositores rock relegados al olvido más inmerecido. Al igual que Roky Erickson o Tonny Joe White (por nombrar tan solo dos de una lista interminable de músicos malditos) la figura de Eddie Hinton ha corrido una suerte de obstracismo musical. Increíble como la perra vida/industria permite que el éxito le llege a unos, y otros, de igual nivel, y en muchos casos superior, gozen de un incomprensible desinterés generalizado. Vale que algo de esto último tenga también que ver con la suerte (o con la mala suerte como en este caso), la ignorancia, el desconocimiento o la estupidez del oyente medio (podríamos añadir otras causas como las drogas pero se ha visto que éstas nunca fueron impedimento para que un rockero triunfe), si no no me explico como un guitarrista y cantante de la talla del de Alabama (Tuscaloosa, 1944-1995) pase sin pena ni gloria por la (ingrata)historia del rock. Siendo justos, y para nada exagerados, Eddie Hinton debería de estár a la misma altura de un Eric Clapton, JJ Cale, John Fogerty, Bob Seger, Nick Love, Willy Deville, Neil Young, Rod Stewart y cual famoso prefieran ustedes. Con una voz absolutamente magistral, comparable a la del mejor Otis Redding, estos alagos al bueno de Hinton están más que merecidos. Ahí están sus canciones para justificarlo. Escuchen su segundo trabajo "Letters from Mississippi (1987)" y díganme si no es una maravilla del mejor rhythm and blues, soulidificado de rock and roll, que hayan escuchado nunca. Ni un solo tema de relleno. Una joya de 25 kilates de principio a fin. Temazos como "Everybody needs love", "My searching is over", "It's All Right", "Ting-A-Ling-Ling", o el que da título al disco, tras una primera eschucha, no se olvidan facilmente. Sus letras nos hablan de carreteras polvorientas, de penurias y de redenciones, de luchas personales: vivencias de una vida lastrada por contínuos problemas con las drogas y la bebida, acentuados por cierta inestabilidad mental que precipitaron su carrera a la ruína. Acabaría sus días tirado en las aceras tocando por unos pocos centavos. Algunos amigos lograrían que volviera a componer y tocar en vivo (los imprescindibles trabajos "Cry & Moan", de 1991, y "Very Blue Highway", del 93, son de esa etapa) pero cuando estaba en pleno proceso de grabación de un nuevo album un infarto se lo llevó en casa de su madre a la temprana edad de 51 años. Atrás quedan sus primeros tiempos como músico de sesión acompañando a legendarios como Wilson Pickett, Aretha Franklin, Joe Tex, Solomon Burke, The Box Tops, Elvis Presley y tantos otros. Los enormes Drive-By Truckers dedicaron su tema "Sandwiches for the Road" al músico maldito, y corre por ahí un documental sobre su vida titulado "Dangerous Highway"(2008), el cual, al parecer, la madre no deja que se comercialice al no estar de acuerdo con la historia... o con los royalties, vaya usted a saber (los que lo han visto en su estreno en un festival de Italia hablan maravillas de la película). Desde A Tumba Abierta les invitamos a que descubran un autor crepuscular si es que de verdad sienten pasión por el rock and roll.

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